Sex at Home

Just one night

La oficina lo consumía, todo su tiempo se iba a la mierda mientras estaba sentado en una incómoda silla que hacía doler su tracero.

Por eso, no había nada como llegar a casa para poder sacar un poco de su frustración, de la mejor manera para un hombre soltero de 27 años, masturbándose.

Pero, esta vez era diferente, todo se sentía tan caliente, incluso había empezado a pensar que moriría, por más que intentaba llegar al final, había algo que faltaba, sentía un pequeño vacío y este no le dejaba terminar sintiéndose satisfecho, en su lugar, estaba aún más frustrado.

Suspiró agresivamente y se lavo las manos para dejarse caer en la cama, no había podido obtener su maldito orgasmo y ahora estaba molesto.

Bueno, eso no quitaba que tal vez el internet metía su respuesta, no lo negaba, la forma tradicional de masturbarse era placentera, pero demaciado aburrida, por ello, hizo caso a los tantos hombres en esa página.

"la primera vez que lo hice no pude aguantar nada, simplemente salió", "fue más placentero de lo que alguna vez había sentido", ¿Debería intentarlo entonces?.

Sabía de la anatomía de los hombres y los puntos dónde se podía dar más placer, pero nunca había intentado llegar a ese punto, después de todo no era Gay, pero ahora, importaba poco lo que era, solo quería un maldito orgasmo.

Por ello, busco la forma más rápida de limpiar su tracero y dejarlo libre de cualquier cosa que le pudiera dar asco tocar. Fue doloroso, al principio y al poner el líquido dentro de el, pero resiviria su recompensa.

Se dejó caer en la cama con un lubricante en la mano y dejó resvalar algunas desde su pene hasta la entrada de su ano, el frío del líquido le hizo temblar levemente y contraer los músculos, sabía que primero debía prepararse antes de meterse algo en el tracero así que comenzó.

Mientras una de sus manos rodeaba su miembro mientras la movía de arriba a abajo haciendo algo de presión, su otra mano empezaba a dejar entrar el lubricante a su entrada poco a poco.

Se sentía frío, al meter el primer dedo se sorprendió por lo fácil que había entrado, pero, aún que las sensaciones en su tracero eran nuevas, no podía dejar el placer en su miembro de lado.

Sus gemidos eran un tanto agudos, simplemente no lo podía controlar, no estaba con una mujer y tampoco tenía miedo de correrse rápido, así que podía estar centrado en su placer totalmente.

Su dedo entraba y salía al ritmo que su mano se movía sobre su miembro, recordó como llegar hasta ese punto y paso las embestidas hacia su tracero, metió un segundo dedo, a comparación del primero había dolido un poco, pero después de moverlo poco a poco había retomado la sensación de placer al tener algo dentro.

Empezó a dar lentas embestidas, sus dedos entraban y salían de su ano mientras su mano empezaba a moverse bruscamente en su miembro, se sentía cerca, tan cerca que no podía controlar sus gemidos hasta el punto de casi gritar.

Pero, en ese momento, no supo cómo identificar el sentimiento, todo se sintió caliente de un momento a otro, había encontrado el punto, empezó a moverse inconscientemente buscando tocar ese punto de nuevo.

Aceleró aún más los movimientos de los dedos en su tracero y dejo de masturbar su miembro, en su lugar, llevo su mano hasta su pezón izquierdo dando pequeños pellizcos en el, nunca había hecho eso tampoco, pero en alguna ocasión había notado que le generaban placer.

Sus músculos se contrajeron por un momento y sintió como el líquido caliente salía de su miembro en la última embestida que toco el punto exacto, se retorcía levemente mientras seguía dando embestidas dentro de si mismo y apretando sus pezones.