ᴛʜɪꜱ ᴍᴀʀʀɪᴀɢᴇ ᴡᴀꜱ ᴀʟᴡᴀʏꜱ ᴘʀᴇᴅᴇꜱᴛɪɴᴇᴅ [ᴛʀᴀᴅᴜᴄᴄɪᴏɴ]

Capítulo 2 [2]

Empuja para abrir la puerta del baño, y Wei Ying se da la vuelta, ojos enloquecidos, como un ciervo en los faros. Está apoyando una mano contra la pared para apoyarse, una delgada mano moviéndose furiosamente debajo de su falda. Lan WangJi sonríe levemente, la más mínima curvatura de sus labios. "Hola, Wei Ying," dice a propósito, y presiona un botón para enviar una vibración particularmente fuerte. Eso lo hace; Wei Ying se dobla, llorando, y se viene dentro de sus bragas, una mancha húmeda que se filtra fácilmente a través del fino cordón.

Lan WangJi apaga el vibrador, y Wei Ying suspira aliviado. pero— "Querido," Lan WangJi dice con desaprobación. "Mira que desastre haz hecho." Arrastra sus dedos por la entrepierna de Wei Ying, livianos como una pluma sobre el encaje de sus bragas; La suave piel ahí, en las áreas más privadas e íntimas de Wei Ying, se siente caliente bajo su toque.

"No creo que necesitemos esto más," Lan WangJi dice casualmente, y tira hacia abajo las bragas de Wei Ying de un tirón fácil. Wei Ying deja salir un chillido cuando su mitad inferior está completamente expuesta para que Lan WangJi la admire. Y Wei Ying ya está frente a la pared; es tan fácil para Lan WangjI sujetar las delicadas muñecas de Wei Ying por encima de él con un agarre de hierro.

Hay una fila de espejos enfrente de ellos, mostrando claramente a Lan WangJi—completamente vestido y ni un pelo fuera de lugar—presionando a un nervioso y medio desnudo Wei Ying al ras contra su frente. Su diferencia de tamaño nunca ha sido tan evidente, especialmente ahora que se miran así, desnudos bajo la iluminación fluorescente del baño—Wei Ying luce Oh tan pequeño, su delicada figura absolutamente inundado por el ancho y musculoso físico de Lan WangJi. Toda su mitad inferior está desnuda, mostrando las curvas de su redondo trasero y diminuta cintura. Su pequeña, linda polla. Lan WangJi casi sonríe cuando lo ve temblar, es tan adorable. Y aunque la parte superior de Wei Ying está vestida, los botones de su blusa están torcidos, la V de su cuello se abrió de par en par y en desorden, exponiendo el rubor de su pecho. El estado desaliñado de Wei Ying está en marcado contraste con la apariencia pulida de Lan WangJi, y maldita sea si eso no hace que Lan WangJi se vuelva aún más duro.

"Ah, no, ¡Lan Zhan! Al menos... ¡entremos a un cubículo!" Wei Ying hace todo lo posible por girarse, pero las manos de Lan WangJi lo mantienen quieto, presionándolo hacia abajo, sin permitirle moverse ni una pulgada.

"No," Lan WangJi dice, sus manos ya deslizándose debajo de la busa de Wei Ying para acariciar la suave piel ahí. Traza un dedo por la columna de Wei Ying, sintiendo un delicado escalofrió recorrer el cuerpo de Wei Ying. "Te quedaras justo aquí."

"No," Wei Ying jadea. "Alguien podría entrar, ¿está siquiera cerrado?, Lan Zhan—"

Lan WangJi sostiene firmemente la pequeña barbilla de Wei Ying, inclinándolo hacia el espejo. En el espejo, pueden ver la puerta claramente mostrada detrás de ellos. Lan WangJi sabe que Wei Ying también ve esto, por la forma en la que su mirada se lanza nerviosamente hacia la puerta. "No," Lan WangJi dice de nuevo, calmado e inflexible. En un instante, Lan WangJi gira a Wei Ying para que el frente de Wei Ying esté directamente frente al espejo. Desliza una grande mano bajo el blando plano del estómago de Wei Ying, alcanzando la copa entre las piernas de Wei Ying. "Esto me pertenece. Cierto, A-Ying." No es una pregunta, ambos lo saben.

A-Ying. Wei Ying pronuncia el apodo íntimo, con ojos plateados muy abiertos. "Porque," Lan WangJi tararea. "Tu esposo," escupe la palabra. "te llama A-Xian. ¿No puedo llamarte A-Ying, entonces?" Con una mano todavía sobre la entrepierna de Wei Ying, Lan WangJi baja sus labios hacia el cuello de Wei Ying, sus afilados caninos rozando la suave y delicada piel ahí. "Dilo, A-Ying," dice. "Di que tu coño me pertenece."

Wei Ying gime, y Lan WangJi siente un chorro de humedad en sus dedos. Casi sonríe. Su Wei Ying, tan mojado con tanta facilidad para él. Ni siquiera ha hecho nada, todavía. Lan WangJi usa una mano para separar más las delgadas piernas de Wei Ying, dejando al descubierto su rosado y reluciente agujero, mostrándolo muy bien en el espejo. Burlonamente, alcanza un largo dedo y lentamente rodea su borde. "¿Bien?"