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Treinta minutos habían transcurrido desde que Jeongin había tomado asiento en la mesa 4 de la acogedora cafetería en la que ingresó; quince de ellos esperando oficialmente a su cita, y el resto por haber llegado antes de la hora planeada. Alzó su celular para observar la pantalla, un minuto más había avanzado en el reloj. Lo desbloqueó, yendo directo a la aplicación de mensajes, dándose cuenta de que los últimos textos enviados ni siquiera fueron leídos a pesar de tener más de 10 minutos desde que los mandó. Bufó.
Cuando dos minutos más trascurrieron, Jeongin se levantó de la silla. No pensaba irse, claro que no, pero si iba a esperar más al menos lo haría bebiendo, aunque fuese un té. Sin embargo, apenas se iba a girar para ir a ordenar algo cuando alcanzó a divisar una familiar figura entrar aparatosamente por la puerta, llamando no sólo su atención, sino la de varias otras mesas cercanas.
Hyunjin lucía desesperado, y sus ojos viajaban por todos los presentes hasta que encontró a la única persona que deseaba ver en ese momento.
—¡BEBÉ! —Su voz resonó por el lugar, mientras corría la poca distancia que les separaba y abrazaba a Jeongin por los hombros, pegándole a su cuerpo con fuerza.
—Llegaste tarde.
—Lo sé, lo siento. —Se separó, sin soltarle del todo, pero lo suficiente para poder ver su rostro de frente—. Prometo compensarlo, ¿mh? ¿Me perdonaaaaaaaaaas? —pronunció con un tono aniñado, abultando los labios e inclinándose hacia adelante en un intento de besar los contrarios. Un intento que no se pudo cumplir, pues Jeongin se hizo hacia atrás, esquivándole, mientras con sus ojos señalaba alrededor y a un par de personas que no les habían apartado la mirada en todo ese tiempo—. Ah, gente.
—Sí, ahora ve y ordena por ambos, así vas empezando a compensarme.
El más alto de los dos asintió, yendo al fondo del local para ordenar dos bebidas, regresando lo más rápido posible en cuanto las tuvo en sus manos. Jeongin le esperaba, con la vista fija en el color café de la mesa, sintiéndose ligeramente intimidado por los cuchicheos que alcanzaba a escuchar a su izquierda, en la mesa contigua, aquella de donde no habían parado de observarles con una mirada poco amistosa.
—Esta para ti~ —canturreó el mayor, dejando la bebida frente al más bajo—, y esta para mí~ —continuó, tomando asiento al otro lado de la mesa—. Innie.
—¿Sí, hyung?
—Te traje algo.
Aquellas palabras le hicieron despegar -al fin- sus ojos de la mesa, dirigiéndolos a su cita, quien dejó una cajita rosa claro al centro. Jeongin alternaba la vista entre la caja y la persona enfrente suyo, curioso, hasta que el mayor le hizo una seña con la mano animándole a abrir el pequeño empaque. Un sencillo, pero adorable, listón blanco le acompañaba en forma de moño, el cual dudó en deshacer por lo lindo que lucía, pero lo hizo al final, pudiendo así quitar la tapadera y dejar a la vista el contenido en su interior.
Dentro podía distinguir una pulsera de color negro... No, mentía, eran dos. Estaban unidas por medio de una bolita de metal, así que al tomar una para sacarla, ambas salieron al mismo tiempo. Hyunjin atrapó la segunda pulsera entre sus dedos y, con sumo cuidado, tiró de ella, despegándolas.
—¿Están...?
—Imantadas, sí. —El chico alto bajó la mirada, riendo de forma ligera y con un toque de nerviosismo, jugueteando con el accesorio que ahora tenía en sus manos—. Son... Pulseras de pareja. Ah, pero traté de conseguir unas que no lucieran tan de pareja, ¿ves? Podrían pasar como una normal que cualquier par de amigos podría tener; y, si te fijas bien, tiene otro dije además de la bolita, y ese es diferente para cada uno, el tuyo es un zorrito y el mío un hurón —añadió, apuntando con el índice a los detalles en cada una de ellas mientras hablaba.
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100 days | • HyunIn •
Romance«-Llegaste tarde. -Lo sé, lo siento. Prometo compensarlo, ¿mh?» • One-shot. • Fluff. . Me perdonan, pero no sé hacer descripciones:(