Jenkook

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                         Capitulo 1

1.-Un inesperado regalo!!!

Bajé del taxi, estaba lloviendo y
corrí los pocos metros para entrar
al edificio. El vigilante me saludó
con una sonrisa, como siempre,
que le devolví amable. Caminé al
elevador y apreté el botón para
subir, de inmediato se abrió la
puerta y entré, toqué el botón

9:35

rápidamente saqué las llaves
de mi bolso, abrí y entré al
departamento, miré el reloj y
faltaba justo una hora para que
Kai pasara por mí, así que
de inmediato me metí al baño y
me di una rápida ducha. Terminé
de arreglarme justo 5 minutos
antes de las 8, salí de la habitación
y me senté en el sillón a esperarlo.
Me di cuenta que el botón de la
contestadora estaba en rojo y
parpadeando, señal de que tenía
un mensaje, así que lo presioné y
escuché la dulce voz de novio.

- ¡Feliz Cumpleaños Jennie!, mi
amor, no sabes cómo lamento no
poder llevarte hoy a cenar, pero,
es imprescindible para la empresa
que cierre hoy este contrato,
representa muchos millones y por
más que le supliqué a Xiumin que
enviara a alguien más no quiso,
me reitero que sólo que sólo yo podía
convencer al cliente, te prometo
que te lo recompensaré, recuerda
que te amo.

Cerré los ojos resignada y dejé
caer mi cabeza en el respaldo del
sillón, que inconveniente resulta
que tu cumpleaños caiga en un
martes y que la única persona que
tienes cerca para celebrarlo tenga
que cumplir con un compromiso
laboral.

Deseé en ese momento seguir
viviendo con Mi madre, o incluso
con Lisa que la hecho de menos,
al menos tendría compañía,
entonces recordé que odiaba el
clima de los Estados Unidos y además no tendría el magnífico empleo que
ahora tenía que, aparte de disfrutar, me permite darme
varios lujos.

Me levanté del sillón y me dirigí
a la cocina, busqué en la alacena
de abajo y encontré una botella
у
de vodka a la mitad, la saqué y
la coloqué en la mesa, abrí el
refrigerador, saqué unos hielos,
un jugo de naranja y de la alacena
de arriba un vaso. Coloqué un
par de hielos en éste, un poco de
vodka y llené el vaso con el jugo.
у
"Feliz cumpleaños Jennie", me dije
y alcé mi vaso, como brindando
con el aire, y le di un trago
considerable.

Me senté en una silla del comedor
y puse un poco de música, era
mi cumpleaños número 23 y lo
estaba celebrando sola, lo que
orilló a que hiciera un recuento
de mi vida, a decir verdad, la gran
mayoría de mis cumpleaños habían sido aburridos, a
excepción de número 21 que
Kai me organizó una fiesta
sorpresa. En general, mi vida era
bastante monótona, centrada
básicamente en mi trabajo y en mi
novio, un importante corredor de
bolsa que me dedicaba las pocas
horas que su trabajo le permitía,
en cuanto a amigas, sólo tres,Lisa
con la cual vivía recién me mudé,
Rosé felizmente casada y Jisoo
madre soltera, genial, no tenía
opciones de con quién pasar este
cumpleaños.

El sonido de mi celular me sacó
de esas cavilaciones, me levanté
y tomé mi bolso que había dejado
en el mueble junto a la puerta,
empecé a buscarlo y entonces
encontré con que entretenerme
un rato, mi bolso era un completo
desorden.

Justo cuando tomé el celular dejo de sonar, era Mamá, al menos este año lo recordó, pero la verdad no tenía ganas de escuchar a mi alocada madre, así que volví a sentarme en el comedor y me preparé otro vodka con jugo.

Vacié todo el contenido de mi bolso sobre la mesa, había un gran surtido, boletos de cine, notas de restaurantes, servilletas, mentas, plumas, labiales, tarjetas, así que empecé a seleccionar lo que podría servirme y lo que era basura. De pronto, una servilleta con algo escrito llamó mi atención, era un número de celular y una frase escrita debajo, "Clave: ¿Estás libre esta noche?", entonces recordé la plática fortuita que había tenido con una chica en el baño de aquel bar al que fui con unos compañeros de la oficina tres semanas atrás.

Ya con unas copas encima me quejé
de la poca atención de mi novio,
ella sacó una servilleta y anotó
esos datos, "no te vas a arrepentir,
sólo di la clave y entrarás al
paraíso, el chico es un dios y te
aseguro que te dejará sin sentido".

Mire fijamente la servilleta,
releí varias veces el número y
la frase, era una locura, citar a
un completo desconocido tan
sólo por la inmensa soledad que
sentía y, además con qué fines, no
iríamos a cenar precisamente, esa
chica me había dejado muy claras
cuales eran las habilidades de su
"amigo", como lo llamó. ¿Y qué
más daba hacer una locura en mi
cumpleaños?, siempre he sido una
chica muy correcta, ni siquiera
me fui de pinta en la escuela
y siempre tenía las mejores
calificaciones, nunca les había
dado un dolor de cabeza a mis padres y mi jefe siempre alababa mi sentido de la responsabilidad, así que al diablo con todo, tenía derecho a divertirme, además ya estaba maquillada y arreglada.

Nerviosa tomé mi celular, digité los números, pero al momento de presionar el botón de llamar me acobardé y entonces terminé presionando el de colgar, repetí el mismo procedimiento varias veces mientras mi corazón se aceleraba con cada intento.

Bebí el último trago de la bebida y me dio el valor que me faltaba, así que finalmente presioné el botón de llamar mientras sentía los latidos de mi corazón en la garganta y hasta podía escucharlos. Timbró una vez, dos, tres, pero, ¿en qué estaba pensando?, era martes y seguramente él tenía una vida y asuntos que atender, estaba porcolgar cuando
una hermosa voz
aterciopelada me dijo "hola", me
quedé muda, mis manos sudaban
y creo que todo mi cuerpo
temblaba por los nervios, "hola",
volvió a decir el extraño ahora
con un tono más sensual.

-¿Estás libre está noche? dije
atropelladamente cerrando los
ojos como si él me estuviera
viendo.

- Sí, ¿en dónde nos vemos? -
respondió y casi pude asegurar
que sonreía.

- No lo sé, tú dime – no iba a
citarlo en mi departamento,
alguien podría verlo.

- ¿Te queda cerca el Hotel Rose
Imperial? - muy conveniente,
cómo no se me ocurrió.

- Como a 20 minutos - dije no
muy segura, no lo identificaba
bien.

- Te veo en el lobby en media
hora, ¿te parece bien?

- Sí, claro - con suerte si el tráfico
me lo permitía.

- ¿Cómo te reconozco?

- Mido como 1.68, cabello largo
rubio y liso, ojos café oscuro, piel
blanca y traigo un vestido azul de
tiras, que me llega debajo de la
rodilla, y yo, ¿cómo te reconozco a
ti?

- Simplemente lo sabrás, en media
hora te veo.

Primero. Metí lo indispensable
a mi bolso, como un labial, mi
monedero y mis llaves, tomé
mi abrigo y salí prácticamente
corriendo.

Mientras bajaba por el ascensor
pensaba en lo que estaba a punto
de hacer, era completamente
insensato, una total locura,
una cita en un hotel con un
desconocido que igual y podría
ser un psicópata. Pero ya lo había
hecho y además mi número había
quedado registrado en su celular,
si no me aparecía seguramente me
buscaría para reprocharme.

Tomé un taxi y le indiqué la
dirección, exactamente 25
minutos después estaba yo
cruzando la puerta del hotel,
uno de cinco estrellas, por cierto,
jamás me imaginé que ahí te
alquilaran una habitación sólo
por una noche. Tomé un gran
respiro mientras caminaba
nerviosa de un lado a otro, y, ¿si
era una tomada de pelo?, ¿una
broma?, la chica que me dio
el teléfono sólo la había visto
una vez en mi vida y por lo que
recordaba ya estaba pasadita de
copas. Definitivamente había
perdido el juicio, estaba por salir
del lugar cuando alguien susurró
en mi oído.

-¿Estás libre esta noche? - el
sonido de su voz erizó mi piel.



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