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... Tarde o temprano, nos dimos cuenta de nuestro amor y hoy, en este día te regalo mi corazón...
Sabía que serían las cosas así, siendo el casual regreso de Sasuke, sin avisar, solo parado ahí en la puerta, al mismo tiempo que terminaba de vestirme para ir a la fiesta de cumpleaños de Kakashi.
Sasuke por su lado, me observaba como años atrás no hacía, se tomó unos segundos mientras terminaba de ponerme mis zapatos.Deberíamos de tener otro hijo ¿no crees Sakura? -me vio directo a los ojos, que asco me dio el hombre al que amé por tantos años, al que esperé y soporte su abandono, hice una mueca y pasé junto de él en la puerta, el me tomó por el brazo, era firme y aunque antes me era agradable o placentero, en ese momento y desde tiempo antes solo me era incómodo -
Sabemos los dos... Que un hijo no solucionará las cosas... Lo sabes muy bien -tomé aire apartando su agarre de mi brazo - los dos sabemos que fuimos felices unos años y eso... No está para nada mal... Pero, ya no es así... Ni tú, ni yo, ni nuestra hija merece esto... Mucho menos un niño inocente.... -suspiré - un hijo no arreglará nada... Los hijos no son un bálsamo para curar el amor...
¿Pero él si te amará? -preguntó - todos lo sabemos... El es de una mujer diferente cada día... -terminó su frase-
Era cierto, Kakashi era de mujeres diferentes... No cada noche, pero si regularmente... Suspiré tratando de no decaer, al recordar su sonrisa durante las juntas o cuando nos encontrábamos casualmente en el parque, sus ojos, su sonrisa y aunque me fuera antes o él lo hiciera, siempre me buscada, para al menos decirme "adiós", miradas que solo son eso, con el tiempo se hicieron mas intensas y comenzaron a causar en mi sentimientos e ideas. Ideas tal vez erróneas, tal vez sin fin alguno, sin final feliz. Pero es mejor morir de pie que de rodillas y mi relación con Sasuke significaba eso para mí, estar de rodillas, esperando, observando a los demás vivir y yo, estar en un constante "pausado".
Simplemente, no puedo envejecer sin vivir... -respondí - y vivir, no es esto, no es una espera constante, ni mucho menos engendrar niños para tratar de olvidar u opacar los deseos de uno...
¿Y cual es tu deseo entonces? -preguntó gritando, las arrugas en su frente fueron evidentes, estaba molesto - dime... Maldita sea... ¿Cual es tu estúpido sueño Sakura?
Que me amen -respondí gritando - y tú, no me amas a mi... Merezco amor de día y de noche, lo merezco, que me digan cuanto me aman y me lo hagan saber... Ya sea de mañana o de noche... Todas lo merecemos... Yo lo merezco... —me senté en la sala de estar, el solo se quedó parado frente a mi — Sasuke ... No estamos casados, no existe promesa alguna entre tu y yo, solo existe las promesas dadas a nuestra hija y eso es lo que importa... Pero nada entre nosotros existe, desde hace mucho tiempo...
Si eso dices tú... –se acercó mas a mi —entonces vamos a hablar...
Ya era muy de tarde, la fiesta debió de haber acabo hace unas horas... Ya era media noche, todo por hablar y darle fin a esto con Sasuke, que trago amargo.
Las calles ya eran poco transitadas, aún podía sentir el aire de verano en mi cuerpo, suspiré mientras apretaba la bolsa de regalo que tenía, mordía mi labio estresada, no llegaría, no llegué y seguro el se encontraría con alguien mas.Pero no, conmigo no.
Mi mente divagando entre el pasado y el presente, los detalles y los recuerdos de nuestras misiones pasadas, de las ayudas mutuas y la compañía, la gran compañía que me hizo durante los primeros años de Sarada, sin el no lo hubiera logrado, mordí aún mas mi labio, recordar ese viernes por la noche, el de noche, caminando solo, se detuvo frente a una tienda y una mujer hermosa salió, el solo agachó poquito la cabeza en señal de respeto y ambos, se fueron caminando.