cry for me; ♡ kookjin

Suffer for me.

Los días para Jungkook fueron cada vez peores.

Estando encerrado en una fosa con heridas en su cuerpo y rostro, siendo alimentado pobremente con comida de mala calidad y agua del grifo, le sorprendió siquiera llegar a estar vivo después de tanto tiempo.

Y a Namjoon también le sorprendió.

La manera en que rebeldemente el chico seguía provocando a sus hombres a golpearlo era signo de estupidez y al mismo tiempo de agallas.

Mando a que Min Yoongi le entrenara y lo convirtiera a la fuerza en alguien como ellos. Todos habían estado dentro por voluntad propia. Jungkook sería la excepción.

— Sé que no tiene sentido intentar cambiarte. Pero, a diferencia de él, yo no estoy dispuesto a dejarte ir tan fácilmente.

La sorpresa se la había llevado Namjoon al ver no había rastro alguno del tonto chico llorón que había secuestrado hace más de cinco años y que parecía odiar cada vez que él mencionaba a su hermano entre sus charlas.

— No me conoces.

Lo cierto era que ni siquiera Jungkook parecía conocerse ya.

La última vez, antes de que Jin hubiera huido lejos de él, Jungkook le había entregado su alma y ellos habían compartido una noche que habría creído 'especial' y que por lo visto no había significado nada para el mayor.

Después de eso, Jungkook no volvió a enamorarse de nadie y metió a tantas personas en su cama convirtiéndolas en sus juguetes sexuales. 

Así siguieron sus días hasta que ahora dentro de la habitación en la que esperaba que le trajeran a sus nuevas parejas, cayó a sus pies aquella persona que creyó jamás vería de nuevo. 

Lucía delgado y pálido. Con marcas de lesiones en la piel y su cabello sin el brillo que recordaba. 

El chiquillo enamorado que había sido antes ya estaría corriendo y tomándolo en sus brazos dando besos en su rostro y rodeándolo de manera protectora con sus brazos susurrando palabras de aliento y jurándole que encontraría a quien fuera que le haya dañado...

Más ahora...

— Tae, creí haberte dicho específicamente que no me gusta que la mercancía llegue en mal estado.

El rostro del chico se alzó buscando el sonido de aquella voz que había reconocido. Sus ojos vendados crearon en su mente una falsa esperanza de ser liberado.

— Lo lamento mucho, joven amo. El jefe ha dicho que esta sería una entrega especial y que tardáramos lo menos pronto posible. Si no es de su agrado, nos la llevaremos para desecharle...

— ¡No, Jungkook, por favor! ¡No dejes que me lleven!

Lo único que necesito es una lágrima tuya.

— ¿Joven amo?

— Retírate Tae. Buen trabajo.

Los hombres de traje salieron uno a uno dejándole solo con el hombre de atado y vendado de rodillas. Jungkook camino al mueble tomando su cigarrillo y encendiéndolo para llevarlo a sus labios y dar una profunda calada.

— Jungkook, ¿porqué...? 

— No tienes derecho a preguntarme nada. Ahora, quiero que me digas, ¿Qué haces aquí?

El hombre en el suelo bajo su cabeza recordando su desgraciada vida desde que había creído incrédulamente que ese hombre le amaba.

Había resultado que su karma llegó tan pronto como dejo su hogar esa fatídica mañana. Cuando luego de haber tenido una dulce y perfecta noche con quien si le había amado como nunca nadie había hecho, la realidad le golpeó haciéndole saber que se había equivocado en grande.

— F-fui vendido...

El hombre con quien se fue no había sido sino otro mas de los enemigos de su hermano a quien estúpidamente creyó y con quién  miserablemente cayo.

Jungkook lo sabía.

Namjoon había mencionado aquello esa mañana diciendo que el hombre con quien Seokjin se había ido ahora estaba muerto.

Aplastando la colilla de cigarro en el cenicero, camino unos pasos para acercarse al hombre y arrebatar de su rostro la venda de sus ojos.

— Y la suerte te trajo aquí.

— Jungkook, p-por favor cariño, s-si aún me amas...

Una risa sin emoción provino del hombre frente a sus ojos. Jin parecía no conocer a ese hombre, creía que al ver esos ojos que tanto adoro encontraría al joven que lo adoraba con devoción. 

Más no había rastro de aquel.

— Cariño, no habrá más amor de verdad esta vez. Me quedaré a tu lado, pero al final, te romperé el corazón.