♡: [ 𝙏𝙧𝙖𝙨𝙩𝙤𝙧𝙣𝙤 ] ➯ 𝘠𝘦𝘰𝘯𝘣𝘪𝘯 𖡄

03

— Hola, mi amor — dijo Yeonjun mientras entraba a la habitación de Soobin, encontrándolo sentado en la esquina, abrazando sus piernas y con la cabecita recostada en sus rodillas.

Aun cuando su novio había entrado a la habitación, el pelinegro todavía sentía esa sensación horrible de que alguien estaba observándolo desde su ventana con una mirada amenazante, seguramente esperándolo para hacerle algo malo.

— Yeon, t-tengo miedo — Soobin sollozó, sorbió su nariz y empezó a balancearse de adelante hacia atrás.

— ¿Por qué, bebé? — el castaño se acercó rápidamente al menor, se agachó a su altura y empezó a acariciar lentamente su cabellera. Soobin solo se levantó con cuidado y abrazó el cuello de su novio — ¿qué pasa?.

— L-la ventana... — el más bajo hizo un puchero y escondió su cabeza en el cuello del mayor, sintiendo a este rodear su cintura con cuidado y suspirar.

— Todo está bien — dijo Yeonjun en el oído derecho de su novio, mientras lo llevaba hacia la ventana para bajar las cortinas, pues no hacía falta cerrarla porque no podía abrirse, solo podía taparse con la cortina.

— ¡M-me sigue m-mirando, amor! — el menor exclamó, mientras a pesar de la tela tapando la ventana, aún sentía esa mirada penetrante sobre él — ¡b-basta!.

Gritó Soobin, mientras se volteaba a la ventana, y veía una sombra detrás de ella, la cual estaba colgada por un muro que había afuera a un lado de su ventana.

Se tiró al piso, sentándose en W y tapando su rostro, con las lágrimas bajando de sus bellos ojos. Sintió al mayor agacharse detrás de él y abrazar su cintura por la espalda, esa sensación lo hacía sentir tan protegido que se estaba empezando a calmar.

— ¿Qué pasó? — inquirió una enfermera que recién entraba a la habitación con una caja de inyecciones con calmantes para tranquilizar a Soobin — ¿bin, qué sucede?.

La mujer castaña se agachó cuando llegó a la zona donde estaba el menor, para dejar las inyecciones a un lado y empezar a acariciar su cabello sudado con suavidad.

— Dice que algo lo está mirando — Yeonjun señaló la ventana — desde allí.

— No es la primera vez... — la chica suspiró — creo que hay que quitar la ventana — el mayor asintió y dejó un beso en la coronilla de Soobin, quien seguía llorando descontroladamente — binnie, te pondré un sedante, respira profundo.

— P-por favor, Maya — la chica asintió con la cabeza y agarró rápidamente la inyección, llevando la aguja al brazo izquierdo del menor para poder suministrar el calmante.

— Tranquilo, bebé — el castaño alzó un poco la manga corta de la bata que usaba el menor para darle paso a la mujer para ponerle la inyección.

Cuando la inyección entró en su piel, el más bajo jadeó y cerró sus ojos, mientras sentía poco a poco la sensación de ser observado irse disipando lentamente.

Cuando el sedante terminó, Soobin cayó dormido en los brazos de su novio, mientras la castaña soltaba un suspiro y acariciaba su mano izquierda lentamente.

— Quisiera estar en su lugar — mencionó Yeonjun con tristeza, mientras dejaba besos en la nuca del menor y sentía su respiración al estar dormido chocar con su cuello.

— Créeme que daría mi vida por qué en vez de ser él quien sufre este infierno — Maya suspiró — fuera yo — la castaña se levantó al mismo tiempo que el contrario para cargar entre los dos al menor — no merece vivir esto. Es demasiado inocente para sufrir así.

Lo dejaron en la cama, para entonces mirarse y dejar un beso en el rostro del menor; la chica en su mejilla derecha y el chico en su frente.