-Cariño, deberías estar bañada y vestida a estas horas, tu madre se enojará mucho al enterarse de que aún no te has levantado de la cama- dijo una de las sirvientes de Neeks.
-Buen día Hilde, lo siento es solo que anoche estuve leyendo en la biblioteca y regresé tarde, no le digas a mi madre o va a matarme, a ella solo le importa que me case con un príncipe y me concentre en lo que debe hacer una mujer al casarse- contestó la joven Neeks.
-Claro, boca cerrada, entiendo que no es lo que quieras querida, pero así es como deben ser las cosas-dijo Hilde con cierto pesar en la voz.
-¿Pero quién lo dice?, ¿un montón de reglas que lo único que hacen son denigrar y subestimar a las mujeres?- protestó la chica claramente molesta- lo siento, no es culpa de mi madre, pero si tan solo ella pensara en lo que yo quiero, sería diferente-
-Lo siento mi niña, pero las cosas que hacen los padres son para bien, a veces-
-Dile a mi madre que en un momento bajo, por favor-
Hilde asintió y salió de la habitación de la chica. Neeks no quería un esposo, quería explorar, leer más libros, formar parte de la corte del rey, ir en busca de tantos lugares que conocía solo en su imaginación porque aunque era de la nobleza, no había podido ir a todos los lugares que quisiera; Neeks era una chica muy inteligente, pero no solo eso, era estratégica, respetada y buena con la espada, tenía esa habilidad de hacer tantas cosas bien, que a decir verdad, dejaba encantados a los duques y príncipes y a cierta persona que pronto aparecerá en esta historia.
Mientras tanto, el rey, su padre hablaba con su futuro yerno.
-Gracias a dios mi hija tiene la fortuna de casarse con un hombre como tú, valiente, leal, responsable, noble, de buena familia, sin duda no hay mejor partido, Lord Shudet- expresó el rey Kentrel con emoción.
-Le agradezco por pensar eso de mí, su hija está en buenas manos, la trataré muy bien y tendremos varios hijos- contestó Shudet.
-Claro, su familia será maravillosa, sin lugar a duda, la belleza de mi hija se trasmitirá a nuevas generaciones- dijo el duque Kentrel imaginando el rostro de su preciosa hija, pelinegra, con ondulaciones en las puntas, ojos verdes con ligeros toques marrón claro, tez ligeramente bronceada, su padre la veía como la mujer más bella del mundo, aparte de su esposa, las adoraba.
Esa tarde las familias se reunirían para hacer oficial el compromiso de los jóvenes, a pesar de que Neeks de verdad no quería hacerlo, tenía que aceptarlo para así seguir las reglas.
-Pff esas son estupideces- contó la joven a su mejor amiga- mírame, en este vestido ajustado, incómodo, no me veo a mi misma siendo una esposa, es injusto-
-Lo sé, pero sabes que tus padres no aceptarían que te quedaras así, a pesar de que intentaras convencerlos, ellos quieren lo mejor para ti aunque en realidad no sepan que es lo mejor- contestó Elle,
Neeks dio un suspiro de resignación y bajo a la puerta principal junto con Elle, ahí sus padres y sus futuros suegros la esperaban, sin mucho ánimo pero escondiéndolo les dio un gentil saludo.
- Oh cariño, estás preciosa, ese vestido te asienta bien, ¿no es cierto Lord Shudet?, usted tendrá la suerte de tener a mi hija- expresó su madre
- Claro que sí, Lady Neeks, es la mujer más hermosa de estas tierras y estoy feliz de poder llamarla esposa- contestó Shudet, haciendo un ligero movimiento en señal de que Neeks lo tomara del brazo, Neeks fingió una sonrisa y lo hizo.
En el gran jardín los esperaba una majestuosa mesa llena de la más prestigiosa y deliciosa comida, las decoraciones eran hermosas, doradas, con flores por todas partes, a decir verdad eso fue lo único que le gustó a Neeks, mientras escuchaba la plática de sus padres y los padres de Shudet su mente vagaba en los libros de la biblioteca.
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Between us
AdventureEn una tierra lejana, se ha difundido la proclamación de una guerra, los Reyes de los 5 reinos vecinos se han reunido, preguntándose quién podrá haber iniciado tal catástrofe, encontrar al culpable solo es el comienzo, tienen que derrotar al enemigo...