"Hijo de puta"
"¿Disculpa?"
...
"¿Te quieres casar conmigo?"
En dónde Kim Taehyung recuerda las razones por qué ama a Jeon Jungkook antes de pedirle pasar una vida entera juntos.
"El sol y la luna detienen su juego de escondite y se acercan.
A cada paso que dan, el cielo se oscurece y el mundo murmura, dos almas en pena caen en los brazos del otro.
Como si fuera el fin del mundo....uno, dos, tres y...uno, dos, tres, ¡bang! Fin del mundo"
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Sería una atenuación decir que Kim Taehyung solo tenía ojos para una persona. Su persona, el sol de su universo, la luna de su tierra, la luz en la oscuridad.
Sí, Taehyung estaba más que enamorado.
Pero, ¿quién no podría? El castaño no se describiría como una persona celosa, era tranquilo, tal vez era por eso que cuando habían personas que coqueteaban abiertamente o miraban de más a su novio, no hacía nada, incluso los entendía, ¿quién no querría tener la atención de él? Era demasiado afortunado que él fuera el foco de ella y sabía que estaba con la persona correcta, cuando esta declinaba de inmediato a dichas personas.
Desde el primer día que lo vio, no pudo dejar de pensar en él. Bonito, bonito, bonito eran las palabras que resonaban en su mente junto con las imágenes de sus recuerdos de él.
Y, dios, no solo era bonito físicamente. Además de sus ojos redondos que brillaban cuando estaba emocionado u observaba las cosas con sus grandes ojos como si fuera la primera vez, como si fuera su primera vida, además de cada lunar en su cuerpo -Sus favoritos siendo el que tenía debajo de sus labios-, de su sonrisa cálida que hacía a su pecho sentir la primavera florecer en él cada vez que lo veía sonreír, de su piel que parecía estar hecha de porcelana cada que tenía la oportunidad de tocarla, de su cuerpo tonificado gracias a sus entrenamientos en el gym... Sí, muchas cosas además de ellas, eran bonitas en él. Su personalidad dulce e inteligente, está última aunque él lo negara, algunas veces aniñada, tierna, divertida, tímida, dios-
A veces no creía que él tuviera la oportunidad de amarlo, tocarlo e incluso verlo en uno de los estados más vulnerables que un humano podría tener. Él, un simple mundano de la tierra que cada vez los habitantes en ella mataban más, tenía la oportunidad de amanecer al lado de aquél ser que parecía sacado de otro planeta o- No, incluso nacido del polvo de una estrella o de las lágrimas que el cielo dejaba caer cada vez que lloraba como si dejara caer a uno de sus ángeles.
Dicho ser se estaba riendo de él mientras lavaba los platos de su desayuno y él limpiaba el piso, en el cual había derramado su jugo segundos antes porque estaba tan perdido en su mente que se tropezó con su propio pie causando que el jugo que quedaba en su vaso cayera al piso.
"Andas raro hoy"
Lo miró, confundido, dejando el trapo con el que había secado su jugo a un lado, ahora parado junto a él en frente del lavaplatos. Rio, bajito, "¿Si? Solo estoy nervioso por la presentación del nuevo proyecto, no es nada" Le dijo, acariciando su cadera con una mano, sonriéndole poquito para tranquilizarlo. Y se sintió un poquito mal por mentirle, aunque no del todo porque sí estaba un poco nervioso por el nuevo proyecto que tenía que presentar a su empresa, pero la verdadera razón estaba carcomiéndole la cabeza y oculta en su escritorio en una pequeña cajita de terciopelo rojo.
