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Extraños

Perséfone


Mi nombre es Perséfone, tengo 19 años soy hija de Zeus, Rey del Olimpo y líder de todos los dioses griegos, y mi madre, Deméter, diosa de la agricultura.

Ambos siempre pelean, ya que, mi padre no tiene solo una esposa, según el "Tiene un corazón para todas". Ni él se lo cree, esto parece ser un maldito juego para mi padre, el... es incomprensible.

Se que en muchas versiones cuentan, que Hades me raptó, pero no, no es así. Mi odioso papá, deseaba que me casara con uno de su gran amigo y así reinar con en el Inframundo y, además, controlar que cumpla con sus obligaciones. Detesto la idea de tener que casarme con alguien a quien no conozco y no, no es porque él tenga 27 y yo 19, sino que para rematar yo... no lo amo.

Desde pequeña, soñaba que si me casaba, quería que fuera por amor, no por obligación, ni por los caprichos de mi padre por controlar a Hades. En dos días era la boda... hoy sería mi último día que podría pasar con mis seres queridos, ya que mañana tendría que ayudar con los preparativos de la boda y pasando el día con mi futuro marido. Debía disfrutar mis últimas horas soltera, salir a disfrutar con Afrodita y Eros, mis mejores amigos. ¡Hay por Zeus, como los extrañaré! Luego del matrimonio, iríamos de Luna de Cristal, muy raro nombre lo sé, lo tradicional es Luna de Miel, pero aquí piensan que ese nombre es muy ridículo. Bueno esta historia tendrá que esperar, porque mis amigos ya están aquí.

-Hola, Perséfone -. Afrodita estaba bastante fría, debe estar ocultando algo, la conozco muy bien-. -¿Lista para ir a dar una vuelta por todo el Olimpo linda? -continuó diciendo un poco más animada.

-Sabes que si hermosa.-Sonreí.

Eros entró a la casa, cargando bastantes botellas de Hidromiel.

-Amigas mías, esta fiesta estará de lujo.-dijo Eros levantando una ceja y mostrando una sonrisa juguetona.

Afrodita y yo compartimos una mirada y asentimos.

Más tarde, llevábamos horas hablando y riendo, recordábamos cuando nos conocimos, nuestras peleas, las flechas de Eros que flecharon a Dioses de los cuales nadie podría imaginárselos juntos. Extrañaría mucho a mis amigos, a mi mamá, a mis incontables medio hermanos, mi vida aquí era algo aburrida, pero no la cambiaba por nada. Venían a mi mente tantas preguntas como ¿Qué me esperaría allá abajo? ¿Será tan malo como dicen? No, no, mejor dejo de imaginarme todo esto, como los mortales dicen "No juzgues a un libro por su portada", así que no debo juzgar a Hades, ni al Inframundo, por más chismes que lleguen a mis oídos.

-Amiga, te vamos a extrañar demasiado, pero claramente contarás con nuestra presencia.-Eros rompió el momento de silencio.

-Divina presencia Eros, jaja.

Afrodita alzó una ceja.

-¿Acaso mi presencia no es divina?

Eros y yo compartimos una mirada diciendo a la misma vez-. Tu presencia es perfecta Afrodita, nuestra diosa de la belleza.

Hicimos una reverencia.

-Oigan, ¿podríamostrar ir a casa de mi madre?-pedí poniendo una cara que sabia que podría convencerlos.

Ambos compartieron una mirada y se escogieron de hombros. Ellos adoran a mamá, porque les cocina lo que pidan y gracias al cielo es la mejor en eso.

-Mientras nos espere con algo de comida.

Afrodita golpeó suavemente el brazo de Eros.

-Ay mi querido Dios del Amor, tu siempre tan interesado en la comida.

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⏰ Última actualización: Jul 03, 2022 ⏰

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