Fue tan imprevisto, yo ya estoy manejando, con ella a mi lado, yendo a ningún lugar. Pero a quién le importa eso. Igual lo estoy disfrutando.
Comienza a tomarme foto, mientras manejo. Es tan linda. Estando en mi convertible, nuestros cabellos juegan con el viento. La vista, que ni se diga, perfecta.
Cruzando las montañas, veo una casa rodante, a lo lejos. Me dice que es de ella y que me detenga. Bajo la velocidad. Toda impresionada, ¿desde cuándo tiene eso?, y, ¿qué hace aquí?
Entra a la casa a paso rápido, mientras yo recién bajo del carro. Con voz alta, me dice que entre. Voy deprisa y le pido que me explique esto.
Pero me pide que me siente a su lado. En el sofá blanco, cerca de la ventana, por donde entra mucha luz. Me siento y saca su teléfono. Nos tomamos una foto, pero como fue tan rápido, salí con una cara de "que rayos”. No me esperaba eso.
- Escucha, solo relájate, lo que estamos haciendo no es ilegal.
Me mira, con una sonrisa pícara. Yo solo me la quedo mirando y comenzamos a reír, sin más no poder. Como adoro a esta chica.
Pasamos la tarde divirtiéndonos. Hicimos galletas. Ella sí que sabe preparar las mejores galletas del mundo. No las cambiaría por nada.
Mientras esperamos a que estén. Yo toco mi guitarra y canto. Me dice que ama mi voz, creo que en este momento me sonroje, ella se ríe y cuando pensé que ya no podía estar más roja, me dice que ama todo de mí.
Me paralice, mi corazón late a mil por hora. Se acerca, con una cara que refleja, tristeza y miedo; me dice, si yo también la amo. (Claro que la amo. Dile que la amas. dice mi subconsciente.)
- Este viaje fue planeado por mí. Nada fue imprevisto.
- Taylor, yo te amo.
- Tal vez me odies, pero ya no lo aguanto.
Tomo su mano delicadamente y sin decir nada, salimos de la casa rodante. Justo empezaba el atardecer. Yo me pongo detrás de ella y la abrazo por el cuello, mientras los rayos anaranjados, tocan nuestra piel. Me acerco a su oreja y le susurro.
- Karlie, te amo.
Noto que está llorando, pero de felicidad. Y con un ágil movimiento se voltea y me regala, el mejor beso, que jamás había soñado.