Una, dos, tres, cuatro pequeñas gotas de rocío me caen en el rostro. Comienzo a abrir mis ojos lentamente dejándome llevar por el suave estremecer de las hojas de los árboles permitiénddose guiar por el compaz del viento.La primavera llegó, los primeros retoños comienzan a aparecer, las avecillas cantan entusiasmadas en alto coro con melodías cálidas y alegres. No hay nada mejor que sentir la sensación de la brisa estrechándote entre sus brazos y el poder sentirse tan libre.
O al menos es como debería sentirme antes de volver a mi confinamiento en mi pequeño y acogedor hogar ;y cuando digo pequeño no estoy diciendo que lo sea, por el contrario, es un calabozo en que solo puedo salir sino es acompañada por alguien, ah y sí, no me podía faltar que sólo puedo respirar tranquila y sin prejuicios una vez por mes, y sin embargo siempre voy a tener a alguien vigilándome.Como precisamente tengo a mi lado lo que esta vez es mi mejor y único amigo.
-¿Sabes algo, Sara?Hoy fue el mejor día en mucho tiempo, osea , viste sus caras?
-Jamás las olvidaré en lo que me queda de vida.
-Cuando tu padre llegue de su viaje será mejor que te ocultes.
-Ya estoy cansada de hacerlo; pero sabes qué, algo me dice que el día de hoy va ser muy diferente.
-Si fue más que lo de hoy, de verdad aún no puedo creerlo.Le llenaste de ratas la habitación de tu Nana.-me dijo enseñando la más hermosa sonrisa y sincera que jamás me han dado.
-Humm, con que lo disfrutaste, eh?
-Esa mujer es una arpía con todos, como no lo voy a disfrutar?
-Si eso te divirtió no tienes idea de lo que le tengo aún preparado.
-Aún tienes pensado hacer más?De verdad eres increíble, además de loca y un poco atolondrada.
-Se supone que eso es un cumplido?-dije rodando los ojos.
-Digamos que sí y no-dijo poniéndose de pie y tendiéndome la mano-, tú que opinas?
-Opino que estás como una cabra.-dije aceptando su mano y dejándome ayudar a poner en pie.
-Pero aún así te resulto demasiado atractivo como para resistirte a mis encantos.-me dijo sujetándome por la cintura el muy atrevido.
-Sigue soñando, señor Don Juán.-A pesar de que él era de las pocas o mejor dicho, la única persona en la confío y admiro es él.Aunque cuando digo la palabra admirar no me refiero precisamente a que es mi ídolo, por el contrario, este chico además irresistiblemente guapo con sus ojos color topacio a la vez que almendrados, sus cabellos negro azabeche tan lacios y sedosos que me daban deseos de pasarlos entre mis dedos y deleitarme con su textura.Tenía una tez blanca perfectamente y sin irregularidades, sus facciones robustas a la vez que agradables.Poseía un cuerpo atlético, y de una sonrisa irresistible.Por algo era el soltero más codiciado y con "soltero" quiero decir que no se abstiene a saciar sus necesidades varoniles con casi todas las mujeres; y además de eso antes de proceder con artes de engaño y "pasión " prometidas les dice con el rostro y la sonrisa más angelical que el es un hombre libre, que nosotras las doncellas somos como las frutas del Hedén, tan sagradas y prohibidas que con el solo admirarlas ya es pecado.Curiosas palabras para alguien hace totalmente lo contrario, muerde alguna fruta y luego se va como el hombre más honrado y bueno que puede existir.De hecho sé todo esto ya que intentó hacer conmigo lo mismo, pero precisamente como dijo somos frutas prohibidas y sagradas, la pequeña fruta le dio su merecido al rufián haciéndolo desear nunca haberse cruzado conmigo, aunque al final se convirtió en mi confidente y amigo.Las vueltas que da la vida.
-Yo un don juán?Te equivocas querida, no es mi culpa que se me fuese otorgada esta apariencia, sabes mejor que nadie que yo jamás tocaría a una señorita.Soy un hombre de aventura y gozo.-dijo guiñándome un ojo.
-Sí, menudas aventuritas las que te das.Además de que intentaste ir conmigo también a un viaje inolvidable, pero tus planes tuvieron algo de intervención. Ah, y sino quieres que nuestra aventurilla se vuelva a repetir me sueltas en este instante.
-Lo recuerdo como si hubiese sido ayer, y sabías algo?
-Que te voy a ser ver las estrellas como no me sueltes?
-No querida, tu padre acaba de llegar y puedo oír sus pasos acercándose.-me dijo con esos ojitos de niño bueno.
Miré por encima de su hombro y ahí estaba mi padre mirando la escena tan conmovedora la nuestra.
-Williams Taylor, se pude saber que está usted haciendo a mi hija?-dijo mi padre con una mirada acusadora.
-Gusto en verlo de nuevo señor Howard.Lo que usted ve aquí no es más que le acabo de salvar la cara de su hija y un futuro tabique fracturado.Usted ya sabe lo patosa que puede ser.
-WILLIAM.-lo reprendí.
-Lo siento querida, no fui mi intención incomodarte.-me dijo guiñándome un ojo disimuladamente.
Menudo mentiroso tengo de amigo.De seguro los dioses han hecho un complot contra mí, lo único que hay en mi vida no son más que desgracias.De verdad que es extenuante.
-Gracias por haberla ayudado, por muchas clases que se le de modales y cultura es como casi perder el tiempo. Me parece que este tipo de reuniones son las que las distraen tanto, por lo que mientras no modere semejante comportamiento tendrán que dejar de verse. -dijo mi padre tan inflexible como siempre.
-Padre, ya hemos hablado de esto en muchas ocasiones y sinceramente sabes lo que pienso de todo ello.
-Mientras sigas teniendo esa actitud tan inegligente está castigada y tienes terminantemente prohibido salir de casa. -dijo mi padre a saviendas de que provocarlo lo que iba a ser era hecharle más leña al fuego.
-Padre, en realidad debes de tener la constancia de que no me puedes reprochar mi actitud, al final y al cabo la terquedad se hereda. -le dije caminando hacia la casa.
-Semejante tontería son las han provocado tal reputación entre la clase noble. Ya es hora que te comportes como una señorita y comprometerte con uno de los nobles más exitosos y adinerados del reino.
Me paré en seco al oír esas palabras, ya estaba cansada de que todos tratasen de imponérseme por mero capricho. Estaba cansada de los matrimonios arreglados y las limitaciones de una "dama" a la cual se le privava de todo, dedicándose solamente a coser y suncir, para no más que atender los caprichos de un hombre que no eran más cascarones compuestos a base de lo peor de la sociedad; con el ego tan grande que casi les estalla en el rostro.
-Desde que mamá murió te has convertido en una persona irreconocible que solo tiene en mente el dinero y la expansión de tierras. Te aborresco desde lo más profundo de mi ser. -dije airada encarándolo ver como se estremecía de la ira contenida.
-Es suficiente, he regresado antes de lo previsto para arreglar tu boda. Estaba prevista para el solsticio de invierno próximo, pero al parecer debido a tu incapacidad para acatrar las órdenes en casamiento tendrá que adelatarse para mañana en la noche. -dijo mi padre agotando el respeto que alguna vez le tuve.
-Con el debido respeto señor Howard, usted sabe mejor que nadie que su hija es de admirar y debería estar orgulloso de ello, no sofocarla al extremo de imponerle un matrimonio arreglado sin el anuncio y el consentimiento de ella-dijo William imponiéndosele.
En serio le agradezco que me apoye y defienda, pero esto es algo a lo que tengo que enfrentar por mí misma. Se acabó la hija a la que su padre podía menospreciar y echar a la basura para luega reutilizarla cuando así lo desease.
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Barreras del destino
RomanceNada en esta vida es gratis, un trato-un pago, un ritual-una ofrenda. Cuando el hoy no le pague al mañana las desesperanzas y traiciones se verán implicadas hasta sucumbir hasta lo más hondo del vacío.