Me encontraba de nuevo en ese extraño lugar. Pero esta vez estaba sentada en la entrada de una especie de castillo. Cuando me dispuse a entrar la puerta se abrió sola y dije con ironía "Que miedo se ha habierto sola" "como si ya no tuviera suficiente como para aguantar una broma".
Entré y me asombré al ver que era enorme, porque desde afuera parecía más bien una casa de muñecas. El primer salón que visité fue la sala de los tronos. Había una alfombra roja y descocida que conducía hacía el primer trono. Parecía ser de una princesa, al lado estaba el segundo que supongo que era de un pricipe.
El segundó salón que visité fué la sala de estar. Alli estaba la mesa del banquete con muchas sillas, la vajilla era de oro macizo y la mesa estaba preparada. Tenía pollo asado, marisco... En fin, toda una delicia. Me senté en una de las sillas y me dispuse a comer. Me serví de todo de lo que había en la mesa excepto las gambas, que no me gustan nada.
Estaba apunto de saborear la deliciosa comida cuando vi a un hombrecillo, tenia la estatura de un nomo de jardin y me dijo entusiasmado:
- ¡su alteza, ya está usted aqui!
-¿Su alteza? Yo no soy ninguna princesa.
- ¡Qué cosas dice!Todo esto es bastante raro, ¿princesa yo? No creo. En en salón se presentó un chico muy guapo, asi a ojo yo le echaba 17 o 18. Se sentó en la silla que estaba justo en frente de la mia y dijo:"¡Qué bella os encontrais esta mañana!"
Me quedé atónita. ¿Acaso era yo una princesa?...
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Más allá de los sueños.
General FictionSoy una chica buena y obediente. Un poco rebelde quizás. Mi mundo está en los sueños, y cuando estoy allí, "nadie me puede parar los pies.