༄◦✦◦ 𝐍𝐎𝐗 𝐘 𝐒𝐇𝐀𝐍𝐆-𝐂𝐇𝐈 compartían algo en común;
un secreto bien escondido y desconocido para el resto de sus amigos.
Sin embargo, las circunstancias los pondrán al descubierto, revelando
los pasados que tanto se esforzaron en cubrir
S...
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𝗖𝗔𝗣Í𝗧𝗨𝗟𝗢
𝗨𝗡𝗢
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Cuando Nox había llegado a la Tierra, hace muchos años, vino acompañada de quienes en algún momento recordaba como su familia. Sin embargo, las cosas cambiaron y cada quien se creo una vida a fin de vivir como seres mortales. En este caso, ella había decidido vivir en alguna parte de San Francisco y vivir de lo que se pudiera. No fue tan difícil en un primer momento, pero las cosas se iban poniendo más difíciles en el mundo. La existencia de los vengadores, de seres fantásticos, y de algunos erráticos villanos había provocado querer buscarse una vida lejos de todo.
Pero no lo hizo. En primera porque había vuelto a ver a Sersi, una de los suyos, una eterna. Las dos eran tan similares en tantos aspectos, pero lo que las habría juntado era la soledad, y el repentino deseo de querer interferir. No lo podían hacer, y en su lugar, debían hablarse como antiguas compañeras de secundaria.
Luego, y lo que de verdad sello su permanencia en San Francisco, fue un sujeto de nombre Shang-Chi. Lo había conocido a él y a Katy en un karaoke, cuando había salido a despejarse junto a Sersi. Se encontraron cara a cara cuando las parejas pedían un salón privado, y desde aquel momento, Shang-Chi sintió algo que no había sentido, y miró a Nox con interés. Katy lo noto.
— ¡Oh por Dios!, Te gusta, ¿verdad? —Una sonrisa apareció en su cara, mientras trataba de controlar su volumen.
— ¡No! ¿de qué hablas? Me gusta...su pelo, solamente. — Shang-Chi rio nerviosamente, quitando inmediatamente la vista a quien ya había percibido el murmuro entre los dos amigos.
— Ajá — Katy alzó las dos cejas con incredulidad — Pues no te creo, ve, háblale.
Y ese fue el inicio. Katy empujando a Shang-Chi hacía Nox, con tanta fuerza que terminaron apenas con un metro de distancia. Esa misma noche ya habían hablado por mensajes, y la siguiente noche ya habían quedado para cenar.
