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El reino de Gotham era uno de los más respetados de todo el continente, a pesar de su mala fama por ser un lugar inseguro y lleno de personas malvadas, desde que el rey Thomas II Wayne llego al trono, hizo un cambio para bien. Ahora su hijo Bruce Wayne había tomado el trono y dirigía con mano firme el territorio, no era un tirano pues sabia cuando debía castigar a los insurgentes, pero trataba con mano gentil a su pueblo.

Pero eso no significa que todos estén de acuerdo con su forma de reinar...y Bruce Wayne confió en quien no debía.

—Joker....— se quejó mientras veía con furia fría a quien fue su consejero y gran amigo, el hombre sonreía mientras cortaba el cuello de los caballeros que trataban de protegerlo.

—te lo dije Bruce...este mundo no se debe tratar con mano gentil— se carcajeo y corrió blandiendo su espada hacia el rey, quien no tardo en protegerse, dio un paso para atrás y moviendo su espada logro hacer un corte vertical en el hombro del traidor, el Joker siguió riendo, pero retrocedió a una distancia segura.

—Selena...— su mujer y reina, había estado oculta tras un pilar observando con impotencia, pero al oír el llamado asintió y dando una última mirada a su esposo se dio la vuelta para correr hacia el pasillo. Mientras corría vio con enojo a dos niños peleando frente a la habitación del príncipe.

—reina— Jason ataco las piernas del solado y clavo su espada en el cuello del otro.

—deben irse...llévense a Tim y al príncipe, deben salir de aquí salgan de aquí, por la cueva de emergencia, el rey y yo iremos detrás.

—pero...su alteza— Dick le dirigió una mirada desesperada.

—no es momento— sonrió con tristeza a los dos niños que asintieron con dolor, juntos entraron a la habitación del príncipe, donde Tim estaba justo frente a la puerta apuntando con un arco.

—majestad— susurro aliviado y con temblor, —príncipe...es la reina— un pequeño niño de tres años salió debajo del armario y corriendo lo más rápido que permitían sus cortas extremidades fue hacia la mujer.

—mamá— lloro en su pecho.

—mi pequeño príncipe...aunque no sea tu madre...te quise como un hijo...por lo tanto debes vi...— sus palabras fueron interrumpidas cuando una flecha atravesó su pecho, haciendo un corte en la mejilla del niño.

—¡SU ALTEZA!— gritaron los tres mayores, Jason se puso frente a Damian y Selena, Dick sujeto su espada, para correr tras el atacante y, Tim tomo su arco y sin dudar, disparo.

—¡HAY QUE IRNOS!— grito Tim, colgándose el arco en su espalda, fue hacia el niño y arranco al príncipe que abraza el cuerpo de su madre, ignorando los gritos que daba el pequeño. —Príncipe Damian....debes hacer silencio— pidió mientras ocultaba al niño en su pecho.

Jason y Dick tomaron posiciones a su lado mientras protegían a los dos menores. Cuando corrían hacia el lugar donde estaba la entrada al pasadizo secreto vieron con dolor a quien todos consideraban un padre.

—padre— llamo Dick acercándose al rey que a duras penas se sostenía.

—niños— susurro aliviado, Jason reprimió un quejido al ver a ese poderoso rey siendo reducido a un hombre moribundo...todo por una traición. —Escuchen con atención...Alfred los espera en la salida con caballos, corran y no miren atrás— Dick lo sujeto mientras Tim y Damian lloraban observando.

—sé que es injusto...son solo unos niños— y no mentía, ninguno había tenido su ceremonia de mayoría de edad, Dick que era el mayor tenía 14 años, Jason con 12 años recién había iniciado su formación de caballero y Tim con 9 años solo sabia manejar bien su arco. —pero deben cuidarse entre ustedes...vayan al reino de Metrópolis ellos los ayudaran— paso su sangrienta mano por el rostro de los cuatro chicos.

Rey DamianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora