Apartment ; l.h

fourteen ✨

"¿Cómo llegamos esto, Amanda?" Pronunció Luke mientras me daba pequeños besos en el cuello.

No me malinterpreten. Sabía que Luke era virgen, no iba a ser tan extremada. Pasaría, lo que tendría que pasar.

Llegamos a esta pequeña situación luego de tres días completamente extraños a nuestra rutina. Decir que fuimos a diez cafés por día sería poco, no importaba que pasara, nosotros encontraríamos un pequeño receso para vernos.

Esas reuniones podían llegar a ser de minutos, sin embargo cada beso, caricia, mirada, era demasiado especial. Entre mi universidad y el colegio de Luke no nos quedaban mas que pequeños momentos para encontrarnos.

"No preguntes ahora, Luke" Sentía sus dedos acariciar mi cadera, por debajo de la remera .Me asustaba esta situación, no quería hacer que Luke hiciera algo que no quisiera. Y es que nuestros papeles estaban totalmente invertidos, en una historia común, él tendría que ser el experto, no yo "Luke..."

Si tendría que frenar las cosas, lo haría. Aunque mi cuerpo no este respondiendo mis suplicas.

"Shhh...yo se lo que hago, A" Traté de responder y poner alguna que otra excusa, por ejemplo que estábamos en medio del pasillo de un maldito edificio. Comenzó a reemplazar sus besos por mordidas, y a esta altura estaba casi segura de que no me resistiría.

"Estamos en el pasillo" Reí y lo escuché carcajear, seguido de algunas vibraciones circulando por mi garganta.

"Entonces vámonos" Se separó de mi, y una irremediable necesidad de volver a sentir su boca me irrumpió.

Lo necesitaba, así que una vez parados y con nuestras manos entrelazadas abrimos la puerta de mi apartamento, con la idea de que mi hermana no estaba, por supuesto.

Antes de cerrar la puerta tras de nosotros, Luke me dedicó una sonrisa, de esas que sabes que son especiales, y hacen que tu corazón se acelere. Nos besamos, y a ciegas intentamos cerrar la puerta, dando un resultado positivo.

El resto, es historia.