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Al sol deslumbrar a adrien, sintió que su cuerpo se despertaba entumecido como muerto en vida, como si el alma le pesará. ¿Cómo no? Había llorado otra vez hasta dormirse analizando las palabras de su lad... De ladybug.

Con la poca iluminación examino su habitación, con cierto desgano no pudo evitar notar los múltiples objetos de colección de ladybug y él, que ridículo se sentía ahora.

Triste y ridículo. ¿Que más le tocaba a su existencia tan sin chiste?

Parecía que su despertar solo procuraba malos augurios cuando su propio cuerpo dudo en responder. ¿Y si falta hoy? No, su papá jamás le dejaría y no podía ¡Le había rogado antes ir a la escuela y ahora estaba queriendo faltar! Que estúpido era hace años comprando figuritas de él mismo. Como un niño... Bueno, era un niño.

¡¿Porque nadie le advirtió que salir al mundo tenía tantos altibajos y sensaciones raras?! Por segundos deseo nunca haber conocido el exterior y ser como antes, pero se arrepintió, porque ese vivir no era vida. Era una cárcel.

Una cárcel de cristal; rememoró las palabras de Chloe.

— ¿Cómo estás adrien? — saludo Plagg, con genuina preocupación.

No supo que decirle a adrien después de que regresarán de esa revelación tan desastrosa.

— bien, creo que es hora de que me aliste — contesto, simulando más ser para si mismo que para su kwami.

Plagg no quiso hablar más, reconociendo lo afligido de su portador, presenció a adrien prepararse con todo el desgano del mundo y un rostro de pesadumbre que no se borraba con nada.

— ¿No te emociona ir al colegio? — pregunto tratando de estimular el humor del muchacho.

— sí.

Gorila mismo sintió la bruma alrededor del muchacho, como si su humor se arrastrará junto a sus pies. Le sirvió la comida y adrien probaba la misma con miramiento.

— estoy bien — contesto a los gruñidos de su guardaespaldas.

Hubo un silencio incómodo que tenso bastante al hombre mayor, angustiado por el niño. Aunque hubiera preferido que se mantuviera a lo que oyó después.

— gorila — llamó el muchacho— quiero deshacer me de mis... Juguetes.

Gorila no entendió de buenas a primeras, ya que su niño había coleccionado con adoración y esmero esos años aquellas figuras y objetos de colección.

— si quieres puedes quedar te con algunas, me gustaría limpiar un poco mi cuarto de esas cosas — aclaro ante el pasmo del mayor—, tal vez dar algunos a la caridad, oí que los niños del Aubazine aceptan juguetes ¿Crees que les gusten? Después de todo muchos siquiera están abiertos.

El hombre solo carraspeó, asintiendo ante la idea tan noble del joven pero aún así estupefacto.

¿Adrien ya no quería su colección de ladybug? O ¿Acaso se podría deber a otra cosa?

........

Estaba listo para salir, Plagg se retuvo mucho al oír que adrien desechará toda su colección.

— ¿Estás conciente de lo que haces? — pregunta Plagg, preocupado.

— ¿Que cosa?

— no te hagas el tonto adrien — crítica el gato, viendolo con suspicacia— ¿Esto no será por lo de anoche?

— lo de anoche solo fue una revelación de ladybug, ella tiene derecho a pensar lo que quiera — contesto, repentinamente más serio. Jugando con su bolso.

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