Se cuenta que en un poblado muy tranquilo habitaba una mujer, muy amable y respetuosa, la gente recordaba su vida desde pequeña, los niños la amaban ya que les regalaba galletas y pequeños postres cuando salían de la escuela, ella era un solecito para todas las personas del pueblo, solo que había algo extraño en ella y es que su rostro siempre estaba cubierto de un velo generalmente color blanco, siempre lo había utilizado, nadie había visto su rostro, al paso de los años no era algo que atormentara a los habitantes del pueblo dado que sus atenciones desviaban cualquier clase de pregunta sobre ello.
Ella era una mujer tranquila con una vida normal, alimentaba los pájaros, saludaba a sus vecinos, horneaba, iba a misa...
Los mas pequeños habitualmente preguntaban sobre el velo pero al pasar los meses olvidaban la pregunta, un día a un niño se le ocurrió armar un plan para quitarle el velo, estaban todos en una fiesta en el pueblo, ella se encontraba vendiendo postres cuando de pronto un niño le arrebata el velo, todos se detuvieron, dejaron todo lo que estaban haciendo, voltearon a ver a la mujer, vieron el velo volar a lo lejos, pero lo peor sería cuando vieron a la mujer, primero fueron caras de asombro que poco a poco se transformaron en caras horrorizadas, ella tenía un rostro completamente desfigurado, ella no podía ocultarlo más y sin pensarlo tomo la alma de cada uno de los habitantes, pues no sé arriesgaria a qué alguiem pudiera platicar, que la muerte vive entre nosotros...