Prólogo

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Blair Jones

13 de abril.

—¡Blair! ¡No puedes seguir así!

De nuevo la escandalosa voz de mi madre inundó el pasillo mientras yo trababa de evitarla. Acababa de entrar en mi habitación, aturdida. Cerré de un portazo para ver si así paraba, simplemente paso de escucharla. Parece que para ella no existe otro tono distinto de voz, al menos no conmigo. Si lo pienso bien, ni siquiera recuerdo a mi madre siendo cariñosa conmigo. Tampoco es que me importe, al menos ya no.

—¡Jovencita, escúchame!

Mi puerta fue abierta mientras decía eso, mi madre no tardó en entrar por ella. Siempre hacía estos dramas cuando peleábamos y esta vez no iba a ser diferente, claro.

Habíamos vuelto a pelear por la misma idiotez.

Blair no haces nada, Blair eres un estorbo, Blair tienes que ser como su hermana, Blair no vales para nada debes de hacer esto cómo tu hermana, Blair eres una adicta a las drogas, Blair no tienes futuro, Blair eres un desastre tu hermana es mejor.

Que les den, soy yo la que maneja mi puta vida y yo sé lo que hago.

Tomé mis auriculares, dispuesta a seguir ignorándola pero con música. Mi madre no pareció ceder, me propinó un jalón del cable que causó que se me taponaran los oídos.

—¡Te estoy hablando! —vociferó. A ver si se cansa ya—. ¡Blair Jones! ¡Ya esta bien! —Ni siquiera la miraba a los ojos, eso parecía cabrearla más—. ¡Eres una maldita inútil!

Y de nuevo dijo eso, parecía ser lo único que sabe decirme. Mentiría si dijera que no duele cada vez que lo oigo porque razón tiene en el fondo.

Mi expresión seguía seria por fuera aunque por dentro las palabras quemaban, con los años había aprendido que, para pelear con mi madre, había que tener cara de póker porque si te veía enfadada o triste lo haría peor.

—Lo se, mamá. —Ni siquiera debería llamarla así.

—¡Primero dejas la universidad y ahora consumes cocaína! —Sus manos empujaron mis hombros mientras decía aquello, no esperaba que usara tanta fuerza por lo que me sorprendí al sentir el impacto de mi espalda contra la pared de mi cuarto—. ¡Eres una maldita drogadicta inútil como lo era tu hermano!

Sentí una fuerte punzada en el pecho al oírla, sacar la baza de mi hermano ya era entrar en un sucio juego y a ese podíamos jugar las dos.

—Te molesta eh... Que sea tan libre como tú nunca has podido ser. —Mi voz sonaba áspera y era sarcástica en su totalidad, la Blair cínica había salido a la luz—. Te molesta no poder controlar mi vida como tu maldito padre hizo contigo y como tú le haces a tu otra hija, ¿no?

A ella en concreto si que nunca la llamaría hermana, si hay una persona a la que más odio es a ella. Ambas se han encargado de hacerme la vida imposible desde siempre, las únicas dos personas de mi familia a la que he querido ya no están aquí.

—¡Eres igual que él! ¡Una maldita egoísta! —contraatacó mi madre de nuevo, esa frase me quemó más que las anteriores.

La ida de mi hermano no había sido algo fácil para mi y más teniendo en cuenta de que fue por culpa de mis padres, ellos lo habían echado de esta casa y de mi vida.

Estas peleas eran habituales y, por suerte, esta vez solo estaba mi madre en casa, si es que a eso se le podía llamar suerte.

—¡¿Y qué harás, eh'! ¡¿Echarme igual que a él?! —Esta vez mi tono se elevó aún más a causa de la rabia que recorría mi cuerpo. Me había inclinado inconscientemente hacia ella.

Ángeles Oscuros [#3] (EN PROCESO)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora