Aleixo
—Desgraciadamente así es, Alexander —dije y volteé a observarlo. Estaba recostado en el árbol de al lado, con esa postura de "nada me importa" mientras sonreía socarronamente y movía el pie, impaciente.
—Deja el pasado atrás, Oliveira. Ya te dije que mis padres no son los culpables de la muerte de tu madre. Ya dej...
No lo dejé decir una palabra más. Me levanté rápidamente y le estampé un puñetazo en la cara, de mi madre nadie hablaba, mucho menos de su muerte. Alex se recompuso rápidamente, me miró con una expresión neutra y me dijo:
—Te conozco, Aleixo —dijo mientras sostenía su rostro—. Te conozco desde que éramos niños y por eso te digo que dejes el pasado en el pasado. Mis padres pueden llevarse muy mal con los tuyos, pero jamás harían algo así.
—No espero que me entiendas, Alex. De verdad que no, pero entiende que no quiero verte cerca de mi familia —le dije y comencé a caminar lejos de ahí. No soportaría un minuto más de esta conversación.
Aún escuchaba la voz de Alex a lo lejos, pero no quise prestarle atención.
Imperium era reconocido por ser de los institutos donde asistían puros herederos de familias pudientes. Lo malo era que no necesariamente debían ser legales. La familia de Alexander era una gran mafia alemana que siempre estaba en conflicto con mi familia. Nunca entendí por qué, solamente sé que nuestras familias nunca se llevaron y que a pesar de que Alex y yo éramos amigos cercanos, nuestros padres nunca tuvieron el mínimo apego.
Toda esta amistad se destruyó cuando señalaron a su familia como principales sospechosos de la muerte de mi madre. Mi mundo se vino abajo y pensé una infinidad de cosas: ¿nuestra amistad había sido una farsa? ¿Las visitas a mi casa fueron para vigilarnos? ¿Lo que le conté de mi familia habrá sido información valiosa para sus padres? Tantas preguntas y tan pocas respuestas. Lamentablemente la familia Schmidt era reconocida y temida en Europa, así que solo archivaron el caso.
No sé si estaba bien o mal mantener a Alex lejos de mí, al final se supone que él no sabía lo que hacían sus padres, pero más vale prevenir que lamentar.
Caminé hacia mi dormitorio con los pensamientos entreverados. El área residencial estaba dividida en dos: en el ala este estaban los dormitorios femeninos y en el oeste los masculinos, así que solo nos cruzábamos cuando salíamos a clase. Como aún estábamos a días de iniciar, el campus estaba prácticamente vacío. Normalmente solo vienen temprano los nerds, los que quieren escapar de casa y quienes son mandados por sus padres para que se ocupen en algo. Me pregunto por qué Lombardi y su amiga estarán aquí, no tienen pinta de nerds y la verdad no estoy interesado en cruzarme con alguna de ellas.
*****
Allie
Al fin tendremos clases, o bueno, la inauguración.
Estos días previos se sintieron infinitos, Carla y yo ya no sabíamos qué hacer. Dimos un tour por el campus, visitamos la cafetería, la biblioteca e incluso los pabellones de los salones. No salimos porque no conocemos la zona y no tenemos choferes, así que mejor no arriesgarnos.
Lo mejor fue ver a los alumnos llegar. Habían personas de todo tipo: chicas maquilladas y con bolsos de marca, chicas que llegaban en piyama, chicos con lentes y suéteres dos tallas más grandes, altos, bajos, gorditos, flaquitos, en terno. Simplemente de todo un poco, lo que despertó mi curiosidad.
Algo que sí me extrañó fue la llegada de los hermanos Oliveira. Definitivamente esa familia no escatima en gastos y sabe muy bien de su reputación. Son un cliché andante (aunque un cliché muy visual y agradable). Cada uno llegaba en un auto con dos maletas y un bolso de mano, solo uno de ellos saludó a las personas de la puerta y no saludaban a nadie que no sean sus amigos cercanos, quienes los acompañaron hasta su dormitorio.
ESTÁS LEYENDO
Linaje
Teen FictionNo necesariamente todos los malos son malos. De la misma manera, no todos los buenos son necesariamente buenos. Existen muchos lobos disfrazados de cordero y cuidado, porque no todos son lo que crees que son. No confíes en quien debes y mucho meno...