Recuerdo que cuando eramos a penas unos niños, peleábamos constantemente, era un martirio tener que escuchar sus pensamientos. Pero siempre terminábamos jugando y riendo de nuevo.
Ella siempre fue agresiva, no ha cambiado en nada, sus problemas de ira la hicieron cada vez más difícil de tratar, si la hacia enojar, ella siempre terminaba golpenadome o algo así.
Con el tiempo supo como controlarlo, entro a kick boxing y con ella, entre yo. Nos sabíamos defender y sabíamos que nadie podría hacernos daño.
Cada vez aprendíamos más y nos convocaban para peleas en gimnasios agenos.
Y ahora, yo fui quien dejo eso y ella sigue... Más que nada por sus problemas. Pero la amo