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La pareja se movía lentamente de un lado a otro, el baile de graduación era tan increíble y más cuando bailabas una canción lenta con tu alma gemela y la persona que más quieres y amas.

Christopher y Joel se habían hecho novios hace una semana, con la declaración más romántica que el rizado pudo ver y tener, hecha por el castaño.

Después de tanto rogarle el ojimiel al rizado de que tuvieran una cita, este aceptó pero paso unos largos cinco meses pues este lo esquivaba de todas las maneras posibles: no respondía los mensajes o llamadas, visitas, si el chico le hablaba este hacía como si no estuviera pasando nada y los obsequios que le dejaba en el pupitre se los ponía en su asiento. Pero todo valió la pena, porque ahora estaban felices y sobre todas las cosas: enamorados.

- ¿En qué piensas, cariño? - Preguntó el ojimiel.

- En todo lo que sufriste para que estuviera contigo.

La canción se acabó, todos aplaudieron por el hermoso momento y la pareja se sentó en su respectiva mesa.

- Todo queda en el pasado, solo vivamos el presente y aprendamos de eso. Por ejemplo tu, a no esconderse en los baños cada vez que sientas miedo. - Sonrió divertido y el chico hizo un puchero que el castaño beso.

- Chris...

- Perdón, mi vida, pero tenía que decirlo.

- Pirdon. - Arremedo a su novio y beso la mejilla de este. - Solo porque te quiero mucho.

- Yo también te quiero muchísimo. - Beso la mano de este y sonrió. - ¿Dónde trabajarás?

- No lo sé, no tengo una empresa como tu, que me han dejado mis padres difuntos.

- Trabajo conmigo, entonces.

- Solo bromeaba, pero ya conseguiré algo.

- Hablo de encerio, trabaja en mi empresa, así te tengo más cerca y tienes un empleo. - Alzó sus dos ceja. - Los dos ganamos.

- Lo pensaré.

Christopher asintió y se acercó al chico para besarlo: lento, sin prisa pero con amor.

Joel entendió en ese momento una frase que miro en internet cuando creía empeorar en la depresión que tenía «si el dolor llega, también lo hará la felicidad»

Nunca se hubiera imaginado así mismo, abrazando al amor de su vida, a su alma gemela, a su otra mitad. Y mucho menos ser feliz con alguien que lo hace ser feliz.

Los chicos fueron a casa después del baile, por que si, habían comprado una casa pues ninguno de los dos se quería separar, además de que ya tenían veintidós años. Se pusieron algo cómodo para descansar y se acostaron en la cama, se acomodaron de tal manera que los los dos se miraron a los ojos, sonriendo.

- Recuerdas hace un año en clase que dijiste que tu miedo era dejar solo a tu alma gemela. - Joel preguntó y el chico asintió. - ¿Por qué sentías eso?

- Por que lo se, siento que te dejare solo con alguien.

Cuando las almas gemelas están juntas, uno de ellos podrá predecir su muerte y el otro lo sentirá más no sabrá cómo será.

- ¿Sientes?

- Si.

Joel no contuvo su miedo, lágrimas que caían sin parar de sus ojos, se levantó de la cama y fue a la terraza de la habitación donde había un sillón, se sentó y enrollo su piernas con sus manos, tratando de contener su llanto. Sintió al castaño sentarse a su lado que lo cogió en brazos y enrollo a ambos en una manta, pues el frío se hacía notar.

- Lo sabes, ¿verdad?

- Si.

Hablaban en pequeños susurros pues el dolor que sentían era grande.

- Entonces dímelo y encontraremos una solución.

- Sabes que es contra las reglas, no puedo hacerlo.

- No quiero que me dejes solo. - Joel abrazó más a su novio y este solo correspondía mientras besaba su cabeza.

- No te voy a dejar solo, siempre voy a estar contigo.

- No es lo mismo. Solo dime y te prometo encontrar una manera para que no te vayas.

- Solo disfrutemos esta vida y esta noche, ¿si?

- Chris...

- Shh, solo disfrutemos de esta noche y la siguiente, y las que nos quedan.

- Te amo.

- Te amo.

Ambos se miraron y se besaron, un beso con necesidad pero lento, con el sabor salado por las lágrimas derramadas.

Ninguno de los dos se quiso mover y así durmieron, juntos, sin querer separarse.

Nunca sabrás el dolor que causa saber que puedes hacer algo por esa persona hasta que lo vives.

Y no es que Christopher no quisiera ayuda, pero si lo decía el chico también podría morir, el castaño amaba tanto al rizado que preferiría sufrir y morir él, a morir los dos.

Si sabes como moriras, no debe saber tu alma gemela que lo harás y que lo sabes.

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⏰ Última actualización: Jan 16, 2023 ⏰

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