Grito y Nadie viene a rescatarme.
Como Siempre, Nadie vino. Veo cómo va y vuelve sin nada. Aquí Nadie es mi compañía. Siempre pasa, saluda, me ve. Nadie llora, Nadie se queja, Nadie quiere vivir y Siempre le cuenta todo. Siempre Siempre. Y Nadie no, Nadie quiere contemplar. No le resulta. No puede. Siempre despierta por las noches, justo como yo; busca salir, busca entrar. Siempre se contradice, pero Nadie lo escucha con interés. ¿Qué interés? Me pregunto. Busco como Siempre, escucho como Nadie, pero no viene Nadie porque Siempre se va.
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El chico perdido
Short StoryUn chico que deambula, que se detiene y que finalmente comparte lo que le pasa.