Capitulo 30: Linda noche

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POV _____

Me desperté antes que el sol, y eso ya era un mal augurio. A las seis y treinta, cuando todo el mundo aún estaba felizmente soñando, ya estaba en pie, y no, no por voluntad propia. Decidí aprovechar la tranquilidad para darme una ducha rápida. Al salir, Sadie seguía envuelta en sus sueños, y eran casi las siete.

—Bonita, despierta —murmuré acercándome para darle un beso de buenos días, pero ella lo esquivó cual ninja.

—No quiero que me beses —dijo, dándose la vuelta como una reina ofendida.

Rodé los ojos. Aquí vamos otra vez.

—¿Otra vez con ese plan? Contigo no se puede, Sink —dije, seria pero con un toque de cansancio en la voz.

Ella soltó un gemido dramático.

—No sé si pueda caminar —dijo, y tuve que contener una carcajada.

—Ven, yo te ayudo —me acerqué para levantarla. Y sí, lo decía en serio, Sadie apenas se mantenía en pie—. Anoche me pasé.

—Mucho —murmuró, mirándome con ojos entrecerrados como si hubiera cometido un crimen imperdonable. Aunque, considerando que anoche entre gemidos y "te amo" no hubo quejas, la situación era algo confusa.

—Bueno, dúchate y luego bajamos. Yo cambiaré las sábanas —le dije mientras la ayudaba a llegar al baño.

Se tardó tanto que empecé a pensar que se había ahogado en la ducha. Pero finalmente, salió vestida, tambaleándose un poco como un cervatillo recién nacido.

—No sé por qué me da risa verte así —dije entre risas, mientras ella trataba de no caerse.

—Vamos abajo —dijo con una dignidad exagerada, saliendo de la habitación.

Cuando llegamos, el recibimiento fue... menos que amigable. Finn, Malina, y el resto de los chicos estaban esperando, todos con sonrisas maliciosas.

—¿Por qué nos miran así? —preguntó Sadie con desconfianza.

Yo, por mi parte, me senté a la mesa y agarré una cuchara para comer cereal, fingiendo ignorancia.

—¡_____! —dijo Finn, imitando perfectamente la voz de Sadie—. Tus gemidos no nos dejaron dormir, eres muy ruidosa.

—La hiciste gritar a más no poder, mis pobres oídos siguen traumados —añadió Malina, cruzándose de brazos con una mirada acusatoria—. Y más porque mi habitación está justo al lado de la suya. Todavía lo recuerdo... "¡_____!"

—¿Qué haremos hoy? —interrumpió Caleb, riendo.

—Iremos a un campo a andar en bicicleta —dijo Diego sonriendo como si nada estuviera pasando.

—Sí, pero ahora vamos a traerlas —dijo Finn, señalándonos con un dedo acusador—. _____ y Sadie se quedarán, y más les vale no repetir lo de anoche.

—No, pues, ¿así qué chiste? —respondí con un sarcasmo que hizo reír a todos.

—¿No te bastó con dejarla sin poder caminar? —dijo Malina, riendo.

—Bueno, vayan. Yo ya terminé de comer —dije, haciéndoles un gesto de despedida.

Cuando todos salieron, me quedé sola con Sadie. Me dirigí a la sala y me senté en el sofá, entretenida con mi celular. De repente, noté a Sadie apoyada en el marco de la puerta, mirándome.

—¿Ahora qué? —pregunté, dejando el celular a un lado, sintiendo que algo se venía.

—Los chicos no volverán en un buen rato —dijo, acercándose peligrosamente.

—Sí, parece que será así —murmuré mientras se inclinaba hacia mí, claramente con intenciones de besarme. Justo antes de que pudiera hacerlo, me levanté del sofá.

—Creo que mi celular se quedó sin batería, voy a por el cargador.

—¿Qué pasa? —dijo, deteniéndome al agarrarme del brazo.

—Nada, tú dijiste que no querías besarme, ¿o me equivoco? —respondí con una sonrisa maliciosa mientras ella me miraba con ojos de cordero dramático.

—Estaba de mal humor... Me dejaste sin poder caminar —dijo, haciendo un puchero que habría ablandado el corazón de cualquiera... menos el mío en ese momento.

—Yo quise besarte antes y no me dejaste. Ahora te aguantas —dije mientras me dirigía a la cocina. Abrí la nevera para sacar una gaseosa y de repente escuché un ruido extraño detrás de la puerta. Ignorándolo, seguí sacando la lata cuando escuché su voz.

—_____ —susurró Sadie, y casi dejo caer la gaseosa. Me giré y ahí estaba ella, en sujetador.

—¡Sadie! —dije, sorprendida—. Me estás provocando... y no es justo.

Dejé la lata sobre la mesa y en un movimiento rápido, la tomé de la cintura, acercándola para besarla. Podía sentir cómo sonreía a mitad del beso, mientras sus manos se enredaban en mi cuello. Justo cuando las cosas empezaban a calentarse, escuchamos el sonido de la puerta principal.

—¡Volvimos, chicas! —gritaron los chicos desde el pasillo.

En un segundo, Sadie se puso la blusa de vuelta, y yo corrí a limpiarme el labial que había quedado en mis labios.

—¿Qué hacían? —preguntó Noah, moviendo las cejas de manera sugerente.

—Nada que te importe —respondí sonriendo.

—Vamos al parque —dijo Millie, sacando bebidas.

—Ojalá que Sadie pueda pedalear... o al menos moverse —bromeó Noah, con una sonrisa burlona.

—Sí, con tanto grito anoche... —añadió Caleb, echándonos miradas traviesas.

—Si no puede, le traeremos una silla de ruedas —dijo Finn, estallando en risas junto con el resto.

Sadie se escondió en mi cuello, casi pidiendo protección.

—¡_____, los chicos me están molestando! —dijo, haciéndose la víctima.

—Ya, no la molesten —dije, tomando su mano para darle algo de apoyo.

—Las novias siempre se defienden mutuamente —bromeó Diego.

—¡Que no somos novias! —dijo Sadie, haciendo que ese dolor punzante en mi pecho regresara de golpe. Solté su mano lentamente, fingiendo que no me importaba.

—Uhhh... —los chicos hicieron una ola de murmullos burlones.

—Claro, no somos novias —respondí con una sonrisa falsa antes de salir con las chicas.

—Mierda... era broma, ____ —dijo Sadie, siguiéndome rápidamente.

Silhouette║Sadie Sink y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora