LIBRO I DE LA TRILOGÍA «CADENAS»
El padre de Willow está enfermo de cáncer y necesita dinero para la operación. Desde pequeña le enseñaron que la familia es una de las cosas más importantes que existen y es por eso que ayudadarlos en uno de los mome...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Alexey
-¿En serio era ella? -pregunta incrédula.
Me giro y lo miro de mala manera.
-¿Qué parte no entiendes?
Parece incrédulo por lo que escucha y por lo que vio antes. En la cafetería. Dónde estaba ella.
-Solo estoy sorprendido-dice luego de un momento de silencio_no es tu tipo.
-Que genio te has vuelto-contesto sarcástico. Ríe y Aiko niega con la cabeza leyendo el libro de economía que ha robado de mi librero.
-Tengo que buscar la manera de acercarme a ella sin parecer que la estoy acosando-pienso en voz alta.
-Pues realmente la estás acosando-los que se hacen llamar mis amigos chocan las manos riendo.
-¿Por qué no van a buscar que hacer a otro lado? ¿A caso no tienen casa? -pregunto entre dientes.
Galina entra empujando un carrito interrumpiendo la tonta conversación.
-Les traje galletas de chocolate y leche-la adorable mujer nos mira con amor-Ya dejen de pelear. Más que hombres de la mafia parece que aún no salen del jardín de niños.
Damien se lame los labios al ver las galletas, Galina ha estado con nosotros desde que tenemos conciencia. Fue la acompañante de mamá desde el momento en el que ella se comprometió en casamiento con papá. También ocuparon el lugar de madre que mis hermanos y yo necesitábamos cuando nuestros progenitores no estaban en casa.
-Sabes cómo es tu niño de problemático, nana. No podemos decir nada porque el salvaje quiere saltarnos encima-dice Damien atarugándose como si no hubiese comido hace una hora.
-Hay momentos en los que no puedo creer que tres mafias tan importantes dependan de ustedes-niega con la cabeza-me pregunto cuando crecerán-sale hablando entre dientes.
Voy a mi escritorio y saco una de las tantas cajetillas de cigarros que tengo guardadas a escondidas de la señora gruñona que se en encarga de tirar a la basura cada uno de ellos cuando estoy fuera de casa.
-Te apoyo en eso de que necesitas rápidamente una esposa, pero... -Aiko pone cuidadosamente el libro en el librero colocado frente al ventanal-esta chica no parece tan fácil de manipular como lo es Gianna. Se le nota que tiene temple de acero y que no caerá tan fácil como te haces creer, amigo mío.
Dejo pasar el hecho de que acaba de mencionar a la puta loca de mi ex y me enfoco en lo importante.
-Nadie se puede resistir a una buena cantidad de dinero, mi querido Aiko-me recuesto del escritorio y me froto la barbilla-Y en caso de que lo haga, me aseguraré de que lo necesite tanto que tenga que arrastrarse para obtenerlo. Me parece que está lo suficiente buena como para tener mi atención; peor en caso de que no se someta me veré en la triste obligación de tener que hacer cosas que a esa lindura no le gustarán.