Capítulo 1: chico molesto

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Althea

-Dios mío-. Suelto aire quitándome un mechón rebelde del rostro-. Hasta ver un documental de animales secos es más interesante.

Nex se ríe y llama la atención de la profesora, quien se da la vuelta y le da una mirada de reproche, el borra su sonrisa y se calla.

Estamos en clase de historia, y no puede ser más aburrido. Recuesto mi cabeza sobre mi brazo apoyado en el escritorio y cierro los ojos. Miles de escenarios se me vienen a la cabeza, también muchas imágenes de partes de libros que son solo producto de mi mente e imaginación. Necesito leer.

-¡Señorita Rosé!- me exaltó y abro los ojos de golpe acomodándome correctamente en mi asiento-. ¿Le parece aburrida la clase?

«si, ¡y mucho!»

-No, profesora-. Miento con una voz de chica buena-. Disculpe, es que no dormí mucho.

Me lanza una mirada de duda y después asiente volviendo al frente. Suelto un suspiro. «Uf, me salvé»

-De suerte que no te mando con el director- se ríe Nex de mi cara cuando salimos al recreo.

-¡Idiota!-. Le digo golpeando su hombro-. Me pudiste haber dicho.

-Lo se- me dice con una sonrisa burlona.

Ruedo los ojos. Llevo mi vista a el pasillo atestado de adolescentes hormonales. Que asco, hay unos que por poco se sacan la ropa. Odio a todos los de esta escuela, son inmaduros e idiotas. El único al que aguanto es a Nex, es mi mejor amigo desde que tengo memoria. Siempre he pensado que las amistades con chicos son muchos más fieles, más duraderas. He tenido amigas antes, pero siempre me dejaban por chicos u otras cosas sin sentido. Veo cómo se acercan los otros amigos de Nex.

-Ya es hora de irme- le digo y le dejo un beso en su mejilla-. Nos vemos mañana.

Antes de que vuelva a darme una charla sobre que quiere que me lleve bien con sus amigos, me alejo a pasos rápidos de él.

No soy mala para empezar conversaciones, ni tampoco es que soy tímida o algo de eso. Es que los amigos de Nex son muy tontos y me estresan, también se han burlado de mi repetidas veces porque leo, obviamente que les hago caso omiso, pero igual no me gusta escuchar sus estupideces cuando puedo estar en un ambiente tranquilo con mi música leyendo.

Esquivo cuerpos y cuando estoy cerca de la entrada choco contra algo blando, pero duro al mismo tiempo.

-Mierda- digo tocándome la nariz, me duele.

-Fijate por donde caminas, morocha- me dice una voz gruesa.

Levantó la vista y veo a un chico un poco más mayor que yo con pelo negro y ojos verdes llamativos.

-No me llamo morocha, y no era la única caminando- le digo enojada por el "morocha".

Le paso por un lado y levanto mis dos libros.

-Idiota- le digo y sigo mi camino.

Cuando estoy por cruzar la puerta de salida del colegio siento como tiran de mi dándome la vuelta.

-¿Como te llamas?- me pregunta de nuevo el chico de hace un rato.

-Morocha no- me suelto de su agarre-. Déjame en paz.

Vuelvo a retomar mi camino y esta vez si salgo de la escuela sin interrupciones. Que chico mas molesto.

-Hola, ma-. Entro a mi auto y contesto la llamada de mi mamá.

Siempre tú, KillianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora