Punto y final fue lo que escribí aquel 7 de Febrero de 2019 con la intención de olvidarte porque, por primera vez, mi corazón y mi mente estuvieron de acuerdo en que amarte es como pasar por un jardín lleno de pinchos con miles de rosas. Enamorarse de un chico popular no es nada fácil. Lo fácil es pillarse, lo difícil es mantenerse en equilibrio. Ver como uno de los chicos más buenos del curso está rodeado de chicas que le tiran la caña y él pone el anzuelo, no es un plato de buen gusto para el piececito tímido, pequeño e insignificante como yo. Y joder, como duele. Créeme, sigue doliendo. Aunque a distancia, como ahora está muy de moda. No sé si es casualidad, destino, venganza... No lo sé, pero lo que sí sé es que ya hemos coincidido en más de una ocasión este último verano y no poder ir a saludarte me mata por dentro. Lo admito, soy tonta. Mi cobardía es mucho más grande que la vía láctea y más potente que el sol, pero aun así me siento orgullosa de mi valentía por seguir amándote. He tenido suerte, eso sí. Los abrazos, preocupaciones y miradas siempre van a quedar en nuestra mente recordándolas unas detrás de otras como una pequeña película que nuestro corazón guarda con mucho cariño sabiendo que este DVD también puede sufrir daños, actualizaciones, miedos, preocupaciones e incluso olvidos. Intentas romper ese disco enamorándote de otra gente pero lo único que consigues es hacerte daño a ti misma fingiendo cosas que en realidad no sientes y que confundes con cariño, todo con un propósito, para olvidarte. Mi pared parece una pantalla, sabes? y mi mente un proyector. Y ahí es cuando surge la magia. La primera mirada, esos ojos azules se atraparon a los míos como si fueran su escapatoria del mundo real para poner disfrutar del soñar unos segundos. Primer contacto, tu con tu cálida respiración y yo con mis lágrimas formábamos una pequeña cala donde en un futuro podrían estar nadando nuestros hijos. La mítica moneda de los cinco céntimos, aunque para la sociedad es insignificante, para mi es como si tuviera un billete de 100 euros en mi mano, pero con un toque distinto. Ese olor tuyo que envuelve cada cosa que tocas, cada rincón por donde pasas, cada aire que exhalas. Y aquí y ahora confieso algo que nunca he dicho, una cosa que no me he atrevido a hacer hasta ahora. Alomejor porque no estaba preparada, decía yo, o alomejor porque no estaba pensando con la persona indicada, digo ahora yo. Y qué gusto. Tocarme con la imaginación es brutal. Imaginándome que mis manos son tus manos, tu aliento en mi oído, las gotas de sudor empapando las sábanas. Tus labios mordiéndome, humedeciéndome, haciéndome sentir en una nube y de repente, bajar sin paracaídas, un volcán en erupción, los vellos de punta, sensación de tener gotas muy frías por tu piel y de repente arrasarlas con fuego lento hasta explotar con un suspiro de placer. Poder ver tus ojos, tu pelo, tu boca, tus músculos. Hasta quedarme dormida.
Soñar despierta es de locos, es locura. Pues qué bonita locura estoy hecha.
Ojalá poder ser esa mano que te peine ese pelo rubio que a todo el mundo le vuelve loco.
Ojalá ser esos ojos que quieras ver cada vez que te despiertes.
Ojalá poder tener ese móvil donde cada día envías los buenos días y las buenas noches.
Ojalá tener esa cuenta de Instagram que te vuelve loco y la ves cada día.
Ojalá ser esa voz que escuchas al otro lado de la línea, en un audio de cinco minutos o el susurro en tu oído a las dos de la mañana y que nunca te cansarías de escuchar
Ojalá ser el cuerpo en el que quieras abrazarte cada vez que te sientas mal
Ojalá ser esa calma que te ayude a respirar.
Ojalá ser esa razón por la que muchos dicen no poder morir.
Ojalá ser la melodia que acompaña tu respiración.
Ojalá ser esa risa que te contagie.
Ojalá ser esas lágrimas que acompañen a tu tristeza.
Ojalá ser tu cantante y tu mi querido guitarrista.
Ojalá ser esa persona tan especial para ti.Y aunque cuando soñamos no existe lo imposible, por desgracia en mi cabeza sí y ese imposible se acaba convirtiendo en una ilusión. Si existe algún milagro en esta vida y ahora tú me estás leyendo, solo quiero decirte que te amo. Es muy típico, lo sé, pero la verdad es la que decide la palabra, pero no el significado. Y te puedo jurar que nunca he dicho un "te amo" más sincero en toda mi vida. Y estoy enamorada de ti, perdidamente enamorada de ti. Estoy tan enamorada de ti que ni con mapa ni con brújula puedo encontrar el camino de vuelta a casa.