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Los fuertes gritos que venían de detrás de la pared de su habitación estaban durando demasiado, en opinión de Jason. Sus exámenes de mitad de año se acercaban peligrosamente y lo último que necesitaba era que su vecino intentara follar sin sentido a alguna chica al azar que probablemente acababa de conocer. El tipo detrás de la pared estaba intentando, sí, intentando, porque esa mujer claramente estaba fingiendo.

El azabache estaba haciendo todo lo posible para concentrarse en el tema que intentaba estudiar, con las piernas cruzadas sobre el colchón, sentado frente a su computadora portátil y rodeado de hojas de papel. Gruñó y decidió que era hora de un descanso. La parejita esa lo habían estado haciendo como conejos durante más tiempo del necesario y se preguntó cuándo dejarían de hacerlo.

Si es que paraban.

Incluso dudaba que estuvieran a punto de terminar en algún momento. Puso los ojos en blanco y salió de la cama para tomar una soda en lata. Saludó a su compañero de cuarto, Roy Harper, su mejor amigo de más de una década y de quien había estado enamorado durante al menos cinco años; se dirigió a la cocina, tomó dos latas, le dio una al pelirrojo y se sentó a su lado, su tobillo descansando sobre su muslo mientras su antebrazo colgaba despreocupadamente en el respaldo del sofá mientras tomaba un sorbo de su bebida.

— ¿Estás bien? —Preguntó este último sin apartar la mirada de la pantalla de su computadora.

—El vecino está cogiendo de nuevo, te juro que es como si estuviera asesinando a su compañera o lo que sea que esté pasando allí. —Respondió, obviamente molesto.

—Creo que el follón apenas ha comenzado, Jay. —Harper se río entre dientes antes de dar una mirada de soslayo a su compañero de piso que lo estaba mirando descaradamente con los ojos.

—Entonces, uuhhh... ¿Estás saliendo con alguien, Harper?

— ¿Perdona? —El hombre estaba confundido acerca de cómo el interrogatorio podría estar relacionado con las pocas palabras que intercambiaron previamente.

—Dije lo que dije, escuchaste bien, idiota.

— ¿Qué importancia tiene eso para...? —Las cejas rojizas se fruncieron levemente cuando una desviada chispa brilló en los ojos azules que la miraban fijamente.

— ¿Qué tienes en mente, Jay? —El mayor se estaba preocupando un poco —Es más, ¿De verdad quiero saber?

— ¡Lo quieres saber! Con suerte, lo quieres saber. —Vociferó, antes de bajar la voz —Vamos a follar más fuerte que ellos y estableceremos nuestro dominio, Harper. —Ofreció, sonriendo.

Un largo silencio cayó sobre los compañeros de habitación antes de que Roy se echara a reír.

—No te lo puedo creer. —Declaró entre risitas furiosas, secándose una lágrima que se formaba en el rabillo del ojo.

Cuando su mirada se posó en el azabache molesto, comprendió que el otro hombre no estaba bromeando del todo. De hecho, no estaba bromeando en absoluto, la expresión de su rostro intenso dejaba en claro que estaba hablando muy en serio sobre esto.

Oh. —Soltó el pelirrojo.

—No importa, supongo que me compraré unos buenos auriculares para amortiguar el ruido y volveré al trabajo. —Jason se encogió de hombros, tragando lo que quedaba de su bebida fría espectacularmente rápido antes de ponerse de pie. No podía compartir el mismo espacio con el pelirrojo ahora. Hizo las cosas raras entre ellos dos. ¿Cómo podía ser tan idiota?

Todos eran dolorosamente conscientes de los ojos de corazón de Jason hacia Roy excepto el involucrado, aparentemente. Era frustrante, incluso exasperante, pero el hombre más alto nunca forzó las cosas ni expresó nada. El pelirrojo no estaba interesado en él, que el chico pecoso siendo bisexual no significaba que quisiera follar con todos los hombres que conociese, y ser su amigo más cercano era mucho más que suficiente para el azabache. Al menos, podían pasar buenos momentos juntos y eso ya era perfecto. Amaba al tipo más que a nada y lo último que quería era traspasar sus límites y faltarle el respeto a sus sentimientos, Harper se merecía todo lo bueno en su opinión.

❝ Ruidoso ⌜ ᴅᴄ - ʀᴏʏᴊᴀʏ ⌟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora