Capítulo I: Del Lobo

524 12 2
                                    

Muchas personas han dicho que soy un forajido, un criminal, un ladrón, un asesino, un estafador, un bandido o un pistolero. Ninguno acertó lo que soy, yo soy una leyenda. Mi nombre es Daniel Sánchez, y soy el mejor pistolero del Oeste.

(New Austin, 23 de enero de 1899) 

Después de escapar de México hacia el norte, me encontré con unos bandidos acampando en medio del desierto, estaba cansado y no sabía si podía confiar en ellos pero me acerqué para averiguarlo. 

Bandido 1: Hey, ¿qué haces aquí hombre?, estás en territorio Del Lobo.

Bandido 2: O te vas de aquí o te sacamos las tripas a balazos ¿oíste? 

-Tranquilos señores, llevo dos días cabalgando desde el sur, estoy cansando y buscaba algo de refugio nada más.

Bandido 1: No somos un puto hotel, ¡lárgate de aquí antes que te llene de plomo! 

-Tranquilos, escuché que hay una banda y quiero unirme a ella para hacerme muy rico y tener muchas mujeres. 

(Risas) 

Bandido 1: ¿Quieres ser un Del Lobo? Jajaja estas imbecil amigo 

-Vamos muchachos, vine desde muy lejos para encontrarlos, sé que los Del Lobo son una legión inmensa y poderosa, la más grande de todo el oeste.

Bandido 2: Pues no te mintieron pero, ¿cómo sabemos que no eres un federal encubierto?, no podemos confiar en ti. 

Después que me dijeron eso les enseñé un cártel de recompensa mío, solo 2,000 dolares por mi cabeza, después de eso solo sonrieron. Me llevaron a un lugar llamado Fort Mercer, era un antiguo fuerte militar pero lo capturaron y ahora es su principal campamento, ahí conocería a una leyenda, al mismísimo "Flaco" Hernández, uno de los mejores pistoleros que todo el oeste había visto. 

Flaco: Hola mi amigo, me dijeron que teníamos a un miembro nuevo, alguien con un nombre muy bien defendido ¿eres tú?

-Así es señor, soy yo.

Flaco: Pero pues cuéntame de ti a ver si vales la pena.

-Mi nombre es Daniel Sánchez. 

Flaco: Espera espera, ¿Daniel Sánchez? el hijo de puta que robó un banco y luego escapó en un tren que también robó. 

-Ese mismo, Flaco.

Flaco: Por el amor de Dios tenemos a un gran bandido aquí, tu no eres cualquier pistolero, tú eres un maldito asesino a sangre fría, tengo mucha confianza en ti muchacho. Es más, te voy a dar un regalo de bienvenida.

-¿En serio?

Flaco: Si señor, no puedes ir por ahí con un equipo para armas tan gastado, sígueme te voy a dar uno nuevo.

Lo seguí hasta lo que parecía un almacén, en el camino me iba contando lo que hacían, sus campamentos principales, que y como robaban y por su puesto de las matanzas que hacían cuando robaban algo.

Flaco: Este es un buen equipo, se lo robe a una persona muy rica.

-Wow, es algo impresionante. 

Flaco: Si lo es, lo estaba guardando para mi, pero creo que a ti te va quedar mejor.

El equipo era de gran calidad, creado a base de cuero, ambas fundas tenían decoraciones de flores, el cinturón venía con incrustaciones de metal al igual que una de las carrilleras, la otra solamente era negra. 

-Muchas gracias "Flaco", es un honor poder trabajar para uno de los mejores forajidos. 

Flaco: Tranquilo amigo, yo se que tu eres un demonio con tus armas, si trabajas muy duro puede que te recompense muy bien.

Red Dead: La Leyenda del Oeste Donde viven las historias. Descúbrelo ahora