Raoul esperaba escondido en las sombras esperando a que la señorita Daaé saliera de su camerino, estaba intrigado por la actitud de bella joven hablar con tanta exaltación ansiosa por permanecer a solas, él podría decir que no se parecia a la joven de sus recuerdos, esa inocente y cariñosa niña que paso a su lado bellos momentos de su niñez, la joven en la que se había convertido ahora tenia un brillo diferente, un mirar soñador que solo un gran observador como él podría reconocer añádanle esas misteriosas prisas por permanecer a solas en su camerino. Trato de no pensar en esa diferencia mientras recordaba a lo que había venido, ¡Ya no aguantaba más! Su corazón rogaba por ser aliviado de ese inmenso dolor ante el amor que profesaba por la joven Daaé a quien estaba dispuesto a informar de su sentir, en cuanto la criada salio sola cargando algunos paquetes la tomo por sorpresa preguntándole por el estado de su ama, ella con enormes sonrisas le informo que Christine estaba bien y que solo deseaba estar un momento a solas, para el joven fue un incentivo de que posiblemente la dama de sus anhelos deseaba verlo a solas y por eso había fingido no reconocerle, con decisión se encamino rumbo al camerino de la joven pero antes de que lograra siquiera tocar la puerta la voz de un hombre hablo.
- ¡Christine es necesario que me ames!
La voz sonaba desolada pero demostraba un cariño genuino, como si el portador se sintiera vacío y desconsolado, un suspiro cansado seguido de una risilla tímida dio paso a la voz de Christine.
- ¿Cómo puedes decirme eso?¡Solo canto para vos!¿No ha notado que mi alma se entrega a vos en cada estrofa?¡Oh, esta noche le eh entregado mi alma y no viene a felicitarme si no a dudar de mi!- Raoul sintió su corazón romperse en mil pedazos y pensó que la agonía que sentía no podría desaparecer si no era con la muerte misma.
- Me disculpo querida mía, debes estar muy cansada.
- ¡Oh, lo estoy! Esta noche le eh entregado mi alma y me siento desfallecer.
- Tu alma amada mía, es bellísima, los ángeles lloran esta noche y no hay corazón más alegre que él mío.
Tras eso el vizconde se alejo perturbado y dolido ante semejantes palabras, por unos momentos se escucho el movimiento dentro del camerino y después... Nada, nada más que un abrazador silencio seguido por la puerta abriéndose con fuerza y dando paso a una muy sonrojada y solitaria Christine, el brillo en su rostro la hizo lucir aun más hermosa y con una renovada ira y tristeza por verse rechazado Raoul se giro a los camerinos dispuesto a enfrentarse a su rival pero al entrar este estaba vació ¡No había ni un alma en ese lugar!.
"¿Pero como?" pensó él joven ¿Acaso sus oídos le traicionaban?¿Era esta una mala broma?¿Donde se encontraba ese hombre por el cual Christine entrego su alma?, molesto grito y busco por todo el lugar pero en efecto este estaba vacío, con un dolor inmensurable en su pecho el joven vizconde salió del lugar con su corazón roto ignorando a los hombres que llevaban al joven Joseph Buquet en una camilla mientras repetía que sin la ayuda del fantasma ahora estaría muerto.
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El teatro había sido vendido y a los nuevos administradores se les advirtió sobre la presencia de dicho fantasmas, en un inició ambos hombres se burlaron de semejante historia y aunque habían recibido una carta del mismo decidieron ignorar sus peticiones y fue solo hasta que después de varios incidentes que empezaron a creer en la existencia de tal personaje y a cumplir con sus ordenes, a su vez el éxito de la hermosa Christine Daaé aumentaba después de una presentación en casa de la duquesa de Zurich incluso cuando la cantante Carlotta regreso a los escenarios la presencia de la Daaé era por mucho la más esperada, fue meses después de que esto ocurriera que el vizconde al fin recibió noticias de la joven a quien había estado buscando tan desesperadamente y a quien en sus cartas rogaba por visitarla aunque sin respuesta alguna por parte de la dama, la carta leía lo siguiente.
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El Fantasma de la Opera "Un final Diferente"
Romance"Ella se había ido, ella sería feliz y eso estaba bien ahora solo había una cosa que le quedaba por hacer: Morir" Pero espera... ¿Y qué pasa cuando una sola decisión cambia el rumbo de las cosas? Christine Daaé siempre tuvo el destino de la historia...