💤Capítulo 5💤

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espués de esperar por unos 10 minutos a que el ascensor subiera de nuevo, mientras maldecía a SeoJun mil veces más, apreté todos los botones porque ya eran las 5 y 30 y la “suite” de los solistas era en el piso 11, pero para mi mala suerte, los aprendices vivían en un edificio aparte, detrás de la empresa, por lo que:

“Tenía que correr”.

Debía hacer mis maletas y estar a tiempo en la que sería mi nueva habitación, no para hacer lo que el estúpido de SeoJun quisiera, sino porque, de la forma en la que me habló sobre el tema de la impuntualidad, es muy capaz de dejarme fuera.

Casi que empujaba a las personas que entrarían al ascensor, una vez este llegó a la planta baja, pero no me importaba. En mi mente solo tenía un pensamiento y ese no era otro que esperar a que todo en mi cuarto estuviera en orden una vez llegara. Sí, porque otros aprendices disfrutan escondiendo mis cosas. No todo ha sido color de rosas en estos meses.

Llegué al edificio de los trainees, pero, ¡oh sorpresa! El ascensor estaba roto, así que tenía que tomar la escalera...y subir 10 pisos.

Des-gra-cia.

Subí velozmente, casi cayéndome por ir como pendeja subiendo dos escalones a la vez, mas el punto es que había llegado a mi habitación, casi desmayada, pero logré mi objetivo.

Habitación que compartía con tres chicas más: Swan, Dosie y GoEun.

Toqué repetidas veces y Swan abrió.

—¿Qué pasa Hyo Ri?

—No tengo tiempo para hablar ahora, Swan. Estoy increíblemente apurada. -Dije entrando y escogiendo mi ropa al azar, la que veía en la cama o desparramada por el suelo-.

—¿Por qué recoges? ¿Cuándo tú y precisamente tú has sido ordenada? -Rió Dosie para luego poner una expresión asustada-. ¿Tendremos visita del CEO o algo así?

—Está claro que si se ha puesto así no es por eso. -Habló GoEun, la más intimidante de las tres y con la que había tenido altercados anteriormente, pues siempre quedaba en 2do lugar en los rankings, y yo siempre en primero-.

Me puse pálida, quién sabe si por correr tanto o por miedo.

—¿De qué quería hablarte el CEO? -Volvió a hablar el diablo en persona-.

—GoEun, no tengo tiempo para tus interrogatorios en estos momentos. Debo irme.-Dije una vez creí tenerlo todo y cerrando mi maleta-.

—¿Unnie...Te vas? -Preguntó afligida Swan, la más amable y dulce de las tres, siendo nuestra menor-.

—¿Qué no es obvio? -Rió Dosie-. Swan, a veces haces cada pregunta.

—Sí, pero la cuestión es a dónde. -Indagó GoEun de brazos cruzados-.

—Me voy. Aparta. -Dije mirándola amenazante porque estaba bloqueando la puerta-.

—No me moveré hasta que no nos digas a dónde vas.

—Que no tengo tiempo para esto ahora, GoEun.

—¿Por qué tanto misterio? ¡Dinos! -Me sujetó por el antebrazo y emití un quejido porque me había clavado sus uñas, pero en lugar de llorar o doblarme por el dolor la empujé, provocando que se cayera, sacándola finalmente del medio, y salí de allí, esperando que fuera para siempre-.

Habían sido mis compañeras por los últimos meses, pero nunca hallé una amiga en ellas. El mundo de los idols es sumamente venenoso y si tienes algún secreto vergonzoso o culpable y quieres contarlo, tienes que tener mucho cuidado, pues son tan víboras que su único objetivo para seguir subiendo en este mundo, es hundir a los otros. No hay amistad que valga aquí.

Aunque tenía todo conmigo, aún tenía que bajar otros diez pisos junto a mi maleta que era bastante pesada. El miedo que me invadía, ciertamente era caerme, pero el mayor era llegar tarde. A decir verdad, solo quería dormir. Ya desempacaría mañana.

Corrí nuevamente, llegando al edificio principal. Ni siquiera había tenido tiempo de tomar agua y presioné el botón 11 del ascensor, dándole gracias a Dios porque no estuviera ocupado, pero odiándolo todo cuando me percaté de lo mucho que se demoraba este.

Cuando llegué al piso 11, estaba feliz, feliz porque todo lo había hecho a tiempo, porque podría darme un baño, tomar agua y descansar después de este largo día. Pero esa felicidad se esfumó cuando metí la llave en la cerradura y no se abrió la puerta.

Creo que estaba a punto de tener un tic en el ojo.

Toqué la puerta, esperando un respuesta desde dentro, pero todo lo que reinaba era el silencio. Mis lágrimas estaban a punto de salir, pero se me ocurrió la genial idea de mirar la hora.

Eran las 7:03 pm.

No puede ser. Tanto que me apresuré, para que me pasara esto.

—¡Han SeoJun! -Gritaba estresada llorando-. ¡Ábreme la puerta, por favor!

—Ni hablar. Te advertí muy bien como era con respecto a la puntualidad. -Gritaba desde dentro, pero sabía perfectamente que estaba pegado a la puerta. Que ganas de abrirla y que se rompiera el tabique-.

—Seojun...he tenido un día de mierda y traté de correr lo más que pude. Pero no lo conseguí, no importó lo mucho que me esforcé. Supongo que así es como funcionan las cosas en este maldito mundo. Ahora solo quiero descansar. Podrías...por favor... Abrir-me.... -Me deslizaba por la puerta después de haber intentado mover el picaporte o meter la llave sin resultado alguno. Al final, acabé casi desmayada, recostada a la puerta en el suelo-.

Probablemente se trataba de la deshidratación, y estaba teniendo visiones, pero juraría que la puerta se abrió y SeoJun me cargó en sus brazos, porque cuando desperté estaba en una habitación desconocida para mí, acostada en una cama.

—¿Dónde estoy? -Intentaba hablar pero mi garganta estaba reseca, como si me hubiera pasado días sin beber nada. Ni siquiera tenía saliva para tragar-.

—Esta es tu nueva habitación. Tus cosas están en la mesita a los pies de tu cama. Aquí tienes una botella de agua. Espero que te sientas mejor. Pronto tendremos ensayo y necesito tu voz en perfectas condiciones.

Froté mis ojos y miré a la persona que se encontraba frente a mí, ofreciéndome un pomo de agua sin mirarme a los ojos.

Era SeoJun.

SeoJun se estaba comportando como un humano y no como un gillipollas conmigo, por primera vez.

Me había recogido fuera, había traído mis cosas, y me había ofrecido agua. Me hizo sonreír esa acción tan desinteresada, porque aunque dijera que era por cuidar mi voz, estaba segura de que solo lo decía para disfrazar su orgullo.

Cogí el agua haciéndole una reverencia como agradecimiento y comencé a tomar, el color volviendo a mi piel. Me sentía renovada. Mi garganta en estos momentos era como si estuviera en una fiesta con piscina.

—Te dejé pasar la impuntualidad, pero solo esta vez. Ya devolví la cerradura a su estado original. Pero para la próxima tendrás un castigo. Creo que para hacer más sencilla esta convivencia debemos establecer nuestro propio contrato, unas reglas que nos permitan llevarnos bien.

Casi escupí el agua, lo cual hubiera estado excelente de hacerlo
en su carota de imbécil.

Este era Han SeoJun.

En su momento no entendí lo que me había dicho, pero cuando me acerqué más tarde al refrigerador, miré un papel el cual tenía escrito dos líneas:

Reglas:

1-Ser puntual.

¿A qué se refería con castigo?

Espera un momento...

¿¡Reglas!?

Nota:

Lo primero es explicarles quiénes son Dosie, Swan y GoEun. Pues, son integrantes del grupo nuevo de RBW, llamado Purple Kiss. Es mi tercer grupo de chicas favorito y las adoro, así que decidí incluirlas :3

Otra cosa más, que SeoJun le diga Hie Na a Hyo Ri, viene de la palabra hiena. Ese animal descarado que tiene risa diabólica y come carroña. Hermoso el SeoJun :)

💤Utopía💤 [Han SeoJun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora