prologo

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02/03/12

Los grillos sonaban en la luminosa noche que estaba presente, el aire era agradablemente fresco pero no tanto como para ser molestó en sí. No te conocía de nada ni tu a mi, pero ya sabía que me ibas a desagradar o eso quería pensar, tu actitud me repugnaba y tú presencia me hacia querer vomitar pero no quería que te vayas. si, se que suena raro o estúpido pero aunque no te soportase necesitaba tu simple energía cerca de mí.

Hablabas como perico y por eso me resultó raro cuando de un segundo para el otro ya no sentí tu voz. ahora me estabas mirando, Pegando esos ojos grises e inocentes en mí, parecía que ibas a decir algo pero simplemente no quería escuchar nada que venga de tí.

-Me estás ignorando.- Hiciste un puchero y miraste hacia abajo. De alguna manera esa acción me golpeó desprevenido haciéndome sentir un sentimiento en el pecho que nunca antes había sentido.

-No es cierto.-exclame mientras te miraba, no entendía porqué pero me molestaba verte con la cabeza gacha, ¿Que es este sentimiento? No me gusta para nada. Todo es culpa de nuestras madres que querían presentarnos para que según ellas nos llevemos bien y seamos amigos.

-Si lo estás haciendo, no mientas.-levanto su voz para decir aquello, parecía un niño pequeño que le habían arrebatado su juguete. Éramos pequeños a fin de cuentas.

La que aparentemente era tu madre entro por la puerta, tirando sus tranquilizadoras vibras que podrían embobar a cualquiera.
-Sid, tu mamá dice que ya se van.-dijo con voz maternal.

-¿Ya se tiene que ir? Quédate un rato más porfavor.-dijiste tan desolado que hasta pensé en pedirle a mi madre quedarme un rato más por el, parecía un idiota pensando así por ti.

-No puedo quedarme..- Recordé que no sabía su nombre, que patético.

-Jayden, ese es mi nombre.-Sonrei muy ligeramente al escuchar ese nombre, "agradecido", ya lo veremos.

-Gracias por el avisó, lamento no poder quedarme Jayden.-Le di una sonrisa falsa y camine directo hacia mi madre, la cuál estaba de pie con sus bolsos en las manos y su mirada tranquila.

-Vamos, mi amor.-Dijo agarrándome de mis delicadas manos, eran manos de un niño así que era bastante normal pensar que eran suaves pero muchas veces parecía olvidarse de éso, siempre eran tomadas con crueldad apresar de lo antes dicho.

-Me lastima.- Ella se dió cuenta al instante y aflojó el agarré, aveces no lo hacía con mala intención pero se olvidaba de que yo era menor, por eso tenía que recordárselo diariamente. Quería suponer que su memoria era mala pero esa verdad era solo la que yo quería creer.

21/11/15

De mis ojos salían cataratas, cataratas que intentaba ocultar con mis manos para que no te dieras cuenta de ellas.. pero era tarde, tus manos ya estaban en mis mejillas quitando esas lágrimas que me ardían el alma.

-Ya todo está bien, estoy aquí.-Lo dijiste con tanto amor que me dolía, dolía saber que tenías que verme de esta manera.

-No necesito tu ayuda.-Esas secas palabras de nuevo, siempre se me iba la lengua y terminaba diciendo algo hiriente pero tú siempre te quedabas, estaba agradecido de que esta vez no sea diferente.

-No quiero irme, necesitas que me quede y eso voy a hacer.-Tenias razón, necesitaba que te quedes cerca mío.. aunque seas ruidoso eras agradable.

-Esta bien pero cállate, solo quedate callado.-Hizo un puchero bastante tierno a mi parecer y se sentó a mi lado.

-Me voy a quedar callado aquí, no te voy a dejar solo.-Apoyaste tu cabeza en mí hombro haciendo que me estremesca un poco. Si, tu tacto todavía me era raro aunque era habitual tenerte pegado hacia mi.

𝗟𝗲𝗺𝗼𝗻 𝗯𝗼𝘆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora