Capítulo único

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Se sentía como el fruto prohibido, un árbol creado por Dios, envenenado por Satán, él se sentía como un fruto que nunca sería tomado, porque ya muchos habían aprendido las consecuencias sobre los pecados, y eso, eso debería de ser algo triste.

Aki: Angel Devil, un demonio y un ángel al mismo tiempo, ¿no es eso algo confuso?

Ángel: no considero que lo sea

Lamió su helado, sentado mientras mantenía la distancia entre su compañero, mirándole a los ojos, tan atento, tan cansado a la vez…

Aki: ¿terminaste?

Ángel: podría comer otro…

Aki: nunca quieres trabajar, ¿o sí?

Ángel: no realmente

Observaba al pelinegro, era tan único, se miraba duro pero realmente era sensible, tan sensible, cuando le había tomado para salvarle de su muerte, estúpido, él ya estaba listo para morir, tocarlo le restaba vida, le restaba parte de sus días en la tierra, y aun así le había tomado y abrazado en silencio, mirarlo ahora, le ocasionaba cierta incomodidad, era él mismo, un ángel, hermoso, intocable cual exposición en museo, y tenía que ver a Aki de la misma forma, intocable.

Al fin de la discusión, si consiguió otro helado, pero no a como quería, quería sentarse y comerlo mientras miraba a Aki, tranquilamente, pero a quien quería observar también resultó ser quien le obligaría a caminar

Aki: sobre el demonio de…hoy…

Se detuvo, comenzó a llover, las gotas caían sobre su cabello y la punta de su nariz, estaban frías, y arruinaba la misión que tenían asignada

Aki: ahí se va, este demonio solo aparece con el calor, Makina entenderá lo ocurrido

Ángel: sí, lo entenderá

La lluvia caía, duraría un tiempo, así, solo estaban empapándose ahí parados, y el helado se había arruinado, Ángel solo lo arrojó al suelo, se deshacía con el agua, supuso que eso era todo, se iría ahora, su día con Aki se había arruinado gracias al clima

Aki: ¿puedes resfriarte? Aun no puedas deberías de venir a mi casa, te daré una toalla y algo que ponerte

Ángel: tu ropa es demasiado gran…pensándolo bien, acepto la oferta, vamos entonces, llévame a tu casa

Aun la lluvia era fuerte, caminaron por los techos que encontraban, Ángel disfrutaba ir detrás del pelinegro, mirándole con atención, y un poco de deseo, era su figura elegante y masculina, y quizás el pensamiento que le decía que el traje ocultaba demasiado

Entrando al apartamento, disimuló su mirar a Aki, estaban empapados, la camisa blanca dentro del saco se veía algo transparente, y estaba algo adherida a sus pieles.

Ángel: ve a ducharte primero

Evitó a mirarle a los ojos, evitando en si mirar a Aki, escuchando los pasos de este, y sintiéndolo pasar al lado de él para dirigirse al baño, quedándose allí de pie, mojando el tatami.

Creyó estar solo, pero de la nada sintió la ligera toalla caer sobre su cabella, Aki sonrió algo tranquilo, mientras Ángel le seguía dando la espalda

Cielo - Aki x ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora