Epílogo

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23 años después.

Los minutos se volvieron horas, los meses se volvieron años. Paso tan rápido, el tiempo se apresuraba tanto. La vida seguía dura como siempre, pero se volvió como una costumbre. El viento estaba tan fuerte, hacia que las hojas débiles se movieran de un lado al otro.

Había unos ruidos, pero no tanto como era antes, los empleados salían cada día más y más. Joy caminando hacia los pasillos, revisando cada parte de la empresa. Toco la puerta de la oficina de Taehyung. "Hola señor Taehyung, eche algunos vistazos a la empresa" Le mostró las hojas con algunos apuntes, mientras le hizo la reverencia.

Taehyung la miro. "Me preocupa, Joy. Del porque sigues aquí, la empresa esta por irse a la quiebra, tu sueldo esta muy bajo, ¿Porque? ¿Porque sigues aún?"

Miro hacia abajo. "Me quedare hasta el final, señor. No permitiré que le pase nada malo a la empresa" Lo afirmo, con una sonrisa en su rostro. Taehyung la vio retirarse.

¿Taehyung? Siempre se mantuvo fuerte, aunque era difícil lo que sucedió, en sus ojos se podía ver lo mal que estaba, pero procuro todo por Jungkook. Nunca más amo de nuevo, sentía una estupidez muy grande si amara de nuevo.

Todos los días, igual sea lluvioso, invierno, caluroso, siempre lo visitaba, le contaba todo lo que había pasado en su día. Nunca lo paro de amar, era igual como la primera vez. Aunque si lloraba todas las noches por él, sentía un gran vació enorme en su pecho. Después de unos años de la muerte de Jungkook le agarro una enfermedad llamada asma, cada hora tomaba unas pastillas y medicamentos, le tenia harto eso.

Se podía escuchar una voz frágil desde la cocina, pero gentil. "¡Llegue!" Dijo Mina emocionada, trayendo algunas frutas, haciendo que todos en la mesa se levantaran.

"Hola, mamá" La ayudo con las compras, haciendo una encantadora sonrisa.

"Gracias Beomgyu" Mina dijo suavemente.

"¡Pero mira!" La apunto. "Esta mujer es mas hermosa cada día" Se acerco más a ella, agarrando de la cintura, besándola a los labios. Jimin se veía tan feliz con ella.

Beomgyu los miro con un poco de asco. "Podrían de ser mas románticos otro lado" Sonrió con humor. Se rieron entre ellos. "Pero, me encanta verlos así también" Atajo su cabeza sobre la mesa. Los miro con unos ojos brillantes.

Jimin fue de tras de Beomgyu, golpeando su espalda. "Campeón, ya haz crecido demasiado. Tienes el cabello que tu abuelo, ¡es idéntico!" Sonrió con orgullo, un poco vanidoso de su parte. Mina los sonrió admirando a sus dos hombres.

Sintió en su bolsillo vibrando su teléfono, lo agarro. "Es una llamada de las importantes personas de Japón, saldré afuera un rato" Mina asintió.

"¿Quieres que te ayude a lavar las frutas mamá?" Pregunto, sonriendo.

"No hace falta hijo, siéntate mientras yo lo hago" Dijo Mina, lavando las frutas que trajo del mercado. Ella si quería podría tener una empleada para que pudiera descansar, pero no quiso, quería ayudar en la casa, aunque Jimin le insistía que no haga mas eso, Mina se negaba.

"Oh, mamá, te esta llamando un número desconocido" Le mostró desde la mesa.

"¿Me lo podrías pasar Beomgyu?" El asintió. Seco sus manos con un trapo. Lo agarro y contesto.

"Hola ¿Quien es?"

"H-hola Mina... soy Yuna" Su voz se podía escuchar a través del teléfono, había pasado 23 años desde que no sabia nada de ella.

"Yuna, que-que alegría saber que estas bien, a pasado tanto tiempo" Sonrió entre dientes, era una de sus amigas.

"¡Verdad que si! ¿Y como haz estado todo este tiempo?" Pregunto, estaba sentada en un balcón de una enorme mansión. 

𝐈 𝐂𝐚𝐧 𝐎𝐧𝐥𝐲 𝐂𝐡𝐨𝐨𝐬𝐞 𝐘𝐨𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora