Me encontraba en lo alto de un campo, recostado en el suave pasto verde, esperando a mi amado. Hoy iba a ser nuestra última cita, así que decidimos que sea en este lugar que encontramos en las primeras semanas que nos empezamos a conocer.
Sonreí triste, pensando sobe porque tenemos que pasar todo esto solo por ser dos hombres amándose, no encuentro la manera en la que podemos hacer daño a los demás como tantas veces nos lo han dicho en aquel pequeño pueblo.
En un lugar donde todo aquello que es desconocido está mal, que es anormal, que es antinatural o pecado lo castigan con la muerte a fuego lento. Irónico, ¿no? Ellos piden respeto, pero no nos dan a nosotros.
Hace dos semanas encontraron nuestro lugar secreto, en el cual nos reuníamos para darnos mimos y cariños sin molestar a alguien, amenazándonos con matarnos ahí mismo a pedradas, pero logré llegar a un plazo de dos semanas para que nos dejaran vivir y disfrutar nuestro último tiempo juntos.
Aún recuerdo la carita triste y asustada que tenía mi novio azabache cuando nos descubrieron, las lágrimas que derramó cuando nos empezaron a insultar y el cómo se aferró a mi torso cuando amagaron con aventarnos las piedras que se encontraban en la pequeña cabaña vieja. Y rememorar eso me parte el alma y me duele el corazón.
No podíamos escapar del pueblo, ya que pusieron vigilancia en cada entrada que conectaba con algún otro pueblo, y no podíamos trepar los muros que lo rodeaban ya que estaban demasiados altos. Me causa gracia la importancia que nos estaban dando, teniéndonos como prioridad a nosotros que a todos aquellos ladrones que ha pisado el pueblo.
Salí de mis pensamientos al escuchar pisadas a lo lejos, poniéndome en alerta rápidamente, sosteniendo fuertemente el pequeño cuchillo que traía escondido en la manga de mi ropa, pero me relajé al instante al ver quien era, sonriendo como siempre lo hago cada vez que lo hago.
Jeon venía a paso apresurado, vistiendo un pantalón café y una camisa blanca, ambos de trapo, algo sucios y rotos, igual que mi ropa. Mostraba una sonrisa muy bonita, mirándome fijamente, mientras que yo veía como su pelo corto se despeinaba por el aire.
Me paré cuando él ya estaba casi por llegar donde habíamos quedado, corriendo me dirigí hacia él con brazos abiertos, aprisionándolo entre ellos cuando estuve enfrente de mi azabache. Sintiéndome en casa, me aferré a su cuerpo, haciendo que su cabeza quede escondida en la curvatura de mi cuello.
-Hola amor, veo que estás muy emocionado por nuestra cita- soltó una pequeña risita ahogada al igual que su voz.
-Yo siempre estoy emocionado cuando estoy contigo, así sea por segundos- le susurré al oído, sintiendo como un pequeño escalofrío recorrió su cuerpo.
-Ya, Kim, que me haces sonrojar- dio un pequeño golpe en mi pecho, haciéndome reír.
Rompimos el abrazo, dirigiéndonos al lugar donde estaba anteriormente, se sentó y empezó a sacar pequeñas meriendas que había preparado mientras que yo arrancaba una pequeña flor que había visto de casualidad.
Me senté a su lado, poniendo la flor en su cabello, él mirándome mientras daba otro bocado. Le devolví la mirada, admirando aquellos grandes orbes café, me gustaban mucho sus ojos, ya que parecía que contenían pequeñas estrellitas.
-¿Ya te he dicho que amo tus ojos?
-¿Por qué parecen que contienen estrellas? Muchas veces.
-Pues lo voy a volver a decir, amo tus ojos.
-Y yo amo mucho tu cabello, parece que tienes nubes de color café. Muy bonito y esponjoso- acarició mi cabello de forma lenta y delicada, yo sonreí ante el gesto.
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𝒱á𝓂𝑜𝓃𝑜𝓈 𝒶 𝓂𝒶𝓇𝓉𝑒 | ᴋᴛʜ+ᴊᴊᴋ
FanfictionDonde Kim Taehyung y Jeon Jungkook hacen un sacrificio por el bien de su amor, todo por no ser aceptados en el lugar donde viven. ᴠᴀᴍᴏɴᴏꜱ ᴀ ᴍᴀʀᴛᴇ, ᴅᴏɴᴅᴇ ɴᴀᴅɪᴇ ᴠᴀʏᴀ ᴀ ʙᴜꜱᴄᴀʀᴛᴇ ɴɪ ᴀ ᴛɪ, ɴɪ ᴀ ᴍÍ • Th Top/ JK Bottom. • One-Shot, más de mil palabras. • A...