𝑩𝑨𝑹𝑴𝑨𝑵 ぬ

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Las luces neón reflejaban la mitad de su blanquecino rostro mientras el lugar vibraba a causa de la fuerte música. Las personas bailando y riendo a mitad del gran salón demostraban que era un excelente momento para divertirse.

Bueno, Jimin no podía decir aquello cuándo llevaba demasiado tiempo en el mismo lugar, bebiendo del mismo vaso y esperando no sentirse decepcionado de que alguien más lo dejase esperando de la misma manera.

Mordía sus labios cerezas con ansiedad y su cabeza comenzaba a dolerle por todas las impresiones que aquel lugar parecía emitir. A pesar de todo, aún se sentía algo esperanzado de que su cita apareciese como habían quedado, negándose a creer que su suerte con los chicos fuese tan increíblemente mala.

Sus atractivos cabellos rojizos resaltaban como perlas de rubí conservadas en su máximo esplendor, las facciones de su rostro estaban siendo detalladas y bañadas con gotas saladas de cristal, la tela de su ropa se adaptaba perfectamente a las curvas de su cuerpo y los luceros color miel que tenía por ojos enfocaban perdidamente todo a su alrededor.

- ¿Se te ofrece algo más, lindura? - El tono con el que le habló el barman se escuchaba más fuerte y grave cuando apenas había llegado a ese lugar.

Le dirigió una mirada rápida antes de bajarla hacia su vaso y negar con la cabeza. - Estoy bien, gracias. - se forzó a decirlo más alto, pues la música opacaba un poco su voz.

- De acuerdo, cuando decidas tomar algo, no olvides llamarme - respondió con voz rasposa y una corta sonrisa.

Jimin le devolvió el gesto antes de que el rubio se retirase de ahí. Sacó su celular del bolsillo de sus pantalones para ver si tenía alguna llamada perdida o mensajes, pero como supuso, nada.

Notaba como el barman se giraba a mirarlo de vez en cuando y el solo esperaba que no sea por verse tan patético esperando mucho tiempo a alguien.

Tampoco podía evitar notar que el chico era extremadamente apuesto; su mandíbula se marcaba con todas las expresiones que hacía, su nariz era fina y sus ojos oscuros podían definirse de su claro interés.

Mordió su labio conteniendo una risita cuando hablando de éste, al descubrir que Jimin lo analizaba con la mirada, sonrió hacia su dirección guiñándole un ojo con coquetería.

Se sintió nervioso al notar que el rubio dejaba de lado un par de vinos para acercarse a él.

- No creo que tu novio llegue. - dijo una vez cumplió con su recorrido. Lo miró de manera intensa antes de aprovechar el tiempo para limpiar otros vasos con un trapo.

Jimin frunció el ceño por el comentario dado se dispuso a acomodarse mejor en su asiento. - No es mi novio, y tú no sabes eso - respondió mirando cómo el otro suspendía momentáneamente sus acciones y dirigía toda su atención hacia el, suspirando.

- Por favor, dulzura, estás aquí hace más de dos horas y él aún no ha llegado, ¿Enserio crees que lo hará ahora? - negó con una sonrisa socarrona.

- No molestes - Gruñó tratando de evitar su mirada, casualmente distrayendose con las personas bailando en la pista.

Escuchó como el rubio soltaba una ronca sonrisa a sus espaldas y pudo sentir el caliente aliento en su cuello. - Llámame cuando te des cuenta, estaré aquí mismo esperándote.

La piel de Jimin se erizó sin haber ningún modo de evitarlo y la curiosidad por ese hombre atacó rápidamente su cabeza. Volteó para mirarlo una vez más y en lo primero que pensó fue que si se veía así de sexy estando en uniforme, ¿Como se vería sin ello?

Mordió su labio con fuerza por el rumbo que sus ideas habían tomado. Po Dios, él realmente se estaba desaprovechando la oportunidad con semejante hombre debido a un idiota que notablemente lo había dejado plantado.

𝑩𝑨𝑹𝑴𝑨𝑵 ヤ!- 𝑲𝑶𝑶𝑲𝑴𝑰𝑵 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora