It was always you and I

Capitulo 2

*En la imagen, el cubiculo privado de Jasper ♥

CAPÍTULO 2

BELLA POV

Trague en seco y desvié la mirada rápidamente en dirección a mis pies, era una situación complicada, horas antes me había convencido a mi misma - luego de una larga terapia llena de comida junto con Agnes - que no volvería a ver a quien se encontraba frente a mi esperando a que seguramente le entregara los libros, obviamente me había engañado a mi misma y ahora verlo aquí, me hacia sentir extraña. Me aclaré la garganta aunque sabía que no era necesario, él debía saber que yo me encontraba allí, simplemente me estaba dando un trato más humano de lo que alguna vez había tenido de parte de los suyos. Jasper levantó la mirada y con un atisbo de sonrisa en aquel perfecto rostro se puso de pie para recibirme.

- Ehm... creo que solicitaste esto... - di un paso al frente y casi tropiezo con mis propios pies y me estrello contra la mesa de la sala del estudio, espere a que Jasper se pusiera de pie y me salvara de la caída con velocidad vampírica pero mientras lograba estabilizarme el solamente se había limitado a sonreír sentándose de nuevo y comenzando a hojear el primer libro. Suspire un tanto avergonzada, sobreponiéndome del accidente que casi pasa y lo mire de nuevo los ojos. No eran exactamente ámbar, era un tono oscuro de dorado, lo cual a pesar de todo era algo bueno. Necesitaba alejarme de él. El hecho de que hubiéramos compartido un pasado no significaba que debía compartir un presente o futuro con él.

- Bueno, si me disculpas...

- Muchas gracias Isabella, espero que esto no sea un problema para ti

- Para nada - Negué con la cabeza cruzando mis brazos sobre mi pecho para tenerlos quietos, había estado retorciendo mis dedos como solía hacerlo cuando me encontraba nerviosa, y no debía estarlo, era Jasper, solo Jasper - es parte de mi trabajo

Jasper sonrió y me miró a través de sus pestañas sin terminar de levantar su rostro en mi dirección, negó con la cabeza y continuó hojeando el libro que recién le había entregado. Tenía esa belleza singular que me había dejado sin aliento años anteriores, pero una manera diferente ahora, muy diferente.

- No me refiero a los libros Isabella, me refiero a mi estando aquí

Cerró el libro de golpe y se apoyó en el respaldo de la silla, parecía satisfecho consigo mismo, casi podría decir que la situación le divertía un poco. Me quedé allí sin comprender realmente a lo que se refería, arrugue el entrecejo y negué con la cabeza de nuevo. La verdad no me molestaba, era confuso, la situación me causaba un poco de ansiedad y nerviosismo pero definitivamente no era molesto. Es decir, era solo un usuario mas que conocía, eso no debía ser un problema para mi.

Me sentía un poco sorprendida de mi misma, no estaba teniendo un ataque de pánico, no estaba hiperventilando y definitivamente no estaba siendo manipulada por Jasper. Sonreí inconscientemente, definitivamente yo era un caso clínico como solía decir mi compañera de habitación. Mis reacciones eran absolutamente erráticas y confusas. Pero no podía - ni debía -tentar a la suerte, lo mejor era alejarme lo antes posible.

- Bueno, espero te sirvan los libros Jasper, si necesitas algo no dudes en pedirlo

No espere su respuesta, me di la vuelta y salí del cubículo antes de que tuviese la oportunidad de hacer algo extraño, camine lo más rápido que pude regresando a mi puesto de trabajo tratando de no parecer un venado asustado huyendo de mi depredador, y es que no estaba huyendo de Jasper, estaba huyendo de mi misma, de mis reacciones.

Pase frente a la señora Fritz quien dijo algo en alemán negando con la cabeza mirándome a penas de reojo y me senté de nuevo frente al ordenador. Mi corazón palpitaba rápido en mi pecho, y cerré los ojos un momento practicando los ejercicios de respiración que mi terapeuta había recomendado. No estaba teniendo un ataque, no era pánico o ansiedad lo que aceleraba mis latidos, era algo así como emoción, un tipo de emoción que no había vivido desde que Agnes había anunciado que habíamos conseguido ser inquilinas conjuntamente del nuevo apartamento que ahora compartíamos en la vía estudiantil, en esa ocasión era una mezcla de emoción y miedo a la nueva experiencia lo que me había provocado todas esas emociones, pero ahora, no quería estar emocionada, no por algo así, no por él, no significaba nada que él estuviera aquí, al menos no para mí, todo era una casualidad.