Capitulo 26: La playa

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POV _____

Los rayos de sol golpeaban mi rostro, obligándome a moverme con incomodidad. Miré el reloj: 8:30 a.m., hora de despertar. Al girar, encontré a Sadie aún profundamente dormida a mi lado.

—Sadie, despierta —le dije mientras la movía suavemente. Su respuesta fue un gruñido adormilado y un tiro certero de almohada a mi cara.

—Cinco minutos más —murmuró, soltando una risita traviesa.

—¿Así quieres jugar? Pues así jugamos —respondí, comenzando a besar su rostro, llenándolo de pequeños besos juguetones. Cuando no respondió, me preocupé un poco... hasta que vi su sonrisa.

—¿No se supone que estabas dormida? —le pregunté, alzando una ceja.

—Como dijiste, "estaba" —replicó, acercándose para besarme de nuevo—. Me gusta cómo me despiertas, tal vez debería dormir contigo más seguido.

Nos perdimos en besos cada vez más intensos. Sadie, siempre buscando marcar territorio, empezó a morderme el cuello, y justo cuando pensé en lo evidente que sería su "obra de arte", la puerta se abrió de golpe. Sadie, en su pánico, se cayó al suelo.

—¡Así las quería encontrar! —dijo Noah, aguantándose la risa.

—Noah, si no sales corriendo ahora mismo, voy a empezar a pensar en cómo te quedaría un ataúd rosa —respondió Sadie, levantándose de un salto. Noah salió corriendo y Sadie iba tras él, pero la detuve con otro beso.

—Déjalo para después. Tienes toda la mañana para matarlo —le susurré, haciéndola bufar pero aceptar la tregua.

Una vez listas, bajamos a la cocina, donde el ambiente ya estaba en modo de burla. Noah nos miró con esa sonrisa de "sé-lo-que-hicieron".

—¿Así que de ahí vienen esos chupetones en el cuello de _____? —dijo Noah, masticando un trozo de pan, y todos en la mesa comenzaron a reír.

—Eres un chismoso, Noah —dijo Sadie, rodando los ojos mientras se sentaba, lanzándole una mirada que claramente decía "ya verás".

Con el desayuno terminado, la playa se convirtió en el siguiente plan. Nos dividimos en autos. Jake, siempre el bromista, pidió las llaves de mi coche y propuso una distribución que claramente buscaba provocar a los demás. Noah, como de costumbre, decidió añadirle picante a la conversación.

—En esa playa hay chicos y chicas lindas —dijo Noah con un tono casual, mientras miraba a Malina y luego a mí. Lo miré, sabiendo a dónde quería llegar.

—¿Intentas que nos maten? —respondió Malina, cruzando los brazos.

—No exactamente. Quiero ver cómo se ponen Sadie y Diego con un poquito de celos —dijo Noah riendo, y todos en el auto estallamos en carcajadas. La idea de los celos estaba servida.

Llegamos a la playa, un lugar hermoso con el mar brillando al sol. Sadie y Diego desaparecieron rápidamente en la orilla mientras el resto de nosotros buscábamos un buen lugar. Finn y Caleb, en su habitual dramatismo, se dejaron caer en la arena como si hubieran corrido una maratón.

—Exagerados —dije tirándome a su lado, mientras Malina se lanzaba sobre nosotros, causando más risas.

No pasó mucho tiempo antes de que Diego señalara un puesto de bebidas, sugiriendo que fuéramos a buscar algo refrescante. Malina y yo fuimos, aunque al caminar detrás de Sadie y Diego, no pude evitar notar cómo ambos miraban de reojo a otras personas. Malina se me acercó con una sonrisa pícara.

—¿Nos están provocando? —preguntó, levantando una ceja en dirección a Diego, quien coqueteaba descaradamente con una chica cercana.

—Eso parece —respondí, desviando mi atención a Sadie, quien, por supuesto, estaba sonriendo coquetamente a un grupo de chicos. La situación era demasiado obvia como para ignorarla.

Llegamos al puesto de bebidas y un chico bastante simpático, Ian, nos atendió.

—Yo quiero un jugo de naranja —dijo Malina, sonriendo. Noah y yo intercambiamos miradas burlonas.

—¿Y tú, qué vas a pedir? —preguntó Ian, dedicándome una sonrisa.

—Un daiquirí —respondí, manteniendo el tono ligero, aunque el nudo de celos comenzaba a aparecer. Noah pidió lo mismo, riendo bajo el aliento mientras los chicos a nuestro alrededor seguían siendo el centro de atención de Sadie.

Mientras esperábamos nuestras bebidas, observamos cómo Sadie y Diego estaban completamente sumergidos en sus "provocaciones". Sadie reía con un chico alto y atlético, mientras Diego coqueteaba abiertamente con una chica rubia. Malina resopló a mi lado.

—Definitivamente nos están provocando —dijo, cruzando los brazos.

—Lo sé —dije, sintiendo el calor subir a mis mejillas. La calma que habíamos tenido antes se evaporaba rápidamente.

—Aquí tienen sus bebidas —dijo Ian, entregándonos los vasos con una sonrisa.

Regresamos al grupo con nuestras bebidas, pero la tensión en el aire era palpable. Caleb agradeció su jugo con una sonrisa inocente, completamente ajeno al drama que estaba ocurriendo. Mientras bebíamos y observábamos, no pude evitar notar que Sadie seguía de lo más encantada con su nuevo "amigo".

—¿Vamos al agua? —preguntó Noah, quitándose la camiseta.

—Sí, por favor, antes de que alguien termine enterrado en la arena —dijo Malina, imitando a Noah y yendo hacia el mar.

El agua nos calmó, al menos por un rato. Jugamos, nos salpicamos y Noah trató de hundirnos a todos. Jake, por supuesto, se unió a la diversión, pero los celos no se disipaban del todo. Volvimos a nuestro sitio después de unos minutos, pero algo había cambiado: Sadie, Diego, Anna y Millie ya no estaban.

—¿Y ahora dónde se han ido? —pregunté, entre divertida y frustrada.

—Si están juntos... vamos a tener problemas —dijo Malina, sus ojos chispeando con complicidad. La guerra de celos apenas comenzaba.

Silhouette║Sadie Sink y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora