Porque no puedes salirte de la línea, somos como autos en un carril
Y la vida es como un reloj de arena pegado a la mesa. nadie puede encontrar el botón de retroceso.♡
así que apoyá tu cabeza en tus manos
y respirá... solo respirá—Se terminó.
Las palabras que retumbaron en todo el auditorio lograron un silencio total en el público.
¿Era una broma? No, el resto de la banda lucía igual o aún más sorprendida que ellos.
Sasuke Uchiha, líder y cantante principal de 'L.O.V.U' estaba de pie ante una audiencia de aproximadamente diez mil personas diciendo esas inesperadas palabras. Sostenía el micrófono con su mano derecha y con la izquierda su guitarra. La mirada estaba perdida entre la punta de sus botas, no podía mirar a sus fans y repetirles lo mismo.
—Gracias por el apoyo todos estos años, pero no puedo seguir. —por más que sus compañeros y miembros de staff le hablaban para que se detuviera, él los ignoraba— Me voy de 'L.O.V.U'
Y salió de vista causando alboroto y que el lugar se convirtiera en una reserva de gritos y llantos.
Tan pronto Sasuke se fue, el resto de la banda fue tras él.
—¿Qué diablos fue eso, Sasuke? —preguntó Neji, el segundo guitarrista alcanzando a tomarlo de un hombro.
Suigetsu lo señaló con las baquetas: —Este tipo de bromas son las peores, emo. Lo sabes.
Y mientras sus dos compañeros esperaban que el Uchiha soltara una carcajada y aceptara que todo había sido para moletarlos, Sai solo observaba de brazos cruzados la escena, y Naruto, el único que notó cuánd seria era la situación, se acercó a él.
—Sasuke, ¿por qué?
El azabache lo miró con indiferencia.
—Ya no puedo vivir así, Naruto. —soltó y una opresión profunda se hizo presente en su pecho— Las mentiras, la manipulación... ser famoso y cumplir mi sueño no lo vale.
—Nuestro sueño. —corrigió el rubio— Este ha sido el sueño de todos nosotros desde hace diez años.
Sasuke negó mordiendo su lengua. Naruto era su mejor amigo desde que tiene memoria, y haber llegado hasta donde están lo haría sentirse orgulloso si no fuera porque tuvo que sacrificar tantas cosas.
—Te haré una pregunta. —advirtió— ¿Eres feliz?
—¿Qué?
—¡Sasuke, nos están esperando! —reclamó el peliblanco haciendo chocar sus baquetas.
—Que si eres feliz. —repitió— ¿La vida que tienes ahora te hace feliz?
El Uzumaki no supo cómo responder, pero aún así lo hizo: —Pues claro. Tengo una linda esposa, casa, carro y hago lo que me gusta. —explicó— Claro que soy feliz, y tú también deberías serlo.
—¿De verdad lo crees? —su amigo asintió— ¿Por qué debería hacerme feliz ser novio de alguien de quien no estoy enamorado? —cuestionó— ¿Por qué debería ser feliz por tener una casa y un auto genial, si no puedo ser libre para usarlos como quiera? —soltó un suspiro profundo— ¿Por qué sería feliz de hacer lo que me gusta, si ya no me llena como antes?
Sai, Neji y Suigetsu ya no recriminaban nada, solo observaban esperanzados para que Naruto dijera algo que hiciera cambiar de opinión a su líder, algo que lo hiciera entrar en razón.
—¿Es lo que quieres?
—No lo sé, pero necesito averiguarlo. —respondió con urgencia, comenzaba a sentirse asfixiado— Por favor.
Naruto lo abrazó deseando no esperarse: —Adiós, amigo.
—¡¿Qué haces?!
—¡Idiota!
—¡Nos están esperando!
La audiencia gritaba el nombre del vocalista, exigían verlo, exigían su regreso. El cual nunca llegó.
Sasuke ya había salido corriendo del auditorio por las puertas traseras. Sentir el frío aire de la noche golpeando su cara le dio una sensación de alivio. Corrió sin rumbo alguno, quería, necesitaba estar lo más lejos posible.
Llegó hasta un muelle donde el único sonido que se escuchaba era el del agua del lago. No había ningún vehículo transitando cerca y ninguna persona. El Uchiha se sentó en una de las pocas bancas frente a la maravillosa vista y se dedicó a contemplar y pensar.
¿Por qué permitió que le quitaran el poder sobre su vida?
¿Lo único que quería era ser famoso? No, quería que el mundo conociera su música y se enamorara tanto de ella como él lo estaba. Que encontraran un refugio en el arte.
Había dejado de ser Sasuke Uchiha, el simple chico de Tokio que hacía videos en internet, y ahora solo era el Sasuke Uchiha, vocalista de una gran banda de rock, cara bonita y que debía hacer todo a la perfección.
Ya no era él.
No estaba viviendo su sueño.
Estaba viviendo en una interminable pesadilla.
—Oye.
Una dulce y tranquila voz lo trajo de vuelta y evitó que se quedara dormido a mitad del muelle.
—¿Si?
—Este es mi lugar. —respondió.
—Ah, yo... —no supo qué responder, el peso en sus párpados apenas le permitía distinguir una sombra frente a él.
—Solo recorre tu cuerpo a un lado para que pueda sentarme. —pidió amable y en cuanto el azabache lo hizo, compartieron banca— Gracias.
—Eh... si.
¿Cuánto tiempo llevaba ahí? Con las prisas ni siquiera tomó su celular, ni las llaves de su auto.
—¿Sabías que este es el mejor lugar para que tus sueños se cumplan?
Él alzó la cabeza: —¿Perdón?
La chica, quien vestía una sudadera lila y jeans blancos, miraba con placer hacia el frente.
—Aquí, justo en esta banca a estas horas de la noche, es mágico. —comentó— Si miras al cielo, y con todo tu corazón pides un deseo, se cumplirá.
—Hmp, yo no creo en esas cosas. —refutó un tanto irritado. Hace mucho tiempo había dejado de creer en los finales de cuentos de hada.
—¿No tienes sueños que quieras que se cumplan? —cuestionó viéndole de reojo.
—El único sueño que creí tener resultó ser una completa estafa y decepción. —murmuró.
—¿Quieres hablar?
—No creo que te interese escuchar mi tonta vida.
—Se nota que lo necesitas. —soltó y dos segundos después estiró su mano— Soy Sakura.
Él no correspondió el gesto: —¿Y?
—Entiendo que no quieras hablar con una extraña a la que acabas de conocer en medio de un muelle a mitad de la noche. —se jactó— Pero si sabes mi nombre ya no seremos desconocidos, ¿cierto?
¿Qué tan loco sonaba eso? ¿Cuándo habìa sido la última vez que hablaba con un desconocido?
Claro que no aceptaría, no era seguro. Podría ser una fan loca que quiere secuestrarlo, o peor, una reportera que quiere conseguir la premisa de su salida de la banda.
Pero su corazón anhelaba tanto sacar todo lo que llevaba callando por años, necesitaba que alguien supiera la verdad de su vida, alguien que lo escuchara por ser una persona común y no por ser una estrella.
La chica, Sakura, parecía ser alguien normal, sus ojos tenían ese brillo de sinceridad y autenticidad. Confiaba en ella sin saber nada de ella.
Finalmente estrechó su mano.
—Yo soy Sasuke.