Si supieras el miedo que siento...
Mis 10 segundos de valentía acaban de ponerme en un situación completamente vulnerable.
Te confesé mis sentimientos, abrí mi corazón... ¿y ahora...?
Puede que ya no quieras estar a mi lado.
Puede que te sientas incómodo al saber que tu mejor amiga está enamorada de ti.
Me siento como desnuda... avergonzada.
De golpe dices: _ Si supieras lo que pienso...
¡Claro que quiero saber lo que piensas!
Necesito que rompas este momento incómodo diciendo algo.
Mi corazón no podrá resistir más.
Siento que se rompe en pedazos dentro de mi pecho.
_ Quisiera saber que piensas..._ suelto con mi último aliento, sacando las últimas gotas de valentía que me quedan.
_ ¿Tienes miedo de lo que pueda decir?_ respondes.
¡Claro que tengo miedo!!
¡¡Estoy aterrada de que des media vuelta y me dejes aquí sola con mi corazón partido!!
Y de golpe, me doy cuenta de que no quiero perderte.
No quiero perder a mi mejor amigo.
No quiero que por mis sentimientos, ya no podamos seguir charlando, compartiendo cosas juntos, dándonos consejos, apoyándonos...
_ Tengo miedo de perder tu amistad_ comienzo diciendo, porque es verdad_ no quiero que te alejes ahora que te confesé mis sentimientos.
No dices nada.
Y tu silencio es frío y cala lo más profundo de mi alma.
¡¡Por favor!! Di algo.
Las piernas comienzan a flaquear.
Siento que en cualquier momentos caeré a un abismo de tristeza y dolor.
Mi cabeza está aturdida, siento miles de voces gritándome que hice mal, que no debí decirte, que debí quedarme callada.
Estoy absorta en mis propios pensamientos, y me sorprende tu actitud.
Te acercas de golpe. Cerca, muy cerca.
_ ¿Qué haces...?
Y no puedo terminar de pronunciar la frase completa, porque tus labios se han pegado a los míos.
Sí, tus labios.
Siento una mano en mi cintura que me atrae con fuerza para que no escape.
Me quedo helada.
No puedo reaccionar.
Siento como si el tiempo se hubiera congelado en este preciso momento y las agujas del reloj no se movieran más.
¿Qué está pasado?
¿Me estás besando?
¿Por qué?
Cuando te alejas, te miro directo a los ojos y me muestras una sonrisa.
_ Te quiero_ dices con una voz grave que hace que toda mi piel se erice.
¿Me quieres?
Te escucho, pero mi cerebro aún no logra reaccionar a tus palabras.
_ Si me hubieras dejado decirte... ya sabrías que la chica de la que estoy enamorado, la que me tiene loco de amor, eres tú.
¿Soy yo?
¿Estás enamorado de mí?
¿Acaso estoy soñando? ¿Será otra de esas noches en que despierto y me encuentro en mi cama, descubriendo que todo ha sido un engañoso sueño?
_ ¿En serio?_ pregunto aun dudando de que todo sea verdad.
_ Muy en serio. Te quiero, mi mejor amiga. Te quiero.
Los pedazos de mi corazón comienzan a unirse, el dolor de mi pecho desaparece...
¿Pueden acaso dos palabras sanar el alma?
¡¡Me quieres!!
Antes de que pueda decir algo, tus labios vuelven a unirse suavemente a los míos.
No se como responder.
Nunca he besado a nadie.
Intento seguir el ritmo de tus labios y demostrarte cuanto te quiero.
Si supieras que nunca me sentí tan feliz en mi vida.
Si supieras que solo con saber que me quieres, me has devuelto la alegría y las ganas de vivir.
Si supieras todo lo que siento por ti.
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Si Supieras... Todo lo que siento por ti
Short StoryRelato Breve. Primera parte. Declaraciones de amor secretas en el diario de una adolescente. Si supieras... todo lo que siento por ti. (COMPLETA)