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- Lee Know.

- No era un chico común y corriente, "minho" como solían decirle, había tenido una vida difícil, de drogas, de alcohol, de maltrato. Había escapado de casa a penas cumplió los 18 años, huyendo de un padre maltratador, acoholico y sobre todo metido en problemas legales por estar involucrado en el narcotrafico. Su madre había muerto días atrás por un aborto clandestino en donde murió desangrada y los dueños de la clínica se deshicieron de su cuerpo aventándolo a un barranco.

- Él se había prometido no ser como su padre, no ser ese ser despreciable al que quieres moler a golpes, cuando se mudo a los 18 años encontró un departamento económico. Le había robado todo el dinero a su padre y lo que tenía de sus ahorros para poder pagar el encache; entró a trabajar después de unos días en un restaurante de alta gama en donde la paga era buena.

- Minho había deseado tantas veces regresar el tiempo a donde era niño, en donde su madre lo defendía, donde su madre le hacía pensar en que existía un mejor mundo; además... estaba... seungmin.

- ese pequeño incrédulo que le había conocido hasta la más mínima fibra de su cuerpo, de su personalidad, de sus hábitos, sus actitudes... Todo. Tanto que se había abierto ante él, le había mostrado otra cara diferente a la que le mostraba al mundo. Siendo alguien aparentemente dulce, tierno y muy muy protector.

- pero todo cambio cuando entraron al bachillerato, aquellos gestos que seungmin tenía con el, le encantaba que fuera tan cariñoso con el y claro que lee know correspondía a todos esos cariños con frases y alguno que otro movimiento posesivo.

- pero todas las tardes, todas las noches que regresaba a casa estudiaba cada uno de los movimientos de su pequeño, SU pequeño y que sería SOLO DE ÉL.

- Buscaba cada cuarteada, cada movimiento, cada plan que tenía, no quería que estuviera con nadie más, él solo podía pensar en su aroma, sus manos tan suaves, sus piernas tan delgadas y aquella cintura que le encantaba sostener. Y que solo ÉL podía sostener. Había amenazado a tantos chicos para que no invitaran a salir a su pequeño, para que ni siquiera se les ocurra acercarse con otras intensiones a su niño. minho tenía una obsesión con ese chico de ojos grandes y nariz fina.

- Hasta que llegó el "día 0" como le llamaba él, en donde fue el día en que el pequeño seungmin no regresó. lee know había analizado todos sus movimientos, había observado que camino tomaba, a que hora regresaría y en que esquina se estacionaría para seguirlo, no muchos pasos y poder subirlo a la camioneta._

- minho llegó detrás de él oculto en las sombras, en una mano tenía un pañuelo bañado en cloroformo, y en la otra tenía la cinta con la que ya se visualizaba amarrando sus piernas, sus delicadas piernas y sus muñecas, sus delgadas muñecas.

- no hizo tanto esfuerza pues solo fueron unos cuantos pasos cuando tomó al menos del cuello apegándolo con firmeza a él, no perdió el tiempo y llevó el pañuelo a su rostro tapando boca y nariz para que aspirara aquel químico que dejó al menor inconsciente en tan solo 15 segundos.

- 7............. 6........... 5..........

- contaba atrás mientras amarraba las muñecas del menor, posteriormente amarraba sus piernas, y colocaba un pedazo de cinta en su boca.

- 3........... 2.........

- todo dentro de un callejón. Mirando a todos lados esperando que nadie llegara, pero tenía todo calculado, todo planeado que era imposible que a esas horas y por esos rumbos pasara alguien por ahí.

- ¡1!

- sonrio viendo su obra de arte. Un pequeño cuerpo con los brazos amarrados detrás de su espalda. Con las piernas encogidas, los tobillos bien atados y una venda sobre los ojos. Sonrió orgulloso de su trabajo y se acercó cargando al pequeño para poder contar regresivamente corriendo hacia la camioneta. Metió, irónicamente, al menor a la camioneta y se dirigió hacia su casa. Su entrada, no, más abajo; su sala, no, más abajo...... Su sótano.

kidnapped by my best friend. Where stories live. Discover now