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El fuerte sonido de una cortadora de césped fue la alarma que despertó a Sunoo, se talló los ojos con cansancio y bostezó un par de veces hasta estar completamente despierto.

No se sorprendió cuando sintió un peso extra en su cama, miró hacia un lado encontrándose con Ni-ki el cual dormía plácidamente a lado de él con la boca ligeramente abierta.

¿Cómo rayos había llegado ahí?

Recordaba perfectamente haberlo visto durmiendo en el sofá de la sala la noche anterior, de hecho hasta el mismo le llevó un par de mantas para abrigarlo y que no sintiera frío.

Comenzaba a creer que el menor de verdad sufría de algunos episodios de sonambulismo o en un caso más extremo se teletransportaba durante la noche aunque eso ya era demasiada ficción para su linda realidad pero de todas maneras no descartada la idea.

"¿Será que se tomó muy en serio el concepto de ser vampiro?" pensó Sunoo, sacudió su cabeza casi al instante intentando borrar esas ideas locas. Y es que al mayor le encantaba el drama.

Lo más extraño de todo era que Sunoo ni siquiera sentía cuando Ni-ki llegaba a acomodarse a su lado a las tantas horas de la madrugada y eso, eso en parte lo asustaba un poco porque para ser un adolescente de casi 1.83 con tan largas proporciones era bastante sigiloso, parecía un espía.

Desde que se mudaron a esa casa luego de salir victoriosos de I-Land, Ni-ki comenzó a dormir con él aunque claro que el primer día fue una excepción pero ya al segundo, tercero y cuarto ya despertaba sintiendo unos brazos rodear suavemente su cintura o con las piernas de Ni-ki sobre su cuerpo.

—Ni-ki, hey — tocó el hombro del menor para despertarlo, debían alistarse para ir a la empresa— Ni-kiii, despierta— insistió.

El menor se removió un poco, rascó su mejilla izquierda y estiró uno de sus brazos atrapando la cintura del mayor para continuar durmiendo.

Sunoo suspiró, le hacía muy feliz verlo descansar de esa manera que hasta tristeza le daba tener que despertarlo cada mañana para cumplir con sus labores.

—Sabes que no me gusta hacer esto, Riki— le susurró a unos centímetros de su rostro, a lo que el menor sonrió inconscientemente aún con los ojos cerrados.

—M-mamá...un mminuto más— respondió arrastrando las palabras y haciendo ruiditos casi inaudibles.

Sunoo soltó una pequeña carcajada al escuchar al menor llamarlo mamá, su corazón se apretujó seguramente y era más que evidente lo mucho que debe extrañar mucho a su familia.

—¿Aún no puedes despertarlo?— entró Jay a la habitación, tenía su cabello despeinado, sus lentes de lectura puestos en el puente de la nariz mientras se llevaba una cucharada de cereal a la boca.

Sunoo negó con la cabeza.

—Debemos estar listos en quince minutos, el manager nos esperará afuera— dijo Sunoo quitando como pudo el brazo de Ni-ki de su cintura para luego bajar las escaleras de la litera.

—Tenemos un caso parecido por aquí— Jay mencionó dirigiendo su vista al mayor del grupo, Heeseung el cuál dormía boca abajo dando pequeños ronquidos.

Sunoo que en ese momento tenía el móvil en sus manos no dudó en abrir la cámara y captar ese momento en videos y fotos. Luego las enviaría al chat grupal para confirmarles que Heeseung si roncaba ya que el mayor siempre lo negaba y dejaba a Sunoo como mentiroso.

—No te preocupes, ve a alistarte mientras yo los despierto— Jay le dedicó un cálida sonrisa a Sunoo, este le agradeció y caminó en dirección al baño para su ducha matutina.

our little secret ━ sunki Donde viven las historias. Descúbrelo ahora