Lágrimas sin cesar caían de los ojos del rizado, examinó la casa vacía, tan silenciosa y tan sin vida.
Él se había ido.
¿Cómo había pasado de mirarlo en secreto a solo poder mirarlo por fotografías?
Su madre siempre le dijo <no te ilusiones>, ¿que es lo primero que hace?, efectivamente, ilusionarse.
El mismo se prometió después de que su quedante o lo que hubiera sido, aquel chico del bachillerato lo usará para no caer en depresión, pero en cambio cayó el.
Un dia simplemente le dejo de hablar sin importar nada, se graduó y el lloraba todas las noches, haciéndose miles de preguntas: ¿qué hice mal?, ¿por qué lo hizo?. Hasta que un día navegaba por instagram, un mensaje llegó y pensó que era su amigo Lucas, pero era Yoandri Cabrera. El mundo del rizado se vino abajo, pensó en todos esos días en los que se sentía insuficiente en todos los aspectos, leyó el mensaje <hola, me pasas tu whatsapp>, no sabia que pasaba por su mente pero lo hizo, se arrepintió al día siguiente pues cuando se despertó miro los mensajes de la explicación del chico donde decia por que se fue y el por qué no le dijo nada. Aunque siguió doliendo, el hecho de sentirse una persona insuficiente aumento, era la peor sensación de toda su vida.
No sabía cuánto dolía querer a una persona hasta que lo conoció.
Pasaron aproximadamente tres años y el rizado no sabía de ese chico, eso era bueno para él. Entró a la universidad y conoció a un chico, él era increíble, era tan divertido que Joel no paraba de reír en su casa con los mensajes del chico, además tenían gustos similares: a ambos les gustaba patinar, amaban los perros, la misma música y muchas cosas más.
Él era su alma gemela.
Último año de carrera de Administración de empresas, quinto semestre. Los dos anteriores años se la había pasado estudiando en casa pues le daba tremenda pereza ir a la universidad todos los días, solamente para escuchar la voz del profesor hablando de hace mil años o los gritos de sus compañeros. El rizado suspiro entrando a la escuela, buscó con la mirada alguna banca desocupada, pues tendría que esperar para escuchar la charla que daba la directora al inicio de cada semestre, <chicos hechenle muchas ganas, recuerden que de lo que ustedes hagan en el salon dependerá de su futuro>, mismo discurso de siempre, pero Joel solo escuchaba un <bla, bla, bla, bla>.
- Hola, Joel.
- Christopher... - El castaño se sentó a su lado y lo examinó.
- Por fin nos conocemos en persona, después de tanto tiempo. - Rio, haciendo reír también al rizado. - ¿También estabas estudiando en casa?
- Si, me daba paja venir hasta acá.
- Estudioso pero perezoso. - El chico se ruborizó de vergüenza.
- Buenos dia, chicos por favor formarse al lado de su maestro - La voz de la directora lo salvó, ambos se levantaron y buscaron un cartel donde se suponia que debia estar el nombre de la carrera y el grupo, lo encontraron y se formaron hasta atrás pues todos ya estaban ahí y no había lugar al frente.
Joel sacó su celular y comenzó a escribir algo ahí, el castaño lo noto y pregunto: ¿te aburre la plática?
- No me agrada sinceramente, es lo mismo de todos los años.
- ¿Nos sentamos allá? - Apuntó a una banca enfrente de ellos y el chico asintió y guardó su celular en el bolsillo delantero del pantalón. - ¿Te puedo hacer una pregunta?
- Ya la haces, pero si. - Sonrió mirando al chico, por su pregunta tan tonta.
- ¿Crees en las almas gemelas?, osea, ¿crees que existen las personas destinadas?
- ¿Por qué la pregunta? - Lo miro curioso y su compañero solo alzó sus hombros. - Si, creo muy poco en el hilo rojo pero creo más en el hecho de que esas personas cuando se juntan saben que están destinadas.
- Valla...
- ¿Por qué la pregunta? - Volvió a repetir.
- Algo me está pasando con alguien y se siente diferente, por eso de preguntar. - Joel asintió y miró hacia otro el piso pues eso le había dolido.
El también sintió algo diferente con Christopher.
- Chicos, entremos al salón ya. - El maestro habló y todos se metieron al lugar dicho, el castaño y el rizado se sentaron en una fila juntos, uno enfrente de otro. - Hoy no haremos trabajos y no habrá tareas de la materia, pero como ustedes más que administradores de una empresa futura, son humanos, y todos los humanos tenemos miedo a algo. Quiero que escriban en la hoja de su cuaderno a lo que más le tienen miedo, luego cada quien se parara al lado de su asiento y dira el porque de su miedo.
Se dice que cuando las almas gemelas están juntas pueden llegar a pensar lo mismo o tener pensamientos muy parecidos.
Todos los alumnos se pusieron a pensar y escribir, veinte minutos después todos terminaron y empezaron a hablar de su miedo y del por qué de este mismo. Llegó el turno del castaño, se puso de pie y suspiró.
- Mi nombre es Christopher Velez y mi mayor miedo es encontrar a mi alma gemela, tener una familia y morir, por qué no estaré para protegerlos.
Todos aplaudieron, el chico soltó una lágrima que se limpió rápido y el maestro habló: Muy bien, Vélez. Siguiente por favor.
Joel cerró los ojos, rogando para que la tierra se lo tragara en ese instante. Suspiro y se levantó.
- Hola, soy Joel Pimentel y mi mayor miedo es ser abandonado por mi alma gemela, porque soy una persona tan débil y se que solamente me sentiría protegido por él.
El incómodo silencio reinó en el salón, hasta que sonó la campana del receso. El rizado tomó sus cosas y se fue corriendo al baño, escondiéndose en uno de los cubículos. La palabra vergüenza se quedaba corta con lo que sentía el chico.
- Joel, sal de ahí y hablemos. - La voz de Christopher hizo llorar y temblar más al rizado.
- Te juro que no te copie, no vi nada en tu libreta antes de que tu hablaras o de que yo hablara.
- Yo lo sé, pequeño, pero no llores y sal, por favor.
- No.
- Si no sales, voy a utilizar la voz y confirmaremos esto, así que o sales o la uso. - Se recargo en el lavamanos mirando los pies de su amigo.
- Chris, por favor...
Cinco minutos habían pasado y el rizado no salía, Christopher suspiró nervioso y empezó a utilizar la conexión que tenía con su alma gemela.
Las almas gemelas tienen una conexión, solamente si se encuentran podrán usarlas.
- Cariño, sal de ahí y hablemos. - Hablo por la conexión, al rizado le llegó el mensaje y comenzó a llorar más.
- Si somos almas gemelas. - Respondió de la misma manera, Joel.
- Joe, por favor. Sal de ahí que me estoy volviendo loco...
Solo unos segundos pasaron para que la puerta se escuchara abrirse, saliendo a pasos lentos el chico.
- Cariño,ven acá. - Christopher abrió sus brazos y Joel fue hacia ellos, un abrazo tan necesitado de los dos, lleno de amor y dolor.
- Tu dijiste que sentías algo por alguien hace un rato y yo lo voy a arruinar. Lo siento. - El tartamudeo en sus palabras era tan tierno para el castaño que él sonrió, sobando la espalda y besando la cabellera de su alma gemela.
- La persona por la que estoy sintiendo cosas eres tú, Joe. - El chico se separó lentamente del abrazo y lo miró a los ojos directamente.
- ¿Qué?
- Me gustas, Joel.
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Fecha de caducidad - [Virgato]
Teen Fiction- Prometiste que nunca me dejarías, cumple tu promesa. Vuelve conmigo, te necesitamos. Te necesito.