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Lo más común para Souta era llegar a su casa Encerrarse en su cuarto mientras se hacía bolita En las sábanas de su cama llorando por aquel amor El cual jamás le perteneció.
Así que guardo todo tipo de sentimientos detrás De una máscara que el creo decorando la con capas De paredes de hielo que podían ser destruidas en Un momento de que baje la guardia.
Pero aquellas paredes de nieve se destruyeron Dejando entrar aun cálido verano que lo abrazaría Pará toda su vida.
Primera cita, Souta.
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Souta sólo tenía sus ojos en blanco al verse frente en el espejo arreglando se solo para ir a una cita que por primera vez en dos años aceptaba. Realmente no se entendí ni el mismo ya que tantos rechazos con el masoquista por fin acepta, debe de estar loco si de seguro eso era.
- Listo para tu cita - preguntó su hermano mayor que se encontraba recostado en el respaldar de la puerta.
- Si y no - Nahoya no entendió esa respuesta así que se acercó. Sentándose en la cama mientras veía a su hermano arreglarse de un lado a otro.
El pelo rosado solo recordó aquella noche que el menor llegó llorando de una terrible realidad que no quieria creer.
Desde que crecieron ellos crearon sus mascaras el era el hermano mayor que se ocultaba en una sonrisa y Souta el menor que se ocultaba en su enojo, siempre fueron fuertes pero el oji-azul lo superaba en todo.
Pero también era débil más que él y verlo llorar aquella noche hizo que su sangre hirviera hasta rebentar. Nahoya quería ir a matar aquel Beta que había lastimado al pequeño pero Angry lo detuvo diciéndole el amor es cruel pero no quiero que lo lastimes. En aquel momento fue que iba a proteger a su hermano, bueno no hasta conocer a los hermanos Haitani.
