Capítulo Uno: Tormenta

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Era una noche como cualquiera, o por lo menos eso pensé cuando aquella bestia apareció. Mi cuerpo estaba paralizado al ver cómo la bestia devoraba a mi madre. Lo único que paso por mi mente en ese momento fue correr, correr sin mirar atrás; iba bajando la montaña lo más rápido que podía, en mi mente solo había imágenes sueltas de mis recuerdos, mi mente me jugó una mala pasada y estaba sola, pérdida, desamparadas.

Mi cabeza se llenó de preguntarte; ¿Por qué me pasó esto? ¿Todo esto es culpa mía? ¿Qué hice mal? ¿El abuelo tenía razón? ¿Soy un problema?

Una pequeña niña de solo 6 años, no entendía nada de lo que estaba ocurriendo, solo me culpaba a mi misma por todo lo que pasaba.

Mi mamá una vez me dijo que la culpa no es mala si aprendes de esos errores y no te culpas por lo que paso.

Yo no podía hacerlo.

La culpa me carcomía por dentro, pensar que perdí a mi mamá y que me encontraba sola sin ningún tipo de ayuda o protección. Mi respiración agitada, mis pies cansados, mi cuerpo agotado y mi mente bloqueada; y cada ves me sentía peor.

Algo malo me estaba pasando. En un instante mi cuerpo se detuvo en seco y recordé lo que una ves explicó mi papá: «en la montaña respira tranquila o tus pulmones se congelarán».

Eso era lo que me pasaba. Mis piernas no respondieron y me caí, cuando levante mi cabeza lo vi, vi esa horrible cosa que había devorado a mi mamá.

-Es él, el que mato a tu madre.- Me repetía mí misma. Lo único que hacía era llorar mientras escuchaba la risa de esa cosa horrible.

Estando en una montaña no existían posibilidades de que me ayudarán, pero vi ¿una mariposa enorme?

No pude hablar pero vi como la mariposa mato con un veneno a aquella cosa; lo único que pude hacer fue agradecerle.

-Gracias señora mariposa.- me levanté como pude y seguí corriendo, pero está ves más tranquila porque sabía que ya nada me perseguía, por no fijar mi vista en el camino me tropece con una piedra y me desmaye, habré estado unas 2 horas tirada en esa nieve fría y a la ves tan reconfortante recordando mi vida feliz, hasta que sentí que alguien me cargaba, no le preste atención de todas formas yo quería morir para estar con mis amados padres.

Desperté y estaba la señora mariposa junto con un chico serio.

-¿Qué haremos con ella ahora Kocho?- pregunto aquel chico.

-Por ahora la cuidaremos y esperaremos la orden del patron.- contesto la chica mariposa.

Mi mente se preguntó ¿quién es el patrón?¿Estas personas son buenas? Huele rico ¿Que será ese olor?

Con la poca fuerza que me quedaba abrí mis ojos y miré con más claridad las siluetas de aquellas personas.

-Ustedes..¿Quiénes son?- dije casi en un susurro.

-Hola pequeña, soy Kocho Shinobu y el chico serio que está a mi lado es Giyuu Tomioka.

-¿Tomioka?- pregunté confundida.

El chico serio me miró confundido, se levantó tapandoce la boca y llamo a Shinobu a la puerta de esa habitación.

-Kocho es ella.- dijo medio asustado.

-¿Ella?- Kocho lo miro. -Ella no puede ser, si sólo es una niña.

-Disculpen.

Llamé su atención.

Shinobu me miró con angustia.

-¿Pueden llevarme a mi casa?- pregunté con lágrimas en mis ojos -Quiero volver con mi mamá y estar con ella.- las lagrimas solo caían.

Los pilares escucharon mi petición y se acercaron a abrazarme, lo que me dió a entender que mi pedido no sería posible.

Por la puerta se acercaron unas niñitas y un señor mayor.

-Buenos días amados hijos, veo que la pequeña ya despertó.- Habló tranquilo el señor.

-Buenos días patrón.- Dijeron en respuesta.

-Buenos días señor.- Dije siguiendo el ejemplo de Shinobu y Tomioka.

-Kocho, Tomioka les dejo el cuidado de la pequeña, cuidenla como si fuera su hija, instruyanla y enséñele una respiración.- Luego de eso el señor se retiró.

-Como diga patrón.- Asintieron al unísono.

-¿Señor patrón?- Dije llamando su atención -. Será posible que vuelva a mi casa a ver a mi mamá?- dije ilusionada.

-Mi pequeña ternurita, a partir de ahora tus padres serán Tomioka y Kocho, ellos te llevarán a tu casa y te ayudarán a velar los restos de tu familia, luego de eso empezarás tu entrenamiento.- dijo el patrón.

¿Hacer de mis papás?

-¿Mamá y papá?- Dije en susurro.

Una sonrisa de felicidad se mostró en el rostro de los jóvenes.

-¿Cuál es tu nombre pequeña?- preguntó Tomioka.

-Yo soy T/n Hoyada, un placer.

-Que lindo nombre.- dijo Kocho.

-Tomioka.- se escuchó desde la puerta.

-¿Qué pasa?- volteó mirando hacia la puerta.

-Se te ha mandado a una misión, ¡oh! Qué ven mis ojos, ¿quién es ella?- dijo una chica con el cabello rosa y verde. Parecía un mochi.

-Ella es T/N.- contestó Kocho.

-Hola.- respondí.

-Mira Obanai, mira a la niña.

-Ya la vi Mitsuri, ya la vi.- respondió luego de rodar sus ojos sin demostrar interés.

-¿Ya me puedo ir?- pregunté incómoda.

-Vamos T/N yo te llevo.- Kocho tomó mi mano y me llevo afuera.


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Editado: 25/08/23

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