Capitulo 28: El primero

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POV _____

El ambiente estaba cargado de risas y un poco de tensión mientras íbamos de camino al minimarket. Noah no paraba de burlarse de los celos evidentes de Diego y Sadie. Al llegar, nos repartimos las tareas:

—Jake, Finn y yo vamos por las salsas y las bebidas —anunció Malina con seguridad, llevándose a los chicos a rastras—. _____ y Noah van por las hamburguesas y los vegetales.

—Oigan, nada de jugar, ¿eh? —dijo Finn mirándonos con el ceño fruncido, especialmente a Noah, como si anticipara travesuras.

—Eres el alma de la fiesta, Finn. No sabes cómo emocionas a todos —dijo Noah con sarcasmo, y luego me guiñó un ojo.

Con Noah al mando del carrito de compras, no esperé nada menos que comentarios ingeniosos.

—Dime algo, ¿crees que Sadie te deje dormir con ella después de todo lo de hoy? —me preguntó Noah con una sonrisa cómplice mientras yo sacaba las hamburguesas del congelador.

—Si no me deja, seguro me adopta el sofá o tu cama —respondí con una carcajada, sacando las hamburguesas como si no me importara.

Después de agarrar los vegetales y justo cuando pensaba que todo iba bastante normal, escuché una voz detrás de mí.

—_____.

Me giré y ahí estaba... Olivia. Pero no estaba sola. A su lado estaban Emilia, que ya conocía, y... Asher. Mi primer novio.

—Asher... —mi voz salió casi en un susurro mientras el rubor subía por mis mejillas. Genial, justo lo que me faltaba.

—¡Oh, qué sorpresa! —dijo Olivia, encantada—. ¿Se conocen?

Antes de que pudiera decir algo, Noah intervino con su usual tono sarcástico:

—Por supuesto, _____ conoce a medio planeta, nada nuevo —comentó Noah, rodando los ojos.

Asher sonrió y decidió soltar la bomba del siglo:

—Bueno, en realidad ella fue mi primera novia.

Noah casi se atraganta del asombro, poniéndose en modo drama:

— ¡¿Qué?! ¿Y no me lo dijiste? ¿Qué clase de amistad es esta? —exageró llevándose una mano al pecho como si realmente estuviera herido.

Yo solo pude poner los ojos en blanco.

—Sí, fuimos novios cuando teníamos 13 —expliqué, tratando de calmar las aguas.

— ¿Y por qué terminaron? —preguntó Emilia, curiosa pero en tono inocente.

—Fue porque _____ necesitaba tiempo para entender su sexualidad —explicó Asher, con una honestidad que me hizo recordar por qué había sido tan especial para mí. Pero antes de que el ambiente se pusiera incómodo, Noah decidió romper la tensión.

—En fin, deberíamos apurarnos, que Finn ya está lo suficientemente molesto —sonrió, y mientras terminábamos de agarrar las cosas, Asher nos pidió ir con nosotros.

De camino a la casa de Anna, las cosas parecían ir bien, hasta que llegamos y las miradas celosas volvieron a dominar el lugar. Sadie no le quitaba el ojo a Olivia, y Diego fulminaba a Thomas con la mirada. Era evidente que el humor se iba cargando.

Ya en la cocina, mientras hacíamos las hamburguesas, Noah no perdió la oportunidad de seguir creando caos:

— ¡Hey, Sadie! Adivina qué... ¡no fuiste el primer beso de _____! —gritó con una risa maliciosa.

— ¡Noah! —le repliqué furiosa, agarrando el ketchup y lanzándoselo a la cara. Fue como una señal. De repente, estábamos en plena guerra de condimentos. Olivia, Emilia y yo estábamos embarrados de mayonesa, mostaza y ketchup por todos lados.

— ¡Idiotas! —gritó Malina mientras nos tiraba un vaso de agua—. ¡Recuerden que no estamos en nuestra casa!

Todos pedimos perdón entre risas, y después de limpiar el desastre, finalmente nos sentamos a cenar.

Durante la cena, Sadie se mantuvo bastante callada, y no dejaba de lanzarme miradas. Mientras Asher, Olivia y yo bromeábamos sobre la película que habíamos visto, Noah no pudo resistirse a seguir alimentando el fuego de los celos:

—¡Así que Asher fue tu primer beso! —dijo Noah, volviendo a abrir esa caja de Pandora.

Los ojos de Sadie se entrecerraron, y aunque traté de cambiar de tema, el daño ya estaba hecho. Todo el mundo estaba atento a la conversación, riéndose o haciendo preguntas. Pero Sadie... no dejaba de mirarme con una mezcla de celos, enojo y algo más... ¿tristeza?

—¡En serio! —interrumpió Malina, echando más leña al fuego—. Yo los vi besándose una vez, estaban tan metidos que parecían que iban a fusionarse en cualquier momento.

—¡Malina! —exclamamos Asher y yo al unísono, pero ella solo rió más fuerte.

La noche avanzaba entre bromas, recuerdos del pasado y miradas de celos apenas disimuladas. El ambiente, aunque cargado de diversión, tenía un trasfondo claro: esos celos entre Sadie y Diego no iban a desaparecer pronto. Y mientras ellos se mantenían en sus territorios, las amistades y nuevos encuentros seguían añadiendo chispa a nuestra ya complicada dinámica.

Silhouette║Sadie Sink y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora