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Pov. Narrador.

   ¡Señorita Yamamoto!    la rubia se giro encontrándose con su compañera de asiento algo agitada por la gran trote que tuvo que hacer para llegar a ella    Lamento molestarla, pero ¿Me podría enseñar algunas partituras del piano? Porfavor    continúo la chica para luego arrodillarse ante la rubia que miraba con su típica cara sería.   

   Me gustaría poder ayudarte, pero...    la rubia fue interrumpida por la bocina del auto lujoso de su mayordomo, una de las ventanillas del auto bajaron y se pudo ver el rostro del padre de la chica    Mañana te ayudaré    le respondió la rubia a la chica que estaba esperando por una respuesta, se despidió y fue a subirse al auto, encontrándose con su padre y su hermano mayor.   

   Cuándo lleguemos a casa vamos hablar    la rubia asintió, realmente ella quería que su viaje nunca terminará, pero eso era imposible. Al llegar el mayordomo abrió la puerta del auto, su padre se bajo primero, luego su hermano y a lo último ella    Ahora me vas a decir ¿Qué hacías hablando con esa chica?

   Ella me pidió ayuda en unas partituras del piano    respondió la rubia mirando hacía el piso, sabiendo que su padre odiaba que hablara con personas de clase baja, pero tampoco podía mentirle ya que el siempre se enteraba de todo.   

Su padre apunto su mano con su batuta, la rubia con un poco de miedo desabrochó el botón de la manga de su camisa y dejo a la vista su notorias heridas por los golpes que le daba su padre cuando cometía un error o hacía algo que no le gustaba.

   ¿Qué va a pensar la gente si te ven hablando con personas así? ¿¡Quieres humillarme!?    respondió con un notorio tono de voz enojado, para luego dar un gran golpe al brazo de la rubia con su batuta, cerro sus ojos por el ardor y apretó su puño    Espero que aprendas a no humillar a tu familia, principalmente a mi.   

La rubia limpió sus lágrimas, realmente odiaba a su padre, fue a darse una ducha pero se le hacía un poco complicado por el golpe de su padre, al terminar se cambió y trato su herida. Como era de costumbre su padre mandaba al mayordomo a infeccionar su habitación, por si escondía algo que me distrajera.

   ¿No hay nada?    pregunto su padre al mayordomo y este simplemente negó con la cabeza    Perfecto, espero que siga así    con los años de práctica que tenía en esconder mis cosas fui mejorando bastante, ya van dos semanas que no encontraban mi escondite, realmente era un éxito.   

La rubia puso un clásico de Johann Sebastian Bach en su tocadiscos, se recosto en su cama y se puso a pensar en como podria hacer que su padre estuviera orgulloso de ella, pero era imposible, parecía que odiaba con toda su alma el haber nacido de aquella chica, se tapo con sus calidas y suaves sábanas y quedo profundamente dormida.

[. . .]

Pov. Yamamoto Ume.

Me desperté por el irritante ruido de mi alarma, agarre molesta el pequeño aparato y lo apagué, me levante entre suspiros y me arreglé como todos los dias, baje y me cente en la mesa junto con mi familia, era incómodo, el mayordomo dejo al frente mío una taza de té junto a unas tostadas con manteca.

   Hoy van a ser tus clases de canto, quiero que lo hagas perfecto    hablo mi padre con su típico tono de voz aguda al decir "Perfecto".  

   Si padre, dare mi mayor esfuerzo    respondí firme y comencé a probar mí desayuno, al terminar me despedí y fui caminando hasta mi academia.   

   ¡Buenos días... señorita Yamamoto!    hablo algo agitada la azabache a mi lado, era la misma chica que ayer    ¿Hoy me ayudaras con esas partituras?

   No creo que pueda    respondí cortante ante la pregunta de la chica y aceleré un poco más el paso, no queria arrugar el vestido que había comprado mi padre ya que era de una tela súper delicada.  

   Pero... Señorita Yamamoto    insistió la azabache acelerando su paso para estar junto a mi lado    Realmente necesito ayuda

Seguí ignorando a la chica hasta llegar a la academia, entré a mí salón y me sente en mi banca, prepare mis cosas tranquilamente hasta que escuche a la profesora entrar.

   Buenos días chicos    hablo la profesora llamando la atención de todos    Hoy tenemos clases de canto así que quiero que vayan calentando esas cuerdas vocales.  

Las clases continuaron normales hasta que por fin era la hora de volver, guarde mis cosas en mi bolso y salí fuers de la academia para volvee a mi casa pero una irritante voz me interumpio.

   ¡Señorita Yamamoto!    gire mis ojos irritada y volteó a mirar a la chica    ¿Me estaba esperando?

   ¿Qué? Claro que no    segui caminando layendo las partituras del piano que me tocaban memorizar.   

   Realmente eres muy aburrida    la mire fastidiada y ells solo comenzó a reír    Bueno hoy me tengo que ir por aquí    dijo señalando el lado contrario de por donde iba.   

   No me importa    ignore a la azabache y segui mi camino hasta llegar a casa y me encontré con el mayordomo.   

   Señorita Uma, su padre la espera en la sala de ensayos    me dijo para luego seguir con su trabajo, suspiré y fui a la sala.   

   Por fin llegas    hablo frío y se paro junto al lado del piano    Quiero que me toques un clásico de Frédéric Chopin.   

   Si padre    me sente en la banquita y posicione mis dedos para comenzar a tocar, las melodías sonaban suaves y delicadas, pero fui interrumpida por mi padre    ¿En qué me equivoque?    pregunte desanimada y desabroché el boton de la manga de mi camisa   

   ¡Realmente siento que me tomas por idiota!    grito molesto y me dio un fuere golpe en mi brazo haciéndome cerrar los ojos    ¡Suena horrible! ¿¡Tanto quieres humillarme!?    me pego nuevamente con su batuta.    dentro poco serán tus exámenes, espero que mejores y no me humilles frente s otros.   

Abandonó la sala dejandome sola junto a mi madre preocupad, iba a ayudarme pero se giro rápido al escuchar el grito de mi padre al llamarla. Me levante y fui a mi cuarto, encontrándome con mí hermano.

   Tendrías que hacer las cosas bien ¿Por qué siempre le llevas la contraria?    preguntó mirando la herida que estaba sangrando un poco.  

   Dejame sola Rei    respondí y el solo suspiro para salir de mi habitación, me cambié y me recosté sobre mi cama, quedándome de a poco profundamente dormida.   

𝙨𝙝𝙤𝙬 𝙢𝙚 𝙮𝙤𝙪𝙧 𝙛𝙚𝙚𝙡𝙞𝙣𝙜𝙨   𝘮𝘪𝘵𝘴𝘶𝘺𝘢 𝘵𝘢𝘬𝘢𝘴𝘩𝘪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora