Capitulo 5

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UNA SEMANA DESPUÉS

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UNA SEMANA DESPUÉS....

Ya pasó una semana desde que me instalé en Rusia y todo va muy normal, las chicas me agradan al igual que los gemelos, con Iván las cosas son distintas ya que trato de no cruzarme con el, ese hombre en un pecado andante y no quiero ser yo la que termine dentro de su juego.

Estoy revisando uno de los autos con Samara ya que terminamos el entrenamiento y todavía faltan unas horas para salir.

-¡Un poco más y me le tiro al Coronel encima!-Chilla Jazmín haciendo que se un respingo y golpeé mi cabeza contra el tubo de escape de él auto.

-¡NO GRITES!-Grito molesta y ella ríe.

Salgo del auto con rapidez al sentir algo tibio bajar por mi frente, cuando me ve su sonrisa desaparece. Quiero tirarle la llave en la cabeza y dejarla inconsciente por un buen rato, en cambio solo salgo del garaje y camino hacía mi oficina, pero mis planes se ven interrumpidos por un coronel sin camisa haciendo "Plank" sobre dos troncos, me quedó parada en mi sitio viendo como los demás soldados hacen lo mismo que el pero mi atención se posa en él aunque intente evitarlo, es normal ver como todas aquí lo miran cada cinco segundos y se el porqué de su interés en el, el maldito ruso está para morir.

El levantó su mirada y sus iris se conectan con los míos, alza una ceja haciéndome saber que me pillo viéndolo pero no dejo de mirarlo, al contrario enmarco una ceja y lo recorro con la mirada descaradamente, lo que lo hace sonreír un poco antes de levantarse y dar órdenes a los soldados para luego venir hacia mi.

-¿Que te paso?-Señala mi frente llena de sangre.

-Solo me golpeé, no es nada.

-Vamos a lavar eso o dejara marca.-Lo sigo sin reclamar nada.

La verdad una marca más no importa, tengo mas de las que me gustaría admitir y no son exactamente por el trabajo, si bien nuestro trabajo ayuda a tener cicatrices es casi imposible que sea tan peligroso como para marcar todo el cuerpo de la manera en que yo lo tengo marcado. Tengo desde cicatrices de un centímetro hasta una que ronda los veinte centímetros.

Llegamos a su oficina y toma un quit de seguridad que tenía en uno de los cajones y saca alcohol, gaza y una curita, pone alcohol en la gaza y limpia la herida sin cuidado alguno pero no me quejo por el enchilor que siento, he pasado peores dolores. Mi vista no se despega de su torso hasta que termina de poner la curita.

-Que se jodan.-Masculla entre dientes y lo miró con el ceño fruncido.

Estoy por preguntar que le pasa cuando junta nuestros labios en un beso brusco y desesperado, me toma de la cintura y me levanta de la silla, no pierdo tiempo en enrroscar mis piernas en su cintura y dejar que me lleve hasta el escritorio donde se sienta conmigo sobre el. Me remuevo sobre su entrepierna logrando que suelte un sexy gruñido y que su bulto crezca, jadeo al sientir la presión en mi sexo, busco el sierre de su pantalón pero el sonido de alguien tocando la puerta hace que nos separemos de golpe.

KILLER TIES.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora