¿Por qué?

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-Me cuesta mucho levantar la cabeza enfrente de ellos, quiero enfrentarlos cara a cara pero no puedo, aveces siento que todo esto debería de terminar, pienso en mi familia y mi único amigo, ellos son mi salvación, así que no hay nada de qué preocuparse-. Procede a guardar sus libros.

Es otro día como cualquiera, Alexandree va camino a su casa en su auto, al llegar nota que sus padres no están en casa.
Baja del carro y toca la puerta, -¿Hay alguien en casa?- Pregunta Alexandree.
-¿Hola? ¿Quién es?-. Responde su hermana Alice con preocupación.

-Soy yo, Alexandree, abre la puerta por favor-.

Alice abre la puerta y abraza a su hermano, -Qué alivio, por un momento pensé que me iban a secuestrar-. Dice Alice mientras sonríe.

-No bromees así-. Responde Alexandree con una risa sarcástica, -¿Dónde están papá y mamá?-
-Están en el supermercado comprando comida para hacer de cenar-. Dice Alice.

-No puedo esperar a que lleguen, así que prepárame un sándwich-. Alexandree toma asiento y espera.

Alice se lo prepara, se lo entrega y también toma asiento.
-¿Cómo te va en la preparatoria Alice-.

-Muy bien, en especial porque he estado hablando con un chico que me llama la atención-. Responde Alice sonrojada.

Alexandree pone una cara de seriedad, -Eres muy joven como para que te rompan el corazón-.
Alice prefiere desviar el tema y le pregunta, -¿Cómo te fue a ti?-

-La verdad es que no me va para nada bien, odio esa universidad y me deprimo mucho al pensar en dejarla solo por culpa de 3 personas, no me dejan en paz, se burlan de mí y no pongo atención por estar pensando en lo que me harán al salir de clases-. Inclina la cabeza y mira hacia abajo.

-¿Y quienes son esas "3 personas"?-. Pregunta Alice.

-Luke, Jacob y Julia-. Responde con la voz entrecortada.

Suspira y sonríe por un momento, -Pero no todo es malo, así como esas 3 personas malas, también hay personas buenas, Oliver y yo conocimos a Daniel, Emilia y Lena-.

-Sabes que no me gusta verte deprimido-, Dice Alice, -Pero a la vez me alegra tanto que hayas conocido a gente nueva-. Lo mira fijamente con un tono brillante en los ojos.

-Todo estará bien, no te preocupes que yo sé manejar cualquier situación-. Alex sonríe levemente.

En eso escuchan que un automóvil llega, miran por la ventana y se dan cuenta de que son sus padres.
-Hola Alexandree y Alice, ¿Cómo están?-. No responden nada y proceden a ayudarles con las bolsas del supermercado.
Ya una vez todos adentro de la casa la mamá le pregunta a Alice.

-¿Cómo te fue en la preparatoria-. Alice responde que bien y que está feliz de ir.

En ese momento Alexandree sonríe porque sabe el motivo de esa felicidad.
Su padre lo ve y pregunta, -¿Por qué esa sonrisa?-.

Alexandree dice, -No hay un motivo en particular, es solo que me alegra que a Alice le vaya bien-.

-Entonces cuéntame como te fue a ti-. Alexandree se pone nervioso y no sabe qué decir.
-La verdad es que estoy muy feliz de poder asistir a esa universidad, he estado haciendo muchos amigos con los cuales salgo a almorzar, a hacer tareas y pasar el rato-. Le tiembla la voz.

Antes de que diga algo más, Alice lo interrumpe y le dice, -No mientas, me dijiste todo lo contrario cuando estábamos sentados-.

-¿De qué hablas?-. Se dirigieron a Alice con esa interrogante.

-Alexandree está mintiendo, él ha estado muy deprimido debido a que en la universidad lo maltratan y se burlan de él-. Contesta Alice con un tono molesto.

Antes de que le digan algo, Alexandree se va corriendo a su cuarto, cierra la puerta y pone el seguro, se tira en su cama.
Alexandree se pone los audífonos y pone sus canciones favoritas, mientras que en su cabeza solo surge un interrogante: ¿Por qué?
-¿Por qué? ¿Por qué soy así? ¿Por qué a mí?-. Se pregunta a él mismo mientras las lagrimas empiezan a abrazar sus mejillas.

Sus padres le gritan para que baje a cenar, pero él no los escucha.
Pasa horas y horas escuchando música, hasta que finalmente decide darse un baño para sentirse mejor y estar listo para el día de mañana.

A su mente se vienen muchas ideas de como enfrentarse a esas personas, pero él más que nadie sabe que no les puede dar la cara, en ese preciso momento se le viene una idea muy loca.
-¿Y si me deshago de ellos sin que nadie sepa?- Admira como caen las gotas de agua. 

-No, no estoy tan demente como para cometer una estupidez así, pero... ¿Y si esa es la mejor opción?-.Se queda inmóvil durante unos segundos, -Bueno, será mejor que no le de más vueltas, trataré de no pensar mucho en eso-. Pensaba Alexandree mientras secaba su cuerpo.

Plancha la ropa que se pondrá el día de mañana, coloca en su mochila los libros que necesitará para sus clases, pone alarma y finalmente se acuesta en su cama.

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