Pov_Natsu
_Asi que navidad —Viendo las casas y departamentos decoradas festivamente, esbozando una pequeña sonrisa.—
-Me pregunto... —Que estará haciendo en este momento.—
—Dijo mientras pensaba en cierta chica y los recientes sentimientos por la ya mencionada—
-Será... ¿Amor? —Se cuestionaba mirando el cielo nocturno cubierto por una fina capa de estrellas—
...
—Aún sabiendo los sentimientos, de ella hacía Jerall, no podía evitar amarla—
Seguía caminando por las frías calles de Magnolia, cuando vío en una de las tiendas, una escena que lo hizo estallar en enojo.
_Vio como Erza hacia una reverencia con un leve sonrojo a un peli azul, y en sus manos traía un regalo, una bufanda que parecía haber tejido con sus propias manos.
Lo que le enojo, no es que se le declarara, ya que esperaba que en algún momento dado lo hiciese, mentiría si dijese que no le dolia que ese gesto no fuese dirigido hacia su persona.
Pov_Natsu
Lo que me enfureció y me hizo estallar, fue que agarrasé la bufanda que había tejido con tanto esfuerzo, y la arrojace al suelo, mientras la pisaba con un pie y con ella los sentimientos de Erza, se le acercó a su oído y le susurro algo para que las personas no pudiesen oírlo, excepto ella, y yo gracias a mis sentidos cazadragones.
...
_Erza rompió en llanto mientras salía del lugar bajo la mirada de todos los presentes, yo... simplemente no podía más, me dolía verla en ese estado y odiaba al causante de su sufrimiento, estallé en furia y entre, lleno de cólera.
Una vez dentro, lo primero que hice fue abalanzarme con mi puño en alto en contra del bastardo, dejándolo con el tabique roto en el suelo, el me miraba con furia, y pareció levantarse para iniciar una pelea a golpes limpios.
Después de un intercambio de golpes, dejando al pobre diablo tendido en el suelo de la calle todo magullado y adolorido.
Ya que recibió todos los golpes de lleno, mientras yo me encontraba prácticamente ileso.
Me le hacerque dónde estaba y le susurre —con una voz sería y fría.—
-Si te veo una vez más cerca de Erza, te matare sin pensarmelo dos veces.
Al principio pareció querer refutar lo dicho, algo que después de verme a la cara y ver qué no bromeaba se quedó en silencio. —Cuando me di la vuelta alcancé a escuchar—
-A que vino todo esto, solo por la perra de Erza —Susurro así mismo mientras tocaba los moretones que tenía en su cara—
-¡Que dijiste maldito! —Para luego avalanzarce otra vez contra él—
Dejándolo en peor estado, si más se podía
—Antes de salir en busca de mi pelirroja, recojí la bufanda maltratada que se encontraba en el suelo y la guarde en mi chaleco mientras corría siguiendo el rastro de esta—